Mi tierno DOM.

십삼

Ya era tarde y Jimin debía volver a casa, después de comer durmieron acurrucados en la cama uno aferrado a la cintura del otro.

Jungkook se despertó cuando ya era de noche, Jimin dormía aún con su cara en el pecho y su pierna entrelazada a la de él.

Verlo dormir plácidamente lo hacía sentir completo. Jimin era perfecto durmiendo así, era hermoso, tenía su boca entreabierta y sus labios rosados se veían más abultados.

Delineó su pequeña nariz y Jimin se quejó.

— Déjame seguir durmiendo Jungkook.—se quejo Jimin con la voz rasposa.

—Es tarde Jimin, ¿te quedas conmigo? Mañana vamos temprano a tu departamento si necesitas algo.

Jimin abrió sus ojos y lo miró esperando que lo que le dijo haya sido una broma.

—Porque me miras así, ¿no quieres?

—Si, si quiero, y también quiero seguir durmiendo— le dice Jimin, dándose la vuelta y mostrando su espalda.

Jungkook lo abraza y mete su mano debajo de la polera que llevaba puesta.

Inspira el dulce aroma del perfume de Jimin y le besa el cuello.

Empieza a dejar pequeños besos y desliza su mano por su abdomen, haciendo que Jimin contraiga su cuerpo con el toque.

—¡Me haces cosquillas!— Reía Jimin.

—No es lo que quiero hacer cariño.

Jimin se da media vuelta de golpe,

Jungkook tenía sus ojos dilatados y esa mueca dejándose llevar.

Cuando Jungkook lo miraba así, se sentía pequeño e indefenso, no dijo nada.

—Quiero jugar contigo.

Jimin hace un pequeño quejido con su garganta.

—Quiero que me contestes cariño.

—Si señor Jeon.

—Muy bien.

Jungkook se levanta de la cama, y va a su armario.

Hay un bolso ahí con sus juguetes. Los que tenía guardados hace mucho tiempo.

No habían hablado con Jimin aún sobre los límites y lo que le gustaba, a si que no sería tan duro está vez.

Cuando llegó Jimin estaba tal cual lo dejó, esperando.

Jungkook lo destapó, le saco toda la ropa bajo la atenta mirada de Jimin.

Como siempre Jimin era perfecto para él, con su cuerpo dócil, y sus ojos vidriosos dejándose llevar también.

—Mirame Jimin, préstame atención, Jimin lo miraba con los ojos brillantes adoradores, será algo simple, no hemos conversado de esto, pero si es mucho para ti, usaremos la palabra más simple de todas, tu sabes.

—Si señor Jeon, rojo.

—perfecto.

deslizate por la cama, boca abajo manos detrás de tu espalda, tobillos juntos.

Jimin hizo lo que se indicó. Sintió el cuero de las esposas en las muñecas y el cuero de las esposas en los tobillos, sentía el frío de las cadenas en su espalda.

Su respiración se agitó, estaba indefenso, no tendría mucha movilidad así, pero confiaba en Jungkook, sabía que no le haría daño.

Jungkook miró la obra de arte que parecía Jimin, era hora de acomodar a Jimin sobre la cama, su cara estaba aplastando las sábanas, con su culo expuesto afirmado con las rodillas, podía separar levemente las piernas una de otra para estabilizarlas la correa que había entre sus tobillos le daba un poco de flexibilidad de movimiento.