Corazones calientes

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-¡¿Cómo que vas a dejar el equipo?! -gritó Tommy haciendo resonar su voz por todo el lugar

-Shhh, baja la voz, Tommy -le acalló Jason a pesar de que el chico era un senior -Creo que deberíamos respetar sus decisiones y permitir que se explique 

Billy no iba a darle las gracias por aquello, ya sabía que Jason solamente lo apoyaba porque así retomaría su puesto como mejor opción como capitán tras la graduación de Steve, creía que se deshacía de él y estaba feliz con ello.

-Sí, bueno, creo que las razones solamente se las debo al entrenador y a Harrington -masculló Billy mirando ligeramente al moreno -Pero simplemente me he aburrido, llevo mucho años jugando al baloncesto y me gustaría probar otra cosa que este instituto me ofrece, sin más

-¿El qué? -preguntó incrédulo uno de los chicos -¿Beisbol, fútbol americano, natación? Sabes que puedes combinarlos, ¿verdad? Steve es capitán de baloncesto y natación, hace ambos

El rubio no dijo nada más porque sabía que solamente gruñidos o insultos saldrían de su boca, eso si no acababa con los puños directamente, ¿qué parte de "creo que no os debo ninguna explicación" no habían captado? Su expresión debía ser mortífera porque rápidamente Steve interrumpió, palmeando el hombro de aquel imbécil y poniendo cara de pena a pesar de que él ya lo sabía, relamiéndose rápidamente antes de hablar. Que hermosos labios tenía el chico.

-Hay que respetar, chicos, es su decisión -habló tranquilamente -Así que vamos a despedirlo del equipo como se merece, ¿sí?

-Sólo ha estado dos semanas, tampoco es para tanto -bufó Tommy tratando de hacerse el duro

-¿Desde cuándo le dices que no a una fiesta, Hagan? ¿Qué más da la razón? -rio Steve tratando de rebajar la tensión -Tenemos que dar la fiesta del inicio del curso y celebrar que es nuestro último año

-¿Nosotros estaremos invitados? -preguntó Jason con cierta ansiedad

-Ya sabes que sí, los del equipo tienen pase VIP -respondió rápidamente el moreno -Hagámoslo este finde, tenemos dos días para prepararlo todo, tiempo de sobra

Al instante todos olvidaron el mal ambiente por la partida de Billy y empezaron a hablar de folletos, carteles, lista de invitados, bebidas y demás cosas relacionadas con la fiesta, Steve le guiñó un ojo divertido cuando nadie miraba, le había ayudado después de todo.

Billy aún recordaba lo mal que lo pasó tras el encontronazo por el libro, al fina había logrado estar a buenas con el moreno, disculparse por su actitud en la cancha y la había vuelto a cagar, porque sí, la culpa fue suya. El rubio sabía la imagen que daba, la había diseñado expresamente para causar la impresión que Steve tenía de él: típico machote prepotente y estúpido que no ha abierto un libro en su vida y que solamente le importa beber, fumar y seguir faldas. ¿Qué mejor tapadera que fingir ser todo lo opuesto a lo que uno es? Bueno, a Billy sí le gustaba beber y fumar pero no es que fuera su pasión o por moda, más bien era por el estrés y la ansiedad que su casa le generaba. Así que Steve realmente no podía declararse culpable, además, ni siquiera llegó a decir nada. Para cuando el californiano estuvo lo suficientemente relajado, y consciente de su error, se sentía demasiado avergonzado como para pedir perdón... otra vez. El orgullo era una de las cosas de su personalidad que eran reales. 

La campana sonó indicando el final del almuerzo, los chicos se despidieron y cada cual fue hacia su clase, Jason estaba tan feliz que prácticamente fue corriendo y Tommy le echó una última mirada de cachorrito como si eso fuera a cambiar su decisión repentinamente. Steve se quedó atrás, lo que provocó que se quedasen solos en las gradas.

-¿No tienes clases, princesa?

-Tengo natación, esperaré a ver a los chicos y me iré con ellos -murmuró tranquilo -¿Y tú?

{Happy} SCREAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora