𝐏𝐢𝐞 𝐈𝐳𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐝𝐨

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‖ Kelly Lisbone ‖

Pique por enésima vez el botón del ascensor y ni siquiera así abrió, observe el reloj en mi muñeca y note que las manecillas seguían moviéndose en un tic-tac constante.

—¡No puedo esperar!— estalle y sin querer destrui el jarrón a mi lado tras liberar energía maldita.

¿Enserió tengo esas liberaciones a estas alturas? ¡Que patética!

Corrí a la puerta de emergencia y comencé a bajar las escaleras tan rápido como mis piernas cortas me lo permitieron, mientras tanto revisaba el correo de esta semana.

Recibos telefónicos, notificaciones del banco, cómics, revistas, periódicos y no se cuanta cosa más se encontraba ahí, definitivamente ninguno era importante pues hoy mismo solucionaría lo de mi contrato telefónico y las notificaciones del banco solamente se trataban de los pagos recibidos y estados de cuenta. Como siempre, todo normal.

Lo único que capto mi atención fue una revista, normalmente llegan suscripciones a revistas de moda y arte pero esta fue distinta, se trataba de un tipo catálogo de casa a la venta. Pasos apresurados se escuchaban tras de mi, ligeros y un tanto discretos. Mire atrás y Joey apareció en mi campo de visión, sus verdes se expandieron con ligera sorpresa pero su sonrisa no tardo en aparecer.

—¡Kelly!— saludo armonioso.

—¡Hey!

Detuve mi trote, sonreí y espere a que llegara, bese su mejilla a modo de saludo y continuamos bajando juntos.

—¿Cómo te va?

—Honestamente, ser adulto es un asco.

—Al menos tu sabes manejarlo— soltó una risita y ajusto sus anteojos—, considero que si fueras más despacio serían más seguras estas escaleras.

Sonreí, dos pisos después decidimos entrar a buscar el elevador para ver si funcionaba, gracias al creador esta vez funcionó y ambos pudimos hacer uso de él.

—Creí que no trabajabas— comentó para romper el silencio que existía entre ambos.

—¿Por qué lo dices?— inquiri curiosa.

—Bueno, viven en la parte más "refinada" del edificio— señalo las comillas con sus dedos— por no decir que en el último piso con una vista maravillosa de Roppongi.

Eso era verdad, claro que ahora odie el hecho de que fuera la parte más alta por el simple hecho de que si no funciona el elevador tengo que bajar cientos de escaleras en tacones. Y si, según tengo entendido es la suite más grande y lujosa del edificio, claro que habían más personas viviendo en el mismo piso pero eran realmente pocas por el hecho de ser una zona más refinada.

—Satoru tiene gustos... especiales.

—Ni que lo digas— carcajeo divertido— por cierto, ¿cómo es que...?— dejo su oración al aire dudando en continuar.

—Demasiados ceros en el banco— bufé y recargue mi espalda en la pared— de él claro está.

—Eso explica muchas cosas.

Sonreí y guarde los sobres del correo en mi bolso, Joey metió las manos a los bolsillos de sus vaqueros y miró el techo.

—¿Tienes planes estos días?— preguntó de repente.

—¿Eh?

Pestañé varias veces procesando su pregunta, sus ojos verdes me miraban atentos, expectantes y me atrevo a decir que con una pequeña chispa de nervios.

𝐀 𝐭𝐮 𝐥𝐚𝐝𝐨 ‖ 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝑺𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora