Falsas impresiones

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El primer encuentro había sido rudo, a Steve aún le dolía al día siguiente el golpe que el rubio le había propinado, y hubiera estado bien si al menos esa hubiera sido la única vez, un pequeño acto de prepotente masculinidad adolescente, pero por desgracia no lo fue. Día tras días Billy seguía siendo igual de rudo en la cancha, tirándole al suelo y golpeándole siempre que podía, sin cometer nunca falta de alguna forma; luego siempre atravesaban algún incómodo momento en las ducas, a pesar de que Steve siempre intentaba esquivarle o usar la que estaba más alejado de él, Hargrove siempre parecía encontrar la manera de estar justo a su lado. Por suerte, su relación con Robin había aumentado exponencialmente, acabando con su temor a la soledad con cada comida que compartían.

-Te lo juro, a ese le pasa algo -gruñía Steve con su hamburguesa a medio camino de la boca -Siempre va a por mí, es como si estuviera obsesionado, no me da ni un respiro

Robin le miraba cada vez que hablaba de Billy con aquella misma expresión enigmática de la primera vez, Steve desearía saber lo que significaba pero la expresión de la chica, más allá de decir "es obvio, por favor, Steve", no aportaba demasiada información.

-¿Me pregunto por qué un chico como él estaría obsesionado con un chico como tú?

-¿Verdad? Yo también

La chica soltó un leve gruñido mientras rodaba los ojos y metía otro palito de zanahoria mojado en salsa agria en su boca. Steve se consideraba a sí mismo tonto, pero no tan tonto como para no saber cuándo estaba siendo tonto, claro que eso no hacía que comprendiera las cosas automáticamente.

-¿Has probado a establecer contacto con él?

-¡¿Cómo que contacto?! ¡¿Más?! -se quejó el chico enseñando el nuevo moratón que ya se empezaba a formar en su hombro

-Me refiero a fuera de la cancha, lelo -bufó Robin -Tal vez durante el juego es muy agresivo pero fuera de él no lo sea, o es agresivo contigo porque no te conoce y solamente sabe de ti lo que el estúpido de Tommy le diga, puede que si os conocieseis y os hicierais amigos, pues sería más amable

-Es eso... -Steve calló a media frase considerando, seriamente, lo que la chica le estaba planteando -Eso sería una buena idea si Hargrove fuese una persona normal, pero no lo es, es un troglodita, un bárbaro, es estúpido y tiene toda esta energía macho-man que... ugh

Robin rio con aquella expresión de saber algo que Steve no sabía a pesar de que era malditamente evidente, la chica no dijo nada, solamente asintió con una leve carcajada y empezó a comer su pudín. Tras la comida Steve tenía literatura, una de sus clases menos favoritas, la compresión lectora nunca fue lo suyo, ni la redacción, sus cartas a la universidad podían confirmar ambas cosas. Con una hora libre en sus manos y un hermoso día de sol afuera, Steve no pensaba quedarse dentro del colegio, y sus pies se dirigieron firmes hacia el campo de fútbol, donde pensaba tumbarse en las gradas y disfrutar de los rayos del sol. Sus planes cambiaron cuando escuchó risas debajo de sus pies, viendo dos cabelleras rubias a través de los tablones, afinando la vista hasta identificar a Billy y a Chrissy, sentados juntos con una revista pop entre las manos, contestando alguna clase de cuestionario. Y en ese momento Steve pensó en Robin, en cómo le había dicho que en verdad no se conocían, que tal vez había más, que debería pasar de las primeras impresiones y conectar con él. 

-Ey, chicos -saludó Steve a través de la grada -¿Qué hacéis aquí fuera?

El moreno esperaba una respuesta mordaz, algo insultante, proveniente de Hargrove, obviamente; pero el chico solamente alzó el rostro para mirarle y su expresión era tranquila, nada de sonrisas prepotentes pero tampoco cejas enarcadas en molestia, simplemente relajación.

{Happy} SCREAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora