Capítulo 11

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Cuando abrí los ojos, los primeros rayos de Sol se colaban por las cortinas entreabiertas de la habitación. Jimin tenía  su mejilla apoyada en mi brazo y evité moverme para despertarlo. Lo miré por un rato. A pesar de que conocía perfectamente su rostro, no me cansaba de él, repasé cada una de sus facciones.  Sus labios abultados casi en un puchero adorable que me incitaban a besarlo. Supequeña nariz y sus hermosos ojitos rasgados y adorables.

¿Quien diría que esa carita de ángel en realidad es un demonio disfrazado que me hacía pecar? Pero a pesar de ser caprichoso, cínico y hedonista, era un chico que te contagiaba con su sonrisa, que siempre estaba cuando lo necesitabas y pecaba de optimista en la vida.

No imagino mi vida sin él.

Jimin se removió y pude mover mi brazo, intenté no despertarlo pero abrió los ojos y sonrió adormilado.

—Buenos días.—murmuró.

Sonreí como un idiota.

—Duerme un poco más, aún es muy temprano.—el reloj de la mesita  marcaba las 6:30 am. En vacaciones nuestros padres no nos levantaban tan temprano.

Él me sonrió de vuelta y se enredó en mis piernas sujetando mi cintura con sus brazos. Su cálido aliento me invadió. Se veía tan tierno y apacible.
Esa idea se fue de mi mente cuando pude sentir su erección en mi cadera.

Baje la mirada y sonreía aún con los ojos cerrados. Tan tierno.

—¿Qué haces?—pregunté aunque ya sabía lo que hacía.

—Lo siento, es mi erección matutina. No puedo evitarlo contigo cerca.—respondió restregándose más en mi.

—¿No estas adolorido?—murmuré.

—Mmm, solo un poco.—ronroneó sonriendo.

—Jimin...tenemos que hablar.

Se revolvió entre las sábanas haciendo puchero.—Si es para decirme que esto está mal, no quiero hablar contigo.

—Bueno, lo está...ambos lo sabemos.—me puse boca arriba mirando hacia el techo y sumiéndome en mis pensamientos.

—Kook, tal vez estés pensando demasiado en el asunto. Sé que te causa conflicto el que tu padre y mi madre se enteren. Ellos solo quieren vernos feliz ¿sabes? Tal vez no deberíamos de pensarlo tanto.

—Jimin—interrumpí.—Realmente no es tan fácil como crees. El hecho de que tu madre complazca todos tus caprichos no quiere decir que aceptará esto y mi papá....—suspiré.—El estará muy desilusionado de mi.

—¿Por qué? ¿Porque su perfecto hijo está enamorado de un hombre? ¡Es tu vida, Kook! Él tiene que entender eso.

—No creo que le moleste el hecho de que esté enamorado de un hombre pero si que esté enamorado de ti.—Finalmente lo miré.—Jimin, solo piensa con claridad, esto no es lo correcto.

—¡Maldita sea Jungkook! ¿Por qué siempre tienes que arruinar el momento? Te importa mas el que dirán. —Jimin se dio la vuelta para darme la espalda.

—Jimin, estoy tratando de protegerte, no me importa el que dirán. ¿Podrías mirarme?

—¡No quiero!— estaba siendo testarudo.

Besé su hombro y aspiré su aroma, al mismo tiempo que pasaba mi brazo por su cintura. Su cuerpo se relajó y comencé a lamer el lóbulo de oreja haciéndolo soltar pequeños gemidos.

—¿Vas a seguir enojado?—susurré.

La cercanía de su cuerpo, le mando señales a mi polla. ¡Demonios! Jimin tiene ese efecto en mi.
En cuanto lo notó comenzó a restregar su trasero. Supongo que quería cambiar de tema y lo logró.

Mi hermosa tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora