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Jimin estaba sentado sobre la cama, con las piernas entreabiertas, los ojos vendados y sus manos amarradas hacia arriba en el sujetador del dosel.

Jackson lo besaba profundamente, sus lenguas jugaban, y Jimin se sentía extasiado, Jackson mordía sus pezones sacando gritos de Jimin.

— Eres un sumiso muy malo, ¿cómo te atreves a mirar a alguien de esa manera delante de tu Amo?

— No soy malo señor — decía Jimin mientras sollozaba.

Jackson le pega una cachetada.

— ¡no soy malo!— Llora Jimin.

— ¿Y me vas a contestar Jimin?

— Es que...

Otra cachetada enrojece aún más la mejilla de Jimin, las lágrimas surcaban sus mejillas y sus ojos no podían ver de lo húmedos que estaban.

Jackson estaba en descontrol, Jimin jamas le había contradecido, y no controlaba su ira. No quería pasarse más de lo que debía, su mente dominante le estaba jugando una mala pasada, él apreciaba a Jimin, no lo amaba pero apreciaba su cuerpo y su sumisión, era la única forma de tener control en su vida su excesivo trabajo y su frígida mujer lo estresaba aún más ,con ella no podía ser lo que era en realidad.

Ser dominante en la relación lo había conseguido cuando conoció el bar "Run" llegó por casualidad una noche, el barman lo vio abatido, y le comentó que había un lugar nuevo en la ciudad, si le gustaba cierto tipo de *cosas*.

Cuando llegó al bar, se dió cuenta que eso era para él, y a escondidas llegaba cada viernes, a practicar lo que él amaba, la sumisión, el poder, y la obediencia. Nunca tuvo un sumiso propio hasta que conoció a Jimin y este se entregó a él tan fácil, pero ahora se lo estaba poniendo difícil, y él no lo permitiría.

Jimin lloraba, no quería ser castigado, porque él se había portado bien. Pero no podía evitar sentirse culpable, su amo tenía razón, él había mirado a ese hombre a los ojos, delante de su amo, y eso no estaba permitido.

—¿Qué fue lo que hiciste mal Jimin?

— Mire a otro hombre que no es mi señor a los ojos. Perdóneme señor. Recibire su castigo. Lo merezco.

Cuando Jackson escuchó esas palabras, su miembro se endureció y se elevó hasta su ombligo, su sumiso sabía que decirle para hacer que se sintiera poderoso.

— Ya estás aquí Jimin, mi perfecto Jimin, no dejaré que nadie te arrebate de mi.

Jackson sabía que estaba en la cuerda, sabía que Jimin no era de él, ellos estaba ahí por los acuerdos y porque ambos disfrutaban de eso, pero Jimin había roto el trato más importante, la adoración en los ojos debían ser solo para él, nadie más podía tener a Jimin mientras su acuerdo siga existiendo.

Le da un beso profundo e introduce su lengua fuertemente sacando un gemido ahogado de Jimin, lo suelta de las ataduras de los brazos y Jimin deja caer sus brazos temblorosos, su cuerpo hormigueaba y cada vez se deslizaba más a su espacio de felicidad.

—Recibirás tu castigo en silencio,
sabes que decirme si es mucho para ti.

Jimin por primera vez sintió estremecer su interior , solo una vez había tenido que usar la palabra de seguridad y no quería repetir eso.

— ¿Qué me debes decir Jimin?

Jimin eligió la palabra que le dijo su madre cuando lo dejó solo al saber que era gay, su corazón dolió tanto ese día, que decidió dejarla como palabra de seguridad para recordar que no soportaría el dolor físico o emocional, porque así era.

Mi tierno DOM. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora