[Desahogo]

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Advertencia: Smut

Gumball no era alguien que solía frecuentar bares

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Gumball no era alguien que solía frecuentar bares.

Usualmente para momentos en los que se encontraba decaído, siempre encontraba refugio en los videojuegos, cómics o la television. Pero debido a su situación particularmente patética, no se le ocurrió otro lugar mejor a dónde acudir.

¿Cuál había sido la desgracia que lo orilló a emborracharse en medio de la noche?

Había llegado al borde de su frustración sexual.

En sus veintidós años jamás había tenido sexo con alguien, y finalmente le estaba cobrando factura ese pensamiento.

Era algo tan tabú, tan vergonzoso y, al mismo tiempo, tan estúpido desde el punto de vista de Gumball. Pero muy en el fondo, la idea (más bien paranoia) de pensar que terminaría muriendo virgen le carcomía la cabeza.

¿Porqué ahora?, ¿Porque hasta ahora se sentía tan molesto consigo mismo?

Gumball suspiró, mirando el reflejo distorsionado de su cara en el tarro de cerveza semi vacío entre sus manos, todavía recordando las palabras que le dijo su ex-novia cuando le preguntó porqué, luego de 5 años de noviazgo, todavía no quería dar el siguiente paso.

"Lo siento, considerando que eres un híbrido de gato... No quiero imaginar que tengas 'esas' características ahí abajo"

Al principio, Gumball se rió. Pensando que era algo absurdo. Pero al ver la cara seria de su ex-novia, cambió a sentirse inmediatamente ofendido.

Si. Puede que Gumball tenga las orejas y cola de felino típicas, que sea un híbrido que ronronea al recibir mucho cariño, que se distraiga con objetos brillosos, que deteste los lunes, pero asumir que su anatomía viril era igual a la de un gato común, se le hizo excesivo.

Eso no detuvo a Penny de cortar con él por creer que se pondría insistente en el asunto.

Y, como un mal giro de trama, hizo que fuera así. Ahora Gumball sentía que jamás podría experimentar el supuesto "ser uno" con otra persona gracias a los estereotipos en contra de los híbridos.

— Buenas noches, ¿Qué le sirvo? – El bartender habló, atendiendo a un nuevo cliente que se encontraba a lado de Gumball.

Cómo buena persona chismosa, el felino no pudo evitar voltear. Lo que se encontró fue a un chico usando un suéter negro con la capucha alzada, encorvado en la silla de madera, sin ganas de levantar la mirada.

— Un tarro de cerveza.

— ¿Alguna marca en especial? – El bartender empezó a escribir en una libreta de bolsillo.

— Eh... – El encapuchado volteó hacia el tarro de cerveza que Gumball estaba bebiendo. — Deme lo mismo que este joven.

— Enseguida vengo con su orden, ¿Algo más?

[GumOcho One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora