[Calor]

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Advertencia: Smut.

Sugerencias dadas por: Drimsin y SimpBoobs

No pude elegir una, así que combiné ambas ideas.

Era domingo. Una día perfecto donde Gumball y Ocho podían verse sin tener trabajo de por medio. Aunque, para ser justos, Ocho era el que salía a trabajar mientras Gumball cuidaba de la casa.

El único detalle peculiar del día era que hacía calor. Era tan fuerte que Gumball tuvo que dejar su orgullo y su sudadera favorita para sobrevivir. Lo único que traía puesto eran una camisa blanca de tirantes y los boxers de Ocho.

El pelinegro tampoco se salvó. Estaba en las mismas condiciones que Gumball, usando pocas prendas, dejando también su suéter y pantalones negros en algún lado de la casa. El sabía cuándo rendirse en una pelea, y el sol había ganado esa ronda.

Ambos chicos estaban en el sofá, con Ocho sentado viendo la televisión y Gumball encima de él, abrazándolo y pegándose como chicle aún con el calor.

— Sabes que tenemos el aire acondicionado, ¿Verdad? – Ocho soltó luego cinco minutos en aquella posición, con una de sus manos acariciando la espalda de Gumball.

— Si, pero tú eres más cómodo. Y el control del clima está muy lejos.

— Está a unos metros de nosotros.

— Ya me acomodé. – Gumball se aferró más al cuello de Ocho. — No es mi culpa que tu cuerpo este frío.

— No me vas a soltar, ¿Verdad? – Ocho sonrió.

Gumball negó con la cabeza, haciendo que Ocho tuviera leves cosquillas por el cabello peliazul.

— Estás atrapado conmigo de por vida. – El chico gato extendió su mano derecha, presumiendo su anillo de matrimonio.

— Lo sé, bebé. – Ocho besó la cabeza de su esposo. — Pero de verdad quiero prender el clima.

— Supongo que tendrás que cargarme.

— Eres diabólico. – Ocho exageró en broma.

No era la primera vez que pasaban por aquella situación, por lo que, siguiendo los caprichos del peliazul, Ocho cargó por los muslos a su esposo hasta la mesita donde reposaba la gran televisión y tomó el remoto del clima.

Luego de prender los botones necesarios, el aire frío comenzó a circular. Gumball dió un jadeo de satisfacción abrazándose más a Ocho.

— ¿Ves? No era tan difícil. – Gumball alzó la cabeza para dar un beso rápido en los labios del pelinegro. — Cómo recompensa, yo invito la pizza.

— Genial, ¿Quieres acompañarlo con un videojuego?

— Depende, ¿Quieres jugar uno cooperativo o de pelea?

[GumOcho One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora