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- ¡Agh! ¡Eres un estúpido Han Jisung! - el rubio se lavaba la cara varias veces con desesperación, intentaba bajar el sonrojó de sus mejillas en cuanto recordaba lo que pasó el día anterior.

Ese día no iría a la casa de la señora Lee, puesto que ella le explicó que saldría a comprar algunos víveres, por lo que el menor podría descansar plácidamente en su mecedora.

Y así lo hizo, preparó todos sus herramientas y cómo de costumbre se sentó a tejer, hasta que sintió la presencia de algo en el barandal junto a él.
- Ay gatito~ te estaba extrañando~ - y sin despegar la mirada de lo que hacía, empezó su platica con el felino.

- ¿En serio? Yo también te extrañe~ - Han se detuvo en seco, titubeante levantó su vista , para ver la penetrante mirada del alfa sobre él.

Recostaba ambos brazos sobre la madera, apoyando su barbilla entre estos mientras lo observaba fijamente.

- ¡¿Qué haces aquí?! -

- ¿Yo? Muy bien gracias a la vida, ¿Qué cómo vine aquí? Soy tu vecino, ¿Qué por qué vine? Ah, claro, quería saber cómo seguía la mano de alguien que conozco - y señaló con los labios su muñeca.

- Oh, disculpa, pero no vengas a molestarme tan de repente, sobre todo sí no se que eres tú - sonó amable, sin embargo recordó.

- ¡Tú eres quien le robó la ropa al gato! - le recriminó

- ¿Estás seguro de eso? - y volvió a señalar, para ver a Soonie entrando con toda la vestimenta invernal que había tejido.

- Yo no soy ningún ladrón, si me conocieras más sabrías eso - volvieron a conectar miradas, pero una más profunda que la del día anterior.

- N-no tengo ganas de conocerte, a-así que pierdes tu tiempo - y rompió aquel contacto

- Pues yo sí, porque irás a mi casa seguido, pero por lo que vine primero - se reincorporó y estiró su mano hasta tomar la del rubio, quien en ese momento estaba muy sonrojado.

- ¿Te sigue doliendo? - preguntó antes de que pudiera reclamar, cerró su mano y con movimientos lentos la fue masajeando.

Escuchaba algunos quejidos bajos del menor, sin embargo este se fue destensando con el morocho.

- Mi mamá es kinesióloga retirada, por eso se que debes empezar a tener más cuidado y no gastar tanto este músculo - y sin saberlo, ese alfa estaba haciendo que Jisung callera por él

- N-no puedo perder esta mano, la necesito - un poco de preocupación se escuchó en su voz, el alfa de Minho se retorcía en su pecho con ganas de consolarlo.

- No lo harás, podría hacerte como unas terapias cada que vayas a casa -

Hasta que piensas bien, Mintonto

- Tú shhh - Se reprendió, ignorando la risita del menor.

- Acepto, pero solo porque estará la señora Lee, ahora vete rápido - como un cachorro obediente obedeció.

En cuanto llegó a casa, no se dio cuenta que su madre lo espiaba desde la ventana

- ¡Huele a cachorros! - le gritó a su hijo, mientras el entraba a la sala.

- No por ahora, mejor enséñame de masajes mami~ miau ~ - sabía que la única manera de convencerla era imitando a un gato.

- ¡ Todo por mi minmin! - ¿en que lío se metió Minho?

¡𝚞𝚙𝚜! 𝙽𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘 𝙷𝚒𝚕𝚘 𝚜𝚎 𝚝𝚎𝚓𝚒𝚘́ ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora