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Parte II.
Advertencia: uso de lenguaje soez, mención de asesinato, tortura, relaciones tóxicas, violencia en general, así como mención de relaciones sexuales.
Han pasado 4 años desde esa noche, esa en la que todo acabó. La noche en la que mi vida se derrumbó y lo perdí todo.
En cuanto a mi, debo decir que cumplí 2 años en una prisión especial, me lo merecía, después de todo, fui su cómplice, lo ayude a cometer muchos crímenes, robe información por el.
Mi sentencia fue corta, mis abogados alegaron síndrome de Estocolmo, y en una gran parte, era cierto, fui manipulada por él para hacer todas esas cosas.
Cuando me dejó, no se dio cuenta que dejaba una gran parte de él en mi, semanas después, en aislamiento, caí enferma, nadie sabía que era, por lo menos hasta que los análisis llegaron. Estaba embarazada, antes de irse el imbécil se aseguró que lo recordara siempre.
Pude tener a mis hijos en prisión, dos preciosos niños, idénticos a su padre, los amaba, no voy a negarlo, para mí, ellos era fruto del gran amor que alguna vez le tuve a Walker. Amor que ya no existía y fue remplazado por odio y rencor.
Después de salir de prisión, me mude lejos, cambié mi imagen, corte y teñí mi cabello, mi cuerpo ya había cambiado, después de todo, había parido a dos niños.
Obtuve una nueva identidad, al igual que mis bebes, entramos a protección de testigos; los había ayudado, había dado toda la información que tenía y lo que sabía sobre Walker y sus planes. Cada detalle que él creía que no sabía.
Me mude a una pequeña ciudad al sur de Italia, hablaba el idioma, y tenía contactos, además, me pareció el lugar adecuado para criar a mis hijos.
Encontré un trabajo muy bien remunerado, tenía un perfil bajo, no me involucraba mucho con mis compañeros, solo lo necesario para no levantar sospechas. EL primer año me volví paranoica, creía que Walker nos encontraría en cualquier momento. No temía por mí, lo hacía por mis hijos, ese imbécil jamás se tocaría el corazón con ellos, así como no lo hizo conmigo.
Al segundo año, baje un poco la guardia, y ese fue mi más grande error, eso fue lo que permitió que nos encontrara. No se como, pero Walker se enteró, no sólo de mi estadía en prisión, sino también, de nuestros hijos.
Eso le dio motivación para buscarnos, el saber que no me había destruido, y que, además de eso, el muy imbécil me había dejado embarazada.
Hace unos meses empecé a notar cosas extrañas, personas desconocidas rondando por mi trabajo, por mi casa, por la guardería a la que asistían mis hijos. La gran parte de mi se preocupaba, pero la otra me decía que estaba loca, que el me había hecho tanto daño que ya lo veía en todas partes.
Empecé a tomar más precauciones, pero intente vivir mi vida de la mejor manera, cambie un poco nuestras rutinas, cambie los caminos a casa, aunque durará más en llegar, le di uso a todo mi entrenamiento, esto ya no se trataba de mantenerme a salvo a mi, se trataba de mantener a salvo a esos hermosos niños de ojos azules y cabello azabache.
