Capítulo 17.

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—Cuando prenda stream voy a hablar de esto. —Acarició mi rostro.

—¿No es mejor ignorarlo? —Miré sus ojos.

—No, es nuestra vida personal, no voy a dejar que nos pasen por encima. —Acercó su cara y acarició mi nariz con la suya —. No te prometo nada, pero voy a intentar solucionarlo.

—Como quieras —susurré —. Yo confío en tus decisiones. —Le di un leve beso.

Intentamos ignorar la situación y distraernos mirando tiktoks.

Después de un rato Ivan hizo su rutina de siempre listo para prender stream.

—Que onda wacho —saludó —. Voy a esperar a que se una más gente para decirles algo importante.

Me mordí el labio nerviosa.

—No, no me voy a retirar gente. —Se rió levemente —. No tiene nada que ver ni con twitch, ni con mi carrera como stremear por así decirlo —explicó —. Es algo más personal, que no tendría que estar aclarando cosas de mi vida personal, pero no salgo solamente yo afectado de esto, así que me veo obligado a aclarar esto. —Suspiró —. Bueno, básicamente vi por Twitter que estaban diciendo un montón de cosas y armando una banda de bardo solamente porque Carre y yo tenemos una amiga, ¿ustedes entienden eso? No podemos estar cerca de ninguna piba porque ya flashan y esa toxicidad que tienen algunos no es normal. Llegaron al punto de sacarnos una foto, sin nuestro consentimiento y publicarla, eso es un montón, no tienen el derecho de hacer eso y encima no ganan nada haciéndolo, o sea no le encuentro el sentido.

Siguió hablando hasta que se descargó por completo. Después de calmarse pudo retomar la normalidad de su stream.

Sonreí como boba mientras lo admiraba.

—Vamos a ver memes en discord, y este... —alargó la última letra nervioso al descubrir mi mirada. Rió levemente y sacudió la cabeza —. Me re cuelgo wacho ¿que íbamos a hacer? —Leyó el chat —. Ah, si, los memes.

Me levanté al darme cuenta de la hora.

Agarré mi celular y le mandé un mensaje a Ivan diciéndole que me iba para ver como esta Tom.

—Banquenme un cacho que me estoy re meando. —Se levantó de la silla —. Voy rápido. —Muteo el micrófono y se acercó a mi —. Chau mi amor —susurró abrazándome.

—Nos vemos después, lindo. —Le di un beso.

—Te quiero —me recordó.

—Yo también. —Le di otro beso.

(...)

Suspiré concentrada en el techo como si fuera la mayor obra de arte. Lo único que pasa por mi cabeza es Ivan y me da miedo. Me da miedo depender tanto de él, si él me deja ¿qué voy a hacer?

Esos pensamientos me atormentan.

Hablando de Roma mi celular sonó.

—Hola. —Antendi.

—¿Desayunamos? —preguntó con voz pastosa, bastante dormido.

—Ni te levantaste de la cama —lo reté.

—Y bue, vos tampoco seguro, ¿desayunamos? —repitió la pregunta.

Suspiré.

—Si, voy poniendo la pava, mi vida —acepté rendida.

—Dale, ya voy. —Cortó.

Me levanté con fiaca y fui al baño. Después baje a la cocina y me puse a hacer algo para morfar.

—Tom ¿me abris? —Escuché que dijo Ivan del otro lado de la puerta.

Tom empezó a raspar la puerta maullando.

Me acerqué y lo alcé upa para después abrir la puerta.

—Hola —habló Ivan con voz aguda y tierna —. Ay que lindas tus patitas. —Agarró con delicadeza las patas de Tom y las empezó a mover de un lado a otro.

—Toma. —Se lo di y cerré la puerta.

—¿Cómo estas? —Dejó a Tom en el piso y me abrazó.

—Bien, ¿vos? —Miré sus hermosos ojitos con amor.

—Cuando estoy con vos siempre estoy bien. —Dejó un beso en mi frente.

Me reí.

—Que chamuyero. —Negué con la cabeza.

—¿Qué? Es verdad wacho —se quejó.

Sonreí y lo lleve a la cocina.

Desayunamos y nos quedamos boludeando juntos. Empezamos un mundo en minecraft, pero Ivan esta re cebado y quiere hacer todo en dos minutos.

Cuando estaba atardeciendo él me propuso caminar por puerto madero.

Salimos del edificio agarrados de la mano y caminamos sin apuro hablando de cualquier cosa. El tiempo se hace tan llevadero cuando esta él.

—Mira que lindo —dije cuando vi un perrito corriendo por todos lados con una rama en la boca.

—Se me cruza y lo pateo al perro de mierda —dijo Ivan haciendo que me ría.

Su humor es bastante negro. Al principio lo decía tan serio que me daba miedo, pero cuando lo conocí supe entenderlo.

—La próxima saquemos a pasear a Tom —propuse.

—Ay que lindo, ¿te imaginas? —dijo con ternura.

Sonreí y le iba a contestar, pero alguien se tiró arriba de nosotros.

—¡Hola, amigos! —pude reconocer la voz de Rodri —. Nunca invitar ¿no? Forros. —Hizo un puchero cuando se separó.

—Fua, este chabon está en todos lados. —Ivan suspiró exageradamente.

—Bue, si queres me tomo el palo, gil de mierda. —Rodri lo enfrentó haciéndose el grandote.

—Anda, anda, enano puto. —El más alto lo miró despectivamente.

—No, me quedo con mi amiga Sofi. —Me abrazó.

—Salí de acá sucio. —Ivan lo empujó levemente.

—No me toques o la hago mierda. —Rodri rodeó mi cuello con su brazo tomándome de "rehén".

—Dale, anímate la concha de tu madre. —Ivan se acercó en guardia para pelear.

—Aguante el duko —dije mis últimas palabras.

—¿Te gusta el duko? —el agarré del ojiverde se suavizo.

—Si, wacho ¿a vos también? —Di media vuelta para mirarlo.

—Si, amiga, no lo puedo creer. —Me abrazo —. 'Ta todo bien, discúlpame si te asuste. —Dio palmaditas en mi espalda.

—Na, tranqui, no pasa nada, todos tenemos nuestros días —hablé comprensiva.

—A mi también me gusta el duko. —Sentí como Ivan estiró mi ropa para que le de bola.

—Ah, bien ahí —dije indiferente y nos reímos, en especial Rodri que se la venia aguantando.

Vecinos; Spreen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora