[Reunión de generación]

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La noche brillaba tanto cómo las luces de color dentro del gimnasio de la escuela Elmore

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La noche brillaba tanto cómo las luces de color dentro del gimnasio de la escuela Elmore.

Después de graduarse hace diez largos años, los alumnos de la escuela Elmore estaban reunidos nuevamente en una fiesta. Y Ocho no quería estar ahí.

El pelinegro observaba desde una de las mesas con comida a sus ex-compañeros de generación. Todos estaban tan cambiados, pero al mismo tiempo se veían iguales.

Darwin estaba con su esposa Carry, actuando cómo si fuese su primera vez estando en una fiesta.

La señorita Simian veía a todos juzgadoramente desde lejos, como la profesora que era (y seguía siendo, misteriosamente).

Banana Joe... Seguía siendo Banana Joe.

Y Gumball estaba hablando en una bola de gente, teniendo la atención de Tobias, Alan, Clayton, Dog, Leslie y Rob.

No tenía idea de que estaban hablando, y tampoco le interesaba. Solo quería acercarse a Gumball.

Quería robarse también su atención.

Quería mostrarle que había cambiado para bien con su temperamento.

Quería, de manera descarada, presumir lo bien que lo había tratado la vida con su trabajo de modelo en revistas de videojuegos.

Quería decirle "hola", al menos.

Pero Gumball se veía contento sin notar su existencia. Reía, se ponía rojo en ocasiones, apoyaba su brazo en los chicos que estaban cerca de él.

"¿Siquiera valía la pena?"

Si hubiese querido la atención del chico hace diez años, hubiera caminado sin temor a la multitud y hubiese jalado el brazo de Gumball para sacarlo de la escuela y hablar.

Pero era un Ocho nuevo, ya no se permitía esos comportamientos irracionales y tóxicos. Y como lo odiaba en esos momentos.

Quería flaquear y ser débil a su instinto de solo tomar a Gumball por la fuerza para tenerlo cerca. Quería ser posesivo.

Quería hacer y decir tantas cosas, pero se reprimía porque sabía que Gumball no lo querría.

— ¡Ocho! – Habló Tobias alejándose de Gumball para hablar con su amigo. — ¿Qué pasa, viejo?, ¿No querías hablar con Gumball?

— Estuve pensando y... – Ocho mordió su lengua antes de hablar. — No tengo prisa.

— Lo mismo dijiste antes de graduarnos y jamás hablaste con él.

— Lo sé...

— ¿Seguro que no quieres que lo traiga aquí? – Tobias insistió.

— Está bien. Estoy bien... – Ocho suspiró sin mirar a su amigo. — Iré a tomar aire.

[GumOcho One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora