— ¡¿Es en serio?!, ¿Qué basura es esta?
Gumball sacudía a Darwin ocultándose nuevamente en el escudo de los casilleros abiertos.
Había sucedido algo curioso desde que Gumball dejó su amistad con Ocho. El chico con problemas de ira empezó a tener más amigos.
Gumball al principio se sintió feliz por él, pero cuando se enteró que ninguna de sus amistades tuvo que cruzar el tortuoso ritual de iniciación que el sí pasó, de inmediato se sintió furioso.
La mayor prueba que tiene es que jamás dejó de observar a Ocho.
Aún cuando al principio decía que era para aprovecharse y conocer a Sonic, poco a poco se volvió una especie de hobbie checar que hacía el chico pelinegro.
Clayton, Anton, Molly, Sara, Boberto, Idaho. Ninguno de ellos tuvieron que hacer algo destacable para quedar en el círculo de amistad de Ocho.
De todos ellos, Gumball repudia cómo Idaho se volvió el favorito luego de un par de semanas.
— Bueno, Ocho te lo dijo. Lo hiciste cambiar para que tuviera más confianza.
— ¡Pero...! – Gumball se abrazó a Darwin para ahogar un grito frustrado.
El híbrido de pez se limitó a acariciar la cabeza peliazul. Parecía que Gumball se quedaría obsesionado con Ocho el resto de la semana.
Todavía recuerda lo pesado que se puso su hermano cuando, la semana pasada, le había pedido de favor a Clayton (el cambiaformas) que lo sustituyera en clases para ir a ver una película.
Fue la aventura más desastrosa, asombrosa e irrepetible que tuvieron en sus vidas. Lastima que nadie, más que ellos, la experimentaron.
— ¡Mira, se están yendo! – Gumball exclamó chocando su puño en su mano. — Le demostraré a Idaho quién manda.
— ¿Qué piensas hacer?, Tú fuiste el que le dijo a Ocho que ya no querían ser amigos.
— La gente siempre cambia de opinión, Darwin. – Gumball dió unas palmadas en la cabeza a su hermano antes de jalarlo por los hombros. — Haré que Ocho ruegue para que volvamos a estar juntos.
— Okey. Pero no cuentes conmigo en esto. – Darwin se separó, regresando al salón cuando escuchó la campana escolar.
— No te preocupes. Podré por mi propia cuenta. – Gumball habló solo, frotándose las manos mientras que, con una mirada malvada, veía a sus compañeros de clases caminar por los pasillos.
Su cerebro estaba comenzando a maquinar un plan.
Los pasillos escolares comenzaron a llenarse de susurros emocionados y confusos. Los profesores que escuchaban a escondidas a los alumnos, corrían hacia el director Brown pidiendo confirmación de los rumores.
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[GumOcho One-shots]
FanfictionOne-shots de Gumball/Ocho de El Increíble Mundo de Gumball. ESTE SHIPP ESTÁ SUPER INFRAVALORADO, DENLE OPORTUNIDAD, PORFA.