Capítulo 4

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Bien, analicemos mi situación actual.

En un ataque de ira y ansiedad por traumas pasados he cometido la estupidez de adentrarme solo en plena noche en la profundidad de un bosque donde se encuentra una criatura la cual ha cogido fijación por mí y la última vez casi se carga la puerta trasera de mi casa solo para atraparme. Ahora tengo a un lobo enorme a unos metros de mí.

¿Soluciones para escapar del lío en el que me metí por idiota? De momento no se me ocurre ninguna. 

Empiezo a retroceder de forma lenta para poner más distancia entre nosotros, pero como la vida me odia tropiezo con la raíz de un árbol que sobre sale de la tierra cayendo de culo al suelo. Golpeo mi cabeza de forma algo brusca al caer. Llevo mi mano derecha a la parte trasera de mi cráneo, duele, pero al mirar mi mano no veo sangre por lo que no me hice herida. 

Miro al frente viendo cómo se sigue acercando a mí. Tengo miedo y por acto reflejo agarro el collar que me hizo Abi. Un momento....¡¡Claro, como no lo he pensado antes!! El frasco está lleno de polvo de plata que es lo único que les hace daño. Comienzo a destaparlo cuando al fondo escucho como algo se acerca a mis espaldas. Él lo escucha también, por supuesto.

- Andrew donde estás. - Abi grita mi nombre, me está buscando y viene hacia aquí. Está en peligro. 

Me sobresalto al escuchar repentinamente como el lobo empieza a gruñir de forma agresiva. Para rematar, con el susto se me ha escapado el frasco de las manos y ha salido volando a un lado de nosotros. Joder.

Veo como la criatura ya no me presta atención y se echa a un lado para empezar a caminar con cautela hacia el interior del boque donde provenía la voz de mi mejor amiga. Pero algo impide que siga avanzando. Este alza su pata derecha adolorido mientras le empiezan a salir algunas quemaduras al parecer donde el polvo de plata le había tocado al pisar. Llora y se queja por el dolor. 

Por unos instantes pensé que enloquecería y me atacaría, pero en lugar de eso, se dio la vuelta apresurado y huyó por el lado contrario. Lo vi desaparecer entre los árboles y ser ocultado por las sombras de la noche.

Me quedo petrificado, el aire se ha quedado atorado en mi pecho sin poder escapar, de repente siento unas manos apretar mis hombros. Miro hacia arriba para ver la cara de preocupación de Abi, sus ojos estaban rojizos, parecía haber estado llorado. Se arrodilla junto a mí y me abraza fuertemente. 

- Menos mal que estás bien. Cuando llegué y vi todas tus cosas y tú no estabas, no contestabas al móvil y entré en pánico cuando vi la verja abierta. Creía que esa cosa te había hecho daño. - Me dice con la voz entrecortada por el llanto. 

- Como se te ocurre irte tú solo por el bosque. - me coje de la cara para que la mire directamente a los ojos. 

-No sé lo que pasó exactamente. - intenté expresar de la mejor manera posible la situación.

- PERO TÚ ESTAS LOCO O QUÉ TE PASA!!! - Me grita mientras me pega un golpe en el hombro bastante fuerte.

- Ay eso duele burra. - le dije mientras frotaba mi hombro.

- Más fuerte debería pegarte, aquí la única con ganas de morirse soy yo. No me quites el puesto. - me reí por sus ocurrencias suicidas. 

- Ahora salgamos de aquí, este sitio me da mala espina. - me ayuda a levantarme del suelo pero antes de irnos busco el frasco por el suelo y veo que efectivamente el polvo de plata se ha esparcido por la zona. Ya se han confirmado por completo todas nuestras sospechas.

En ese momento la imagen del lobo adolorido y quejándose aparece en mi mente. Un sentimiento de pena y angustia se instaló en mi pecho como si me preocupara por él. Es una tontería, esa cosa me quería matar. No es un dulce perrito indefenso. Sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos comenzando a caminar hacia la casa. 

Shadow WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora