Capítulo 16

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"Julio"


Natalie...
Dentro de dos semanas, será el torneo. Será un torneo emocionante, nunca había estado en uno y me sentía emocionada, aún que la emoción se iba cada vez que la maestra nos ponía a practicar como si de en vez de torneo entre escuelas, fueran las olimpiadas, pero a pesar de eso quería participar. Estaba que se volvía loca y de paso, nosotros junto con ella, era super perfeccionista y si algo no le gustaba, se metía al agua y nos enseñaba como hacerlo, a eso yo le llamó “amor por lo que haces”.

Y bueno, como sabrán, regresé con Álvaro después del beso que me dio o bueno, nos dimos, sin mencionar que tuvimos que charlar para poder volver a ser novios.
Hoy será la fiesta que darán los amigos de Darío y Álvaro, la verdad no sé cuál es el motivo de la fiesta, pero al final será fiesta por alguna razón.

Llegué a la casa de Fry a la hora acordada, pues esta vez no se había quedado en mi casa, ya que, tuvo una cita con Hugo. Presioné el claxon de la moto indicándole que ya estaba afuera y que se apresurara para no llegar tarde, pero sabía que no sería suficiente, así que, lo toqué una vez más y esperé pacientemente.

Mientras estaba esperándola, comenzó a sonar mi celular.

Llamada Telefónica:
Número desconocido.
―¿Sí? ―respondí confundida.
―¿Me recuerdas? ―dijo la voz de un hombre al otro lado del teléfono.
―¿Debería? ―dije arrugado la frente.
―¿Eso es un no?.
―Dime ya ¿Quién eres? O colgaré.
―Soy Julio, el chico que te ayudó a levantarte aquel día de las gradas.
―Oh... Cómo olvidarme de eso y… ¿Cómo conseguiste mi número?.
―Me lo dio tu amiga. Me la encontré ayer por la noche y le pedí tu número para saber cómo te encontrabas.
―¡Ya veo!. Pues me encuentro mejor, ya puedo hacer mis actividades, aún que, sin mucho esfuerzo… ya sabes por cualquier cosa.
―¡Me lo imaginó!. Pues mira… La verdad te llamaba para saber si ¿Te gustaría ir a tomar algo conmigo?.
―Julio, gracias por tu invitación, pero… No puedo, ya tengo planes.
―Entonces… ¿Cuándo podrías?.

Iba a responder, cuando apareció Frida en mi campo de visión con el ceño fruncido, interrumpiéndome en lo que iba a decir.

―Natalie, ¿Sigues ahí?.
―Mmm... Si, lo siento. Pues no sé como decirlo sin que suene raro pero no puedo salir contigo.

Fry alzó más las cejas y una risita burlona apareció en su rostro.

―¿Puedo saber la razón?.
―¡Claro!. Tengo novio y no quisiera que se malinterpretaran las cosas.
―Entiendo, bonita. Ten un bonito día y que te valla bien. A lo mejor pronto sabrás de mi, así que, esta pronto.

Dijo y colgó. Despegue el aparato de mi oreja y lo miré confundida.

―¿Quién era? ―preguntó Fry, alcé la mirada, y la miré con los ojos entrecerrados.

―Así que... Te encontraste a Julio ayer, le diste mi número sin advertirle que tengo novio y no me dijiste nada ―respondí mientras guardaba el teléfono en mi chaqueta.

Soltó una risita nerviosa y asintió con una enorme sonrisa angelical.

―¡Lo siento!. Es que lo vi muy emocionado por haberme encontrado. No quería desilusionarlo .

―Y aún así, se llevo su desilusión.

―Pues si, pero ya lo oyó por ti y no por mi, a lo mejor si yo le decía, iba a pensar que era mentira y te acosaría para averiguarlo por si solo ―dijo demasiado rápido que casi se ahoga por la saliva.

―¡Ay, Fry! ¡Ya súbete que se nos hará tarde y está vez no pretendo rogarle al guardia para que nos deje pasar!.

***

Estábamos por comenzar el entrenamiento, cuando fuimos interrumpidos por la visita del rector.

―¡Buenos días, muchachos!.

―¡Buenos días, rector! ―dijimos algunos a la vez.

―Disculpen la interrupción jóvenes, pero necesitó hablar con su maestra unos minutos.

Nos miró la maestra.

―Bien, necesitó hablar con el rector. Inari haz el calentamiento y en cuanto terminen, al agua, ¿De acuerdo? ―dijo mirándome con las cejas alzadas.

―Si, maestra ―dije sin muchas ganas.

Luego de una larga clase donde la maestra se presentó casi al terminar, fui a mis clases normales, necesitaba llegar a tiempo, pues hoy había exámenes con todos.

¡Crueldad multiplicado al mil!.

Corrí al salón luego de entretenerme por unos instantes en mi casillero con Nicole y Gregory que no paraban de hacerme reír con sus ocurrencias.
Desde que llegué aquí, todo a sido una sorpresa para mi, encontré a personas que verdaderamente pensé que no existían o bueno, si existían, sólo lo hacían en otra parte del mundo, muy afuera del que yo vivía. Encontré al chico que me desequilibro con tan solo verlo, amigos inimaginables, un ambiente que me hace olvidar de una manera increíble y me cura de otra.

Tomé asiento apenas entré al salón, pues mis amigos aún no llegaban de sus actividades. Decidí sacar mi celular para esperar a que llegarán, y al prenderlo, me saqué mucho de onda, pues tenía un mensaje de Julio.

Julio 🏈
|Te veo en el estacionamiento cuando salgas.|

¿¡Qué!?

―¿Acaso no fui clara? ―dije a lo bajo.

Decidí no responder y guarde mi celular, me desconcertaba el hecho de que quisiera verme luego de decirle que no saldría con él, pensé que solo era broma y preferí ignorarlo por completo.

***

Comenzamos a caminar mis amigos y yo, por el pasillo que llevaba a los casilleros para irnos a casa luego de un largo día de exámenes y prácticas.

―¿Quién crees que me mando mensaje hace rato? ―preguntó Fry estando frente de nuestros casilleros.

―¿Quién? ―respondió Santi.

―A ti no te pregunté.

Santi rio para luego hacer un puchero triste. Solté la carcajada más sonora que había soltado antes y negué con la cabeza.

―Bueno pero ¿Quién te mando mensaje? ―dije por fin, luego de parar de reír un poco.

―¡Julio!.

―¿Quién es Julio? ―preguntó Álvaro apenas llegó a mi lado.

―¡Aah… me espantaste! ¿Por qué tienen la maña de espantarme? ―solté agarrando mi pecho por el susto.

―Así tienes la consciencia, mi amor ―dijo dándome un beso en la mejilla.

―¡Grosero! ―dije volteando los ojos.

Cerramos nuestros casilleros para irnos a casa, sin tocar el tema de Julio. Mientras caminábamos hacia la salida, Álvaro volvió a preguntar ¿Qué quién era Julio?, nos limitamos a responder que solo era un chico que conocimos de la otra escuela el día del partido, no le callo muy bien la mención de ese partido, así que asintió y no toco más el tema, cosas que le agradecí mucho. Al llegar al estacionamiento, Julio se encontraba recargado en uno de los postes de la luz, cerca de donde se encontraba la moto. Sin soltar la mano de mi novio, me estiré un poco hacia donde Fry, quién iba explicándole a Santiago no se que cosa.
Al tocarla, se giró a verme, le eche una de esas miradas, indicándole que algo iba mal y que volteara hacia enfrente. Cuando lo hizo, abrió mucho los ojos y se apresuró a agarrar la mano de Santiago, jalándolo con ella y a su paso llevándose un par de malas palabras por parte de nuestro amigo por tremendo abrupto que tuvo. Álvaro y yo, nos miramos como si no supiéramos que sucedía y seguimos caminando lentamente, escuchando a medias lo que me estaba explicando de los nuevos entrenamientos que tendría, ya que me preocupaba un poco su reacción.

―Hola, Natalie ―dijo Julio, apenas nos faltaba un metro para llegar a ellos.

―Hola, Julio ―respondí incómoda.

―Álvaro, él es Julio, el chico del que te mencionamos hace rato ―dijo Fry tratando de aminorar el ambiente tenso que se había formado.

―¡Ah! Mucho gusto ―dijo mi novio, no muy convencido del gusto que le causo, estrechando su mano con la de Julio.

―El gusto es mío.

La mera verdad, el sentimiento fue miró, a ninguno de los dos les dio gusto conocerse.

―¿Y qué te trae por acá? ―pregunté curiosa.

―Vine por ti para tomarnos un café juntos.

―¿Cómo que viniste por ella? ―respondió Álvaro tensándose a mi lado.

―Si, no sabía que tenía novio, así que, vine por ella para salir a tomar algo.

Álvaro se tenso aún más, si es que eso se podía.

―Gracias por tu invitación, pero ya te había dicho que no. Así que, con tu permiso ―tomé a mi novio de la mano y lo jalé con todas mis fuerzas, estaba más que molesto.

Julio me miró y me dio una sonrisa de labios cerrados, sólo lo miré y seguí jalando de mi novio lejos de él.

Sinceramente, ¿Qué pretendía haciendo esos comentarios?.

―¿En serio no sabía que tenías novio? ―su pregunta me heló la sangre, pero ya la esperaba.

―En la mañana me habló, me invitó a salir y le dije que no, que tenía novio. Pero hace rato me llegó un mensaje diciéndome que me esperaba en la salida, pero pensé que estaba jugando y no le tome importancia. Pero al parecer a Frida también le habló.

―Pues tu amiguito, me calló muy mal, y más le vale alejarse de mi princesa.

Sonreí como estúpida y le pase los brazos por la cintura.

―A mi también me calló muy mal, el perfectamente sabía que tengo novio, no sé por qué hizo ese tipo de comentarios, pero más le vale no acercarse a mi.

―Pues aleguas se ve que le gustas. Y quizá, jugar sucio.

―Pero a mi no me gusta, así que se puede ir a jugar sucio con… ―dije. Él abrió mucho los ojos, movió la cabeza negando y soltó una risita.

―Me queda claro que puedes defenderte sola, mi amor.

Me reí, me miró sonriendo y me beso, callando el mal vocabulario que me cargaba.

"Otra historia de amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora