16🧶

12 4 0
                                    


—      Buenos días Lia, ¿Qué haces acá tan temprano? — la omega recibía a la chica con confusión.

—      No se sorprenda, no vengo desde el cumpleaños de Mi Honnie, así que me verá más seguido — entró sin esperar que la invitaran y dejó sus cosas en el sofá.

—      Minho se está arreglando, estamos de salida Señorita — le respondió con la poca paciencia que le quedaba.

—      Entonces subiré a hablar con él, no se preocupe los puedo acompañar — y corrió escaleras arriba.

La puerta del baño estaba cerrada, pero sobre la cama había dejado el suéter más pequeño para hacer el plan que con su madre había preparado.

—      Esto está muy lindo ~ — y se lo colocó.

—      ¿Qué haces acá? — el mayor había salido del baño vistiendo el mismo suéter, por lo que se emocionó y lo abrazó.

—      ¡Estamos combinados! — él intentaba apartarla y decirle que se lo quitara, pero ella no lo escuchaba.

—      ¡Minho! Debemos irnos — la empujó un poco y bajó hasta llegar a la sala, siendo seguido por ella.

—      ¿Pero qué está haciendo ella? — le susurró.

—      No quiere devolvérmelo —

—      ¡Estoy lista! — tomó sus cosas, luego el brazo de Minho y lo jaloneó hasta llegar al porche de la casa.

—      ¡Minho no! — gritó su mamá con miedo.

Había olvidado que cómo su primera salida, Hyuna junto a su hijo los esperarían fuera de su casa, pero él omega estaba obligado a asistir en esta ocasión.

La señora Han reaccionó y le cubrió los ojos al menor, sin embargo él ya no lo había visto.

—      Confía en mí mamá, déjame hacer esto — la apartó con cuidado y se acercó a la pareja.

—      Al menos mi regalo si te ayudó en algo, se ven muy adorables — la mirada intensa del castaño estaba sobre él.

—      Le gustan los gatos, te hará bromas cada que tenga la oportunidad y aunque sea cursi, estará a tu lado si le dices que te duele hasta una pestaña — le dijo a la chica y se dio la vuelta, tomando la mano de su madre para ir a la casa de nuevo.
 
—      Te lo dije, te servía más a ti que a mí — le dijo por última vez
 
—      La vida es una mierda — el alfa mordió su labio con enojo, porque quería seguirlo y demostrarle que él seguía siendo el único.

¡𝚞𝚙𝚜! 𝙽𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝙷𝚒𝚕𝚘 𝚜𝚎 𝚝𝚎𝚓𝚒𝚘́ ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora