Advertencia: Smut
Sabía que este tópico cliché me tomaría del brazo algún día.
Gumball estaba aferrado al lavabo del baño. Tenía sus uñas clavadas en la cerámica y la cara dando frente al espejo.
En el reflejo, podía tener total visión de cómo Ocho se lo estaba cojiendo sin piedad. A comparación de su amante, se encontraba totalmente desnudo, su cabello peliazul estaba pegado a su frente por el sudor, y las lágrimas placenteras se asomaban en sus párpados al igual que la saliva en sus labios.
Gumball no lo negaba, se encontraba en un estado irremediablemente feliz cada que Ocho lo follaba hasta sobre estimularlo y dejarlo con una mente borrosa y estúpida. De esa forma, solo tenía que preocuparse en ser obediente para que su amante lo dejara correrse.
— ¿Ya estás cerca, cariño? – Ocho se inclinó hasta el oído felino sin dejar de meter y sacar con rudeza su miembro. — ¿Estás listo para que preñe tu lindo vientre?
— ¡Sí! – Gumball gritó jadeando sin importarle el eco del baño. — ¡He sido... Tan bueno!, ¡Por favor!
Ocho sonrió mientras daba un beso rápido al oído de Gumball y dejaba de reclinarse para jalarle el cabello y que pudiera ver su cuerpo completo en el espejo.
Las marcas en los hombros y pechos de Gumball estaban rojas, tardarían unos días en quitarse, pero lo que más le gustaba visualizar en ese momento a Gumball (además de la mirada oscurecida de su amante), era ver cómo el miembro de Ocho se remarcaba levemente dentro suyo por lo profundo que estaba llegando, dejando ver un pequeño bulto bajo la piel.
— Gumball. – Ocho jadeó mientras apretaba los dientes y se movía de manera brusca. — Ya no aguanto...
— Adentro, adentro, adentro... – Gumball gemía desesperado mientras la saliva finalmente caía de sus comisuras y movía sus caderas hacia atrás.
Ocho ahogó un gruñido placentero cuando finalmente pudo empujar hasta al fondo su pelvis y liberar su orgasmo dentro de las entrañas de Gumball.
Gumball sintió como sus propios latidos resonaban fuerte dentro de sus oídos mientras lascivamente el esperma lo llenaba hasta desbordarse entre sus glúteos. Aún con el miembro atascado, hacía lo posible para menear sus caderas y esparcir la semilla en todo su interior.
Justo como su celo se lo indicaba.
A la par de unos minutos, Gumball pudo recuperarse del orgasmo. Ocho, por mientras, se entretenía besando la nuca del peliazul y abrazando su cuerpo, pasando sus dedos por el abdomen bajo que todavía se sentía pesado por la carga de semen con la cual lo había llenado.
— Hah... ¿Qué tal estuvo? – Ocho murmuró pegado a la espalda de Gumball, moviéndose a propósito todavía dentro del chico gato.
— Gracias como siempre, Ocho. – Gumball se dejó llevar por los mimos un segundo antes de tratar de separarse. — Tu pago está en mis pantalones.
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[GumOcho One-shots]
FanfictionOne-shots de Gumball/Ocho de El Increíble Mundo de Gumball. ESTE SHIPP ESTÁ SUPER INFRAVALORADO, DENLE OPORTUNIDAD, PORFA.