Terribles noticias

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Jason caminó tambaleándose, había bebido demasiado y realizado mezclas demasiado potentes, sus manos tocaban la pared para poder sostenerse y dirigirse al baño, rezando porque no estuviera ocupado. Golpeó la puerta cuando estuvo al alcance de su mano sin recibir respuesta, así que la empujó encontrándose el lugar libre, aunque para nada limpio, sin duda no era el primero en haber echado las tripas allí dentro. Se dejó caer en el suelo frente al retrete y sostuvo sus manos en él, ignorando por completo la suciedad que allí parecía estar incrustada, saliendo de su boca los mismísimos infiernos.

La música seguía sonando entre las paredes de aquel lugar, un viejo negocio de los años 50 que había quedado en banca rota a mediados de los 70, los jóvenes de Hawkins llevaban haciendo fiestas ahí desde el inicio, generación tras generación, las paredes estaban llenas de firmas junto a los años de graduación. Jason no debería estar allí, era consciente de ello, la fiesta era solamente para alumno del curso 84-85, los que se iban a graduar, los senior; pero el chico solamente estaba un curso por debajo de ellos y pertenecía al equipo de baloncesto, tenía un pase VIP por ello ya que Steve Harrington, el Rey del instituto, era el capitán del equipo y podía invitar a quien le diera la gana. Jason estaba deseando que Steve se graduase, el puesto de capitán sería entonces para él, estaba seguro. Hace un mes, cuando el Camaro irrumpió ruidosamente en sus vidas, vio peligrar esa realidad, Hargrove era una estrella sobre la pista, incluso ensombrecía a Steve, pero el rubio truncó su destino y reafirmó el de Jason cuando se inclinó por ayudar a las animadoras.

El súbito cambio de música le sacó de sus pensamientos, la música pop que hasta ahora había estado sonando se cortó repentinamente con un chirrido, como si alguien hubiera parado la cinta de golpe sin esperar a que terminase la canción, y a continuación empezó a sonar algo estruendoso, con demasiada guitarra y gritos. Esa misma maldita música que Hargrove y Munson amaban tanto. Jason se sintió aún más enfermo al pensar en ellos dos a la vez, Chrissy no tardó en aparecer en su cerebro a su lado, tomando sus manos con una enorme sonrisa. Una nueva oleada de nauseas golpeó al instante, como si su cerebro quisiera recordarle la razón por la que se había emborrachado tan fuertemente, como si quisiera recordarle lo que había hecho. El fuerte sonido de la música casi logro tapar los suaves golpes en la puerta.

-¡Está ocupado! -exclamó sin sacar la cabeza del retrete

La puerta aun así se abrió lentamente con un leve chirrido por las oxidadas bisagras, Jason gruñó aguantando la siguiente oleada de ácido vómito y alzó su rostro, esperaba que fuera alguno de los chicos mayores demandando que necesitaban mear, que tenían preferencia sobre un acoplado, pero quien fuera que fuese no dijo nada, solamente cerró la puerta con la misma lentitud que la había abierto. Jason giró la cabeza queriendo verle pero la imagen que encontró fue realmente confusa. La persona tras él era realmente alta y corpulenta, los musculosos brazos y muslos junto a los visibles abdominales dejaban claro que era un chico, pero estaba usando el uniforme femenino de las animadoras de Hawkins High, con la falda cortando un poco más arriba de medio muslo y el top tan ajustado en su pecho que  revelaba su estómago. Llevaba unas botas marrones de estilo militar y unas pulseras de cuero en una muñeca, su pelo rubio y rizado se encontraba recogido en una coleta alta, unos pocos mechones delanteros estaban sueltos a modo de flequillo, sus ojos estaban visibles y eran de un profundo azul enmarcado por densas pestañas negras y lo que sin duda era un delineado. Pero el resto de su rostro estaba cubierto, el chico llevaba una bandana atada sobre la boca, la cual tenía el dibujo de la mandíbula de una calavera. 

-¿Pero qué cojones?

No le dio tiempo a ponerse en pie o moverse, ni siquiera tuvo tiempo de decir algo más, la mano del chico se alzó dejando visible un hacha que hasta ahora había permanecido oculta tras su muslo, y en cuestión de segundos golpeó la cabeza de Jason con la culata de esta, haciendo que se desplomara sobre el retrete, lo que supuso el segundo golpe. Jason sintió un agudo dolor en la frente y podía vez la sangre cayendo al suelo desde su nariz, debía haberse hecho una brecha en algún lado pero estaba demasiado aturdido para identificar de dónde venía el dolor, sus ojos se movieron para observar como la figura estaba estática, mirándole con atención. Una oración cruzó su mente, "por favor, que esto sea todo, que sea solamente un golpe, que sea solamente una paliza, que sea una broma", pero aquella persona no se marchaba, de hecho aferró el hacha con más fuerza y Jason supo que era una situación de vida o muerte. Logró girar justo a tiempo para evitar el golpe que caía sobre él, apoyándose en la pared contraria para intentar alzarse, pero la combinación del alcohol y la pérdida de sangre no estaban ayudando. Un nuevo golpe cayó sobre él, Jason se encogió lo suficiente para que el hacha se incrustara en la pared en vez de su cabeza, y aprovechó el nuevo punto de apoyo para alzarse de una vez, cargando contra aquella figura y empujándola contra la pared. No iba a quedarse a pelear, tampoco intentaría sacar el hacha, aquello era lo que los estúpidos valientes  hacían en las pelis de miedo, y siempre acababan muertos. 

{Happy} SCREAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora