Enamorado por accidente

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Septiembre, dos semanas antes del asesinato de Jason Carver

¨POV Steve¨

El domingo por la mañana amaneció soleado, Steve se revolvió lentamente entre las sábanas agradecido por estar, una vez más, solo en casa debido a un viaje de negocios, ya que aquello le permitía salir de fiesta en sábado sin luego tener que ir a la iglesia hecho una mierda. Porque sí, como cualquiera familia de bien que quiere aparentar ser perfecta, los Harrington iban a la iglesia los domingos que los padres se encontraban en Hawkins, cuando no, la gente parecía comprender que Steve no acudiera. El moreno rascó sus ojos una vez más y tomó el teléfono que había en la mesita al lado de su cama, marcando rápidamente el número que se había aprendido en tan poco tiempo, escuchando el saludo al otro lado tras un par de tonos.

-Residencia de los Buckley

-Ey, Robin, soy Steve

-¡Wah, cabezahueca! -rio la chica al otro lado -¿A qué debo este honor?

-Tengo noticias sobre ricitos de oro, ¿quieres venir a mi casa o...?

-Ve haciendo una montaña de tortitas

La línea se cortó al instante, aún así Steve no se levantó corriendo porque sabía que Robin no tenía coche, así que tendría que caminar hasta su casa o coger un bus, lo cual le daba tiempo de sobra. Después de 10 minutos más remoloneando en la cama, en absoluto reviviendo una y otra vez lo sucedido y lo que CASI sucede en la fiesta, Steve se levantó y fue a la ducha para quitarse todo el pestazo a alcohol, tabaco y demás cosas desagradables. A penas había terminado de secar su cabello y vestirse cuando el timbre de la puerta sonó, bajando los escalones de dos en dos y abriendo la puerta con parsimonia, encontró a Robin en la entrada de su casa.

-¿Dónde están las tortitas?

-Hola a ti también, Robin, mi sábado fue genial, gracias por preguntar -se burló Steve yendo a la cocina 

Robin ignoró su reclamación y fue detrás de él a la cocina, tomando asiento en uno de los taburetes altos de la isla mientras Steve comenzaba a cocinar, sirviéndole antes un zumo de naranja para la espera. Robin no esperó un segundo.

-¿Qué pasó con Billy en la fiesta?

-Bueno, tuvimos un momento de... tensión, realmente lo importante es lo que NO pasó -hablaba tranquilo mientras preparaba la mezcla -Nos encontramos en el aparcamiento, compartimos un cigarro y... creo que me coqueteo, ósea, yo nunca he coqueteado con hombres, pero estoy seguro que eso lo era

-¿Qué fue lo que te dijo? 

-En realidad hablábamos de Nancy, pero me dijo que un día encontraría a una chica que quisiera lo mismo que yo, que me apoyara siempre y que viera lo sexy que estoy cuando me enfado

Robin se levantó de la banqueta, medio cuerpo sobre la isla, sus ojos abiertos como platos y una sonrisa descomunal.

-¡Ahhhh, Dios, Steve! -gritó con evidente emoción -¡Eso es coqueteo sin dudar, le ha faltado un letrero de neón!

-Tampoco hizo falta, como ves, lo comprendí perfectamente

El sonido de la sartén llenó el ambiente un momento junto a los gritos entusiasmo incontenido de Robin.

-¿Y después? ¿Qué fue lo que NO pasó que es taaaaan importante?

Steve se apartó del fuego un instante para poder mirarla, sus mejillas rojas hasta las orejas, la vergüenza y el entusiasmo reflejándose en su rostro.

-Casi nos besamos

-¡¿Qué?! -gritó Robin, el vaso de zumo casi cayéndose al suelo -¡¿Cómo que casi?!

{Happy} SCREAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora