Dieciocho

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JUNGKOOK

Tenía tal sensación de emociones juntas que no sabía cómo lidiar con ellas. Llevaba una eternidad sin sacar mis sentimientos ocultos sobre una mujer, esos que no se extinguieron cuando me convirtieron en vampiro.

Sabía que Samantha la quería aterrorizar y eso me enfurecía, no sé lo que creía que éramos. Todos le habían hecho entender que tendríamos algo más adelante pero eso no era cierto. Yo no quería a un ser tan despreciable como ella a mi lado, en realidad no quería a nadie, me había acostumbrado a estar solo.

Entré dando un fuerte manotazo a la puerta de la estancia de SeokJin, no podía quedarme en la mía estando allí ella, el ruido se escuchó bastante.

Cuando entré vi a Peter con Jin, los dos me miraron extrañados y sobresaltados.

—¿Qué te ocurre? —me dijo mi amigo mirando a Alison que estaba a mi lado cogida aún de mi mano.

—Jungkook he venido a....

No deje hablar a Peter.

—Déjame estar aquí por un rato —me miraron extrañados por lo alto y autoritario que les hablé.

—¿Y tú estancia? —Jin repasaba a Alison de arriba abajo.

La miré y estaba a punto de llorar, miraba el suelo.

—Luego te cuento —los dos se levantaron de sus asientos y empezaron a andar hacia la puerta en silencio pero serios. Salieron y cerraron tras ellos.

La solté y ella se cubrió los brazos con las manos haciendo presión, tenía frío. Quité mi chaqueta y se la puse por los hombros.

—Quiero irme a mi apartamento —dijo con un hilo de voz y tragando sus lágrimas.

—Lo sé Alison, lo sé —le dije despacio y con voz relajada.

—No....no lo sabes —estaba enfada y muerta de miedo, aunque quería hacerse la fuerte.

Respiré hondo.

—Aunque no lo creas si lo sé, pero no puedo llevarte, si pudiera hubiera sido lo primero para mí cuanto llegué aquí —no me miraba y eso me estaba creando un poco de ansiedad.

Entonces me miró con una expresión dura y se puso ante mí moviendo su cuerpo, los puños los tenía apretados y su rostro lleno de furia.

—¡Yo no soy un objeto, no soy un alimento y menos una presa, como pensáis todos!

—Lo sé.

—¡Maldita sea! No lo sabes ...¿Pero como lo vas a saber si tú eres igual que esa? Esa maldita que si no le hago caso me fríe entera —tragó para no llorar y a mí me parecía la cosa más bonita que jamás podría ver en mi larga y agónica existencia.

—No te hará nada, ¿No te das cuenta que si hubiera podido ya lo hubiera hecho? —me alejé un poco, estaba cada vez más pegada a mí.

—Dice que me harás cosas horribles.

—No te haré cosas horribles.

—Pues ella dice que sí.

—¿Le vas a hacer caso a ella antes que a mí? —me miró y después miró sus dedos como si nunca los hubiera visto antes.

—¿Sabes? —dijo.

—¿Qué cosa Alison?

—A veces quisiera morir —se acercó peligrosamente a mí— ¿Tú puedes hacerlo verdad? Mátame, acaba de una vez con todo ésto.

Me miró a los ojos, desde muy cerca, demasiado cerca.

—No te acerques tanto Alison —le dije y quise retroceder, pero mis piernas chocaron con el sillón que tenía detrás

—Si te reto y me tocas me matarás al final ¿Verdad? —me dijo para mí desconcierto.

—No sabes lo que dices, ésto no es un puto juego Alison, aquí no estás viendo una de tus películas —me sonreía aunque el dolor le cruzara el rostro.

—En mis películas los vampiros son buenos, los malos son los segundos protagonistas.... aquí ¿Quién eres tú?

Alzó su mano para tocar mi mejilla.

—¡No!

Salí de su alcance sin siquiera rozarla.

—¿Tienes miedo de mí? ¿De una simple mortal? ¡Vaya! El gran vampiro señor Jeon tiene miedo de Alison la pequeña humana —se regocijó.

—No te tengo miedo, lo que no quiero es que tengas miedo de lo que te pueda llegar a hacer —le dije desde lo más lejos posible.

Ella respiró fuerte y empezó a pensar, me estaba poniendo nervioso. Pensé que era buena idea entrar a la estancia y se me estaba haciendo difícil manejar la situación.

—¿Qué me harías? ¿Por qué tengo que tener miedo de que me toques? —lanzó su pregunta acercándose.

—¡Quédate ahí! Te lo cuento si te quedas quieta ahí mismo —paró.

—Muy bien, aquí me quedo, soy toda oídos —cruzó sus brazos.

Empecé a soltar todo el aire y a pensar como comenzar con toda ésta locura de explicación.

—Yo no estoy con nadie Alison, ahora mi vida no necesita una compañera —me escuchaba atenta y con actitud aniñada, ¿Cómo demonios le podía yo explicar lo que pasaría?— a lo que tú quieres que yo te conteste es al acto amoroso entre un hombre y una mujer....aunque yo no soy un hombre cualquiera —me salió una especie de risa ridícula.

Se rió un poco ella también y me descontroló, estaba nerviosa, yo suspiré desesperado.

—No me ayudas —bufé— no lo haces ¿Sabes?

Se mordió el labio y bajó sus ojos. ¡Por todos los demonios! Que fuerte había que ser para no salir a toda velocidad y agarrarla fuerte para besarla.

—¿Eres virgen? —me arrepentí en el mismo momento que lancé la pregunta— ¡Déjalo! No me contestes, no lo hagas...lo siento he sido un grosero —me miraba con los ojos muy abiertos.

¿Cómo iba a explicar lo que haría con ella? Para luego contarle que sería un peligro enorme y casi imposible controlar las fuerzas de mi cuerpo al venir a mi el placer de amarla, que podría destrozarla.

Empecé a andar por la habitación de un lado a otro y de pronto al volver mi cuerpo la encontré allí mirándome con sus ojos canela. Sus pestañas infinitamente largas bajaron hasta cerrar completamente sus ojos, luego volvió a abrirlos de nuevo.

Empezó a hablar bajito y sosegado y yo tragaba la saliva que se me estaba derramando por la boca.

—No tienes que decirme lo que hace un hombre y una mujer en el acto sexual, fui a la facultad, en mi libro de anatomía he visto muchos hombres desnudos además de multitud de cadáveres hombres y estaban totalmente desnudos —me sonrió y atravesó mi corazón inerte, aunque creo que lo movió por un momento, o eso creí— a lo que me refiero es que podría hacerle un vampiro a una humana, ¿Podrían amarse? ¿Podrían estar juntos aunque él tuviera que hacer un gran esfuerzo? O la mataría nada más estar junto a ella.

Su aroma a hembra en celo me embriagó, nadie podía percibir ese aroma como yo lo estaba saboreando en éste momento, me deseaba, ¡Joder! Quería el contacto de mi cuerpo como una hembra busca a su macho.

—Alison es muy peligroso —le dije en un susurro.

—No te tengo miedo, sé que encontrarás las fuerzas suficientes para no hacerme daño.....

—No te tengo miedo, sé que encontrarás las fuerzas suficientes para no hacerme daño

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Vampire JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora