𝐑𝐞𝐩𝐮𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐲 𝐦𝐞𝐳𝐜𝐚𝐥

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‖ Kelly Lisbone ‖

¿Saben que es peor que un oficial preguntándote por el paradero de tus padres en plena carretera con intenciones de llevarte a la estación? Así es, no alcanzar absolutamente nada y tener que comprar tu ropa en el departamento de niños.

La mesa de la recepción es enorme y muy a duras penas logró ver por encima de ella sin sentirme ridícula. Odio que la gente en Japón sea alta, la gente promedio mide entre 1.58 y 1.72 pero esta más que comprobado que ni Gojo ni yo entramos en ese maldito estándar. Yo se que mido 1.60 aunque la cinta diga lo contrario, siempre uso tacones, lo que diga la cinta métrica es mentira.

Excepto ahora por salir tan deprisa. La mujer en la recepción está demasiado alta y no me quita los ojos de encima desde que entré.

—No admitimos a menores de edad a menos que vengan en compañía de un adulto.

—Cumpliré los veintisiete y si me disculpas tengo una reservacion.

—¿Sabes la cantidad de jovencitas como tu que han venido a decirme la misma tontería?

Saque mi celular y rápidamente le quite la funda para sacar mi identificación y de paso, la tarjeta de Satoru. Yo pretendía pagar el hotel pero ese tipo no me ha dejado otra opción.

—¿Sigue creyendo que soy una niña?— eleve una ceja— dejemos pasar este incidente y por favor dígame si tengo reservación o habitaciones disponibles.

Tecleo algunos botones observando con detalle la pantalla del computador, agradecí mucho que no tocara más el tema.

—Ah si, aquí esta su reservacion. ¿Tarjrta o en efectivo?

Deslice la tarjeta por la superficie de la mesa, la mujer la tomó y al leer el nombre en ella se quedó quieta con una mueca de incredulidad.

—Es mi...

—No me digas que este tipo está aquí y se niega a venir a darme la cara— sonrió burlona observando la tarjeta.

—¿Disculpa?

—Es Gojo Satoru ¿no? El albino de ojos azules, ¿está aquí o debo reportar esto como robo?

—Si esta aquí.

Negó tras una risa de burla, mire un poco más a la mujer. No sé me hacia conocida de ningún lado pero parece ser que ella conoce muy bien a mi esposo.

—¿Cómo conoces a Satoru?

—Debes ser su conquista esta noche, te recomiendo que busques algo mejor. Créeme, será una mala noche.

—¿Ah si?, ¿por qué lo dices?

—No sabe complacer a una mujer. ¿Puedes creer que me abandono en una fiesta después de que él llego a su punto mientras que yo no estaba ni cerca de eso?

Me sentí muy mal por reírme pero se me paso cuando la chica comenzó a reír conmigo.

—Demasiada habla y poca acción.

Y... se me ocurrió una idea.

—Esta por allá— señale con la cabeza— ¿Qué tal si vas a saludarlo?

𝐀 𝐭𝐮 𝐥𝐚𝐝𝐨 ‖ 𝑮𝒐𝒋𝒐 𝑺𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora