— Hola, Soo- — nuevo día, el rubio estaba sentado sobre su mecedora, esperando la visita de su puntual amigo.
— ¿Otra vez no traes tu ropa? — el gatito se sentó a su lado, ya no tenía ninguna de las prendas que había tejido el día anterior, algo que ya parecía demasiado extraño.
— Mira, si vas a ser mi modelo, no debes perder la ropa, ¿no ves que me cuesta mucho? — le levantó la mano, para que viera como ya una pequeña parte de su muñeca estaba roja por tanto tejer.
El atigrado lo escuchó atento, luego se acercó para que pudiera medirlo e intentar hacer algo nuevo. Al cabo de dos horas, Jisung ya tenía un gorrito de conejo, el cual tenía el espacio perfecto para abrigar las orejas del minino.
Han se apresuró a guardar todo en cuanto el felino se alejó, decidió seguirlo con cuidado para ver que pasaba con las prendas.
Grande fue su sorpresa cuando al acercarse, vio cómo el gatito era acariciado por un chico algo alto y de cabello oscuro, su vecino.
Si no estuviera concentrado en su misión principal, se hubiera quedado paralizado con sólo ver al mayor.
Se escondió sigilosamente detrás del roble frente a la casa, el chico le quitó de la cabeza el gorrito a Soonie, luego le abría la puerta para que este entrara.
— Con que tienes un dueño abusivo, pero espera que vaya a hablar con él — pasó su dedo por el puente de su nariz, levantando sus lentes y tomando una gran bocanada de aire para tener valor.
Sus pasos eran violentos, como si pudieran dejar marca en el pavimento, siguió hasta llegar a la puerta y tocarla repetidas veces sin ningún tipo de prudencia.
— Bienvenido a la residencia Lee, ¿en qué puedo ayudarle? — la ranura de dónde se pone el correo se abrió, dejando a la vista un par de ojos oscuros y con cierto toque gatuno.
— ¡¿Tú eres el atrevido que estaba con el gato hace un momento?! — la ranura se cerró, se abrió la puerta al momento siguiente, dejando en vista al dueño de la voz.
Lucía una camisa azul que estaba arremangada hasta los codos, una camiseta negra que amoldaba muy bien sus pectorales, sin hablar de los jeans negros que se ajustaban por sus piernas.
— ¿Atrevido? — levantó una ceja y se cruzó de brazos, por detrás se veía al felino chismoso.
— Sí, atrevido, le estás quitando la ropa al pobre animal, ¡ropa que yo hago! — se paralizó Lee, con que él era el dueño de el aroma dulce, sin embargo en ese momento no podía sentirlo tan fuerte.
— Yo no lo hice, de hecho, él nunca trae ropa — hizo una risa burlona y se apoyó en el marco de la puerta.
— ¡Minho! ¿Por qué tienes ropa de lana en tu cuarto? — una azabache bajaba la escalera mientras sostenía los tejidos que había hecho el rubio.
— ¡ ¿No que no?! — el más alto fue corriendo hasta donde su madre, pero ella se apresuró a la puerta.
— ¿ Tú las hiciste? — habló con un tono emocionado, le causaba ternura ver prendas tan diminutas.
— Si señora, disculpe el escándalo — e hizo una reverencia
— Cariño, tu tranquilo, lo digo porque quiero aprender a tejer —
— ¿Aprender? — Han nunca pensó en enseñar este pasatiempo.
— Te pagaré si es necesario, pero enséñame, por favor ~ — y le tomó la mano, por lo que no se pudo negar
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¡𝚞𝚙𝚜! 𝙽𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝙷𝚒𝚕𝚘 𝚜𝚎 𝚝𝚎𝚓𝚒𝚘́ ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍ
Fanfictiontodos solemos nacer con un hilo rojo que nos une a nuestra alma gemela, ¿verdad? pero nadie nos dice que podemos hacer una linda bufanda con él. Han Jisung es un omega apasionado al arte de tejer, Minho por su lado es un alfa con un pequeño gatito...