Capítulo 16.

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(...)

A la mierda.

Me desperté de repente y me senté en la cama asustada. Me estoy olvidando de algo.

Hoy... ¡Tengo que ir al barrio!

Salí de la cama apurada, tropezandome con las frazadas en el camino.

Tom maullo molesto por interrumpir sus sueños.

Entré al baño y cuando salí Ivan estaba esperándome en la puerta como sonámbulo.

—¿Qué pasó? —preguntó mientras se refregaba el ojo con el dorso de su mano.

—Tengo que hacer algo. —Pasé por su lado sin darle importancia y me fui a cambiar.

—¿Hacer algo? —susurró para él mismo confundido —. ¿Queres que te ayude? —Volvió a aparecer en mi campo de visión.

—Mm... —dudé —. Si, abajo de las escaleras hay cajas, ¿me ayudas a llevarlas al auto?

—Si, obvio.

Fue al baño rápido y después salió más lúcido para hacer lo que le pedí.

Yo mientras busqué todo lo que necesito. Bajé al comedor y agarré la última caja para llevarla al estacionamiento. Ahí me lo encontré a Ivan inspeccionando todo con atención.

—¿Vas a ir a tu barrio? —cuestionó interesado.

Dejé la caja adentro del baúl.

—Si. —Asentí y me acerqué a él para rodearlo con mis brazos.

—¿Te puedo acompañar? —Acarició mi espalda.

Nunca llevé a nadie allá, de hecho no tenía a nadie a quien llevar.

—¿Me querés acompañar? —Levanté la cabeza para mirar sus ojos.

—Obvio que si, Sofi. —Sus orbes marrones brillaron con cariño.

Bajó su cabeza y dejó un dulce beso en mis labios.

—Subí a cambiarte, yo te espero. —Sonreí.

—Me esperas eh. —Me señaló amenazante.

—Si. —Asentí.

—Bueno. —Dejó otro beso en mis labios antes de separarse —. Ya vuelvo, amor. —Fue corriendo hasta el ascensor.

Acomodé y revisé que no me falte nada mientras. Cerré el baúl cuando estuve segura y revisé algunos papeles. Unos minutos después Ivan volvió corriendo al lado mío.

—Que bonito —alagué al ver su gorrito negro.

—Entra, estúpida —susurró colorado yendo a abrir la puerta.

Me reí y entré en el auto.

Conecté mi celular y puse música intentando ocultar mi nerviosismo.

Cuando llegamos deje el auto pegado al cordón y bajamos.

Las personas no tardaron en llegar felices a saludarnos.

—¡Sofi! —Mateo me abrazó —. ¿Quién es este chico?—Miró con curiosidad a Ivan.

—Es un amigo. —Sonreí.

—Me llamo Ivan. —Extendió su mano animadamente.

—Soy Mateo, más amigo de Sofi que vos seguro. —El más chico acepto el saludo.

Ivan rió con ternura.

—Que lindo que es —susurró Mica.

Ivan frunció el ceño y buscó de donde provenía esa voz, econtrándose a la niña mirándolo fijamente con las manitos cruzadas toda enamorada.

—Hola. —Ivan sonrió en su dirección.

Mica se tocó el pecho casi desmayada.

—La vas a matar. —Lo golpeé disimuladamente.

El tiempo se pasó rápido, más rápido de lo normal. Le mostré a Ivan mis proyectos en este lugar y él estuvo dispuesto a ayudarme con las donaciones y todo lo que haga falta. Le presenté a cada persona que venía curiosa a conocerlo y por último, como es costumbre, leímos un libro en el comedor, después de que todos se hayan alimentado.

Ivan suspiró mirando la ventana, viendo como nos alejabamos.

—Que locura todo lo que haces —susurró —. Y todos son re buena onda, mucho más que los que tienen todo. —Sentí que puso su mirada sobre mí —. Estoy muy orgulloso de vos, Sofi.

Sonreí.

—Estoy muy feliz de tenerte —me sincerice con él.

—Yo también, Sofi. —Apoyó su mano en mi muslo.

Llegamos al edificio y fuimos a su departamento.

Me tiré en el sillón mientras él iba al baño y me puse a revisar mis redes sociales.

Aunque no me gusten mucho siempre tengo que estar atenta porque juegan mucho en mi trabajo.

Todos amaron el nuevo drop, nunca recibo opiniones con maldad, gracias a que mantengo mi imagen y mi vida lo más privada posible, pero cuando entre a Twitter todo fue diferente.

Fruncí el ceño viendo como me etiquetaron en miles de twits. La mayoría eran comparando la piba de la historia de Carrera y la que apareció en el stream dando en conclusión que son la misma persona.

En ese momento me sentí invadida. Aun más viendo como pibitas celosas sacaban teorías de que puedo ser novia de él o de Spreen y obviamente me estoy colgando de su fama.

Después empezaron a delirar sacando clips de los streams de Ivan donde parecía que miraba a alguien por detrás del monitor y mi gato.

Tengo miedo de que sepan quien soy, no es muy difícil saberlo por mi marca de ropa, pero no sé que puedan llegar a hacer al descubrirlo.

—¿Paso algo? —preguntó Ivan preocupado.

Negué con la cabeza.

—Nada —balbucee.

—Dale, decime. —Se sentó al lado mío.

Le mostré la pantalla de mi celular y todas las cosas que decían de mí.

—Es una boludes igual —le resté importancia viendo como su cara se tornaba más seria al indagar más.

—No es una boludes ni en pedo. —Paró al observar una foto de nosotros dos desayunando.

—¿Qué? —Miré con más atención —. Alto miedo.

Vecinos; Spreen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora