Capítulo 20

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Jimin y yo volvimos a tener otra sesión deliciosa de sexo. Después, fuimos a hacer las compras para preparar el desayuno y encerrarnos todo el domingo a hacer el amor.

—Se lo dire a mamá, apenas vuelva.—dijo cuando ya estábamos desayunando.

—Jimin, tu madre lo sabe...desde hace mucho.—tuve que decírselo. Al menos teníamos que empezar las cosas diciendo toda la verdad.

—¿De qué hablas?—preguntó frunciendo el ceño.

—Esa es la razón por la que me fui hace años. Ella se enteró de lo que tú y yo teníamos y me lo dijo.—hice una pausa. No quería que se entendiera que todo había sido culpa de Nara.—Le prometí que me alejaría.

—Kook.—sus ojos se humedecieron.—Tu, no te fuiste porque me dejaste de querer?

Negué mirándolo a los ojos.

—¿Tú me extrañaste también?—preguntó dejando salir las lágrimas.

—Mucho, tanto que pensé que me volvería loco.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Porque ambos sabemos que no ibas a alejarte de mí y después me dijiste que me odiabas y que no regresara nunca más. Jimin...yo jamás he dejado de pensar en ti.

Jimin se soltó en llanto.

—Eres un jodido imbécil.—sollozó.—Todo este tiempo creí que ya no me querías como yo a ti. Que yo era el único sufriendo. Y tú estabas sufriendo solo, lejos de todo.

—Está bien. No pienses en eso.—lo atraje a mi pecho y acaricié su cabello.—No quiero que llores más. Has llorado demasiado.

—Te dije cosas tan feas. Me siento como la mierda.

—Hey, está bien. Ya todo está bien. Vamos a hacerlo  juntos ahora. Soy el tipo más feliz del mundo y no me importa lo que digan. Ni siquiera mi padre.

—Te amo, Kook.

—Yo también, te amo. Te amo demasiado.

Pasamos todo el Domingo acurrucados y haciendo el amor. Mi habitación olía a sexo después de habernos corrido tanto.

Jimin me contó todo lo qué pasó con Jackson. Le había contado que le fue infiel conmigo. Le contó toda la historia que habíamos tenido. Y aunque lo había intentado con él otra vez, después de escuchar que me iría, terminó hablando con Jackson. Le dijo que no podía seguir engañándose porque seguía enamorado de mi.

Estaba feliz y me arrepentí de no haber vuelto antes.

—No quiero irme.—pataleó Jimin cuando el domingo terminó y le dije que tenía que llevarlo a casa.

—Mañana nos veremos otra vez.—respondí dejando pequeños besos en todo su rostro.—Además estás adolorido por todo ese sexo que recuperamos después de tantos años.

—No es suficiente.—murmuro haciendo un puchero infantil.—Podemos frotarnos o chuparnos.

—Lo sé, para mi tampoco ha sido suficiente, pero tienes que descansar y yo tengo que ir a trabajar.

—¿Ya aceptaste ese trabajo en Nueva York?

—No, aún no lo he hecho y creo que mañana lo primero que haré es enviar un correo agradeciendo y declinando la oferta.

Jimin sonrió y se colgó de mi cuello.—Estoy tan feliz de que te quedes conmigo.

—Yo también pero ahora tenemos que llevarte a casa. Tú madre debe estar preocupada y tienes que hablar con ella.

—No puedo creer que ella lo supiera. Debería de estar enojado pero no lo estoy. Después de imaginar que podría quedarme sin ella, no puedo hacer más que complacerla.

—Es lo correcto.—dije juntando nuestra frentes.—Ella te ama.

—Kook.

—Mhm.

—¿Que hubiera pasado si ella no nos hubiera descubierto?

—No lo sé. Tal vez me hubiera quedado contigo pero no hubiésemos podido tener una relación sana. Éramos demasiado jóvenes.

—Te extrañe tanto.—enterró su rostro en mi cuello.—Tomé tu ropa para sentirte al menos algo cerca de mi. Espere por ti todos los días. Imaginaba que volverías y dirías que odiabas Busan y que me extrañabas.

—Odiaba Busan. Lo odiaba porque no estabas tú ahí.

—Yo...jamás te odie, Kook.—me miró con sus hermosos ojos miel.—Te dije todas esas cosas feas porque estaba enojado. Cuando ibas a casa te evitaba porque si estaba cerca de ti, creí que no me resistiría y te saltaría encima en cualquier momento.

—¿Por eso llevabas a tantos novios en vacaciones?—dije levantando una ceja. Odiaba recordarlo.

—Algunos ni siquiera fueron mis novios en verdad.—Jimin comenzó a jugar con el cuello de mi camisa y se encogió de hombros.—Lo hice porque quería que pensaras que estaba bien, que te había superado.

—¿Les pagabas o algo así?—pregunté divertido.

Jimin negó con la cabeza.—Eran chicos que querían estar conmigo, salía con ellos un par de veces para poderlos llevar a casa y luego les decía que no estaba listo para una relación. Fui malo con ellos. Estaba amargado por lo que me había pasado.

—Pues funcionó. Cada vez que te veía con alguien moría de celos.

—Lo siento.—Jimin abultó sus mejillas de una forma tan adorable.

—¿Y Jackson? ¿Pensabas realmente ir a vivir con él?

—Si, el siempre fue bueno conmigo. Me ama demasiado pero nunca pude amarlo tanto como debería. Aún así pensé en irme con él...hasta que llegaste tú. Cuando te vi después de tantos años, intenté que no me afectara pero ¡demonios! Te pusiste más sexy siendo todo un hombre adulto.—me apretó el culo lascivamente y se rió.

Me reí y lo abracé.

—Tu también creciste muy bien. Eres la criatura más sexy que conozco.

Llevé a Jimin a casa. Acordamos que hablaría con mi padre unos días después. Antes hablaríamos con su madre.

Tenía miedo, ya le había dicho a mi padre casi todo acerca de estar enamorado de un hombre que tuve que dejar atrás pero no que ese hombre era Jimin. Tal vez estaría molesto y me echaría de casa o algo así pero ya no importaba. Toda mi vida había hecho lo que a él le parecía correcto y había sido el mejor hijo para el. No me quejaba pero no poder amar a Jimin y estar con el, me hacía infeliz y por primera vez quería ser feliz.

Mi hermosa tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora