Capítulo 18.

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—Ay que estúpidos que son. —Tomó aire —. Che, estoy en stream. —Levantó el celular para que nos demos cuenta.

—Avisa cuando quieras —me quejé acomodandome el gorro que seguro estaba todo mal.

—¿Qué onda? —Ivan sonrió disimulando sus nervios.

—¿Qué haces? —le pregunté a Rodri.

—Irl, 'tan paseando conmigo. —Sonrió posando para los viwers.

—Que lindo. —También sonreí mirando el chat y el stream en el otro celular que Rodri tiene.

—¿Se te corta mucho? —preguntó Ivan atrás mio mirando también el chat.

—Si, amigo, es una pija. —Rodri asintió mientras retomabamos el paso.

—Ay, la puta que te pario —me quejé cuando me tropecé con una piedra —. La concha de tu madre. —La patee con ganas.

Abrí los ojos como platos cuando impacto con la pierna de Ivan.

—¡La rodilla boludo! —gritó Rodrigo poniéndome más nerviosa.

—Cerra el orto, hijo de puta. —Lo empujé lejos de Ivan —. ¿Estás bien? ¿Te lastimé? —Lo abracé —. Te juro que fue sin querer. —Lloriquee.

—Amigo, flashe que me moría —dijo sin aire.

—Perdón. —Segui lloriqueando abrazada a él.

—No pasa nada. —Palmeo mi espalda.

—¿Seguro? —Saqué mi cabeza de su pecho y lo miré con un puchero.

Intentó ocultar su sonrisa y asintió.

—Seguro, enana. —Empujó mi frente con su dedo.

—Anda a cagar. —Fruncí el ceño separandome de él.

Se rió y me dio una palmada en la espalda baja, ocultándola del stream.

Seguimos caminando hablando con el chat.

(...)

Todo se desvirtuo cuando nos cruzamos una máquina de gancho.
 
Ya perdí la cuenta de cuantos billetes metió a la maquina para sacar un peluche.

—¡Dale que es esta! —lo animé.

—Vos podes wacho. —Rodri puso una mano sobre su hombro.

—Para loco, no me toques, no ves que me tosqueas wacho. —Lo empujó.

—Lo que hacen los vicios —murmuró Rodri —. Ven chat, él es el claro ejemplo de lo que esta mal. —Lo enfocó a Ivan.

—Cerra el orto —dijo antes de apretar el botón y hacer que el gancho baje.

—¡Dale! —el enano y yo nos abrazamos emocionados.

—¡Vamoo! —festejó el más alto con el peluche en la mano.

—"Cinco mil pesos para esa poronga" —leyó Rodri en el chat.

—Pero cierren el orto, ustedes no entienden nada. —Ivan les mostró el dedo de en medio.

—Eh, para, ¿qué te pasa con mis viwers tarado? —Rodri hizo montoncito con la mano.

—Perdón —se disculpó.

Yo solamente veía la escena divertida, mientras me cagaba de risa.

—Bien ahí. —Palmee el hombro de Ivan.

—Toma. —Me extendió el peluche del minion casi sin mirarme.

Abrí los ojos sorprendida.

—Aww, más tierno, te lo da porque le hace acordar a vos —dijo nuestro amigo tiernamente burlándose por mi estatura.

Lo miré con cara de culo.

Él se alejó un poco haciéndose el boludo.

—Gracias. —Sonreí agarrando el peluche —. ¿Qué nombre le ponemos a nuestro hijo? —Miré al minion fijamente para ver cara de que tiene —. Tortafrita —concluí.

Le di la vuelta para que Ivan lo miré.

—Tortafrita me parece perfecto. —Asintió.

Sonreí y acerqué mi cara a la suya. Dejé un beso corto en sus labios disimuladamente. No quiero que la gente del stream estalle.

(...)

Volvimos caminando solos al edificio.

Los dos llevamos a Tortafrita agarrado de las manos. Esta en medio de nosotros, Ivan lo tiene de una mano y yo de la otra.

—Mira que lindos. —Señalé nuestro reflejo en una vidriera.

—Re piola nuestra familia —Ivan estuvo de acuerdo.

Saqué mi celular para tomar una foto.

—Sonrían familia. —Apunté el reflejo y puse grabar para después sacar captura de la mejor foto.

Por el celular vi como Ivan dejaba de ver nuestro reflejo para mirarme a mi.

—¿Qué pasa? —pregunté también mirándolo.

—Gracias por elegir compartir tu vida conmigo, posta me pone muy feliz tenerte —confesó con una sonrisa.

Mis labios formaron un puchero inconsciente queriendo llorar por todas las emociones.

Me acerqué a él.

—Te amo —dije para después besarlo.

El toque de nuestros labios siempre me vuelve loca, hace que miles de sentimientos corran por mi cuerpo en un segundo. Ivan levantó su mano y acarició mi mejilla con su pulgar. Yo guié la mía hasta su nuca para profundizar el beso con más amor.

—Para, esta el nene —susurré separandonos.

Bajé la cabeza para ver como nuestro hijo estaba aplastado por nuestros cuerpos queriéndose tocar.

—Uh, perdón —susurró Ivan mirando al peluche.

—Ya esta. —Lo levanté y acaricié su cabeza, para consolarlo.

—Que sea la última vez que interrumpis a mamá y a papá. —Ivan le pegó un sape en la cabeza.

—Para agresivo. —Lo alejé de él y me reí.

—Para nada, cuando lleguemos a casa va a aprender las tablas el hijo de puta —amenazó.

—Yo soy la mamá...

—No, o sea, la mamá que lo abandonó, es adoptado —aclaró.

—Ah bueno. —Lo miré con los ojos entrecerrados.

—Su mamá de ahora es la mejor del mundo. —Pasó su brazo por mis hombros.

—Obvio que si. —Me reí.

—Y es la más linda, la más inteligente, la más talentosa, la más tierna, la más hermosa, la más graciosa...

—Creo que entendí —lo paré entre risas.

—Puedo seguir si queres.

—Nono, esta bien, gracias. —Planté un beso en sus labios —. Sos lo más hermoso que me pudo dar la vida, Ivan. —Miré sus ojos con un brillo especial.

Rodeó mi cintura con sus manos.

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