Pasaron unas cuantas semanas, el ruliento ya le había hablado un par de veces pero el rubio no había tomado el teléfono más que para hablar con Fran, de lo que harían y de cómo serían las cosas en adelante. Regresó todas las cosas de Fran hacia la casa de ella y viceversa, Fran le devolvió todo lo suyo a Manu.
Hola, sorry, estaba ocupado. -M
Ah ya, cómo lo hacemos por lo del rayón? -E
No sé, veamos la otra semana. -M
Oki, me llamo Edgar, dime Eddie nomás. -E
Ahh, ya me acordé quién eres. Vuelves a Conce pronto? -M
Sí, a fin de mes ya no ando por aquí, por? -E
Prestas tu nave? -M
Si eres tú, sí. -E
Se sonrojó.
Dale. -M