|7: california|

341 30 0
                                    

Habían pasado un año desde que su novia se fue del pueblo a California, sus días aveces eran muy tristes, le hacía falta su compañía. Hacía un año que no la abrazaba ni la besaba, ya no dormían juntos como antes, solo eran llamadas que no le eran suficientes.

Era invierno, la época favorita de su novia, ella adoraba dormir con él cubiertos con mil sábanas, abrazarlo y besarlo antes de caer en un profundo sueño. Suspiró, permanecía acostado en su cama, con su vista fija al techo.

Imaginó a la chica a su lado, sonriendo como siempre lo hacía y susurrando un: “buenas noches, amor” en su oído antes de ir dormir. Miró las llaves de su furgoneta que estaban a unos cuantos metros de él, tiradas en el suelo cuando sus ojos fueron abiertos de pronto.

Tomó las llaves, su cartera y su chaqueta para salir corriendo a la fuegoneta, estaba en vacaciones de invierno y su chica no estaba con él, no había mejor idea que ir a visitarla de sorpresa.

El camino hacía California era muy largo, le llevaría aproximadamente 2 días y aún así no le importó, en realidad no le interesó nada, no le importaba si tenía suficiente dinero o que comería durante todo el viaje, él solo pensaba en su novia y en cuánto extrañaba abrazarla y sentir su delicioso aroma a lavanda, la necesitaba.

En cuestión de minutos ya estaba saliendo de ese pequeño pueblo en el que se crió, pensando en que haría cuando viera a su novia. Llevaba 15 horas en la carretera y se estaba cansando, sus ojos le pesaban pero no pretendía detenerse, solo hizo una pequeña parada a una tienda de autoservicio para cargar un poco de gasolina.

Entró a la tienda sintiendo un delicioso aroma a café que se hizo presente en sus fosas nasales, olía casi tan delicioso que el café que su novia preparaba cada mañana que dormían en su tráiler. Miró la máquina de café, y se aproximó a esta a llenar un vaso de cartón con café americano.

El encargado observaba sus movimientos, él lucía bastante cansado, el chico se volteó y se aproximó al mostrador con su café americano en mano.

—Sería este café, dame una cajetilla de cigarros y cargame 10 litros de gasolina, por favor—colocó el café en el mostrador.

—Viejo, luces horrible—comentó el encargado tomando la cajetilla de cigarros.

—No he dormido en toda la puta noche—rió observando por los cristales enormes de la tienda de servicio como el sol estaba saliendo.

—¿Porque?—preguntó sacando el dinero de la caja registradora, el empleado también parecía adormilado.

—Voy a ver a mi chica—sonrió débilmente—. Llevo 15 horas en la carretera.

—Genial, suerte, hermano—chocaron los puños.

—Gracias, hermano—agradeció.

Eddie sonrió nuevamente, y tomó los productos que había comprado además de ir a llenar el tanque de gasolina de su fuegoneta, al entrar bebió todo el café y siguió su marcha, no sin antes encender un cigarrillo.

Su viaje en la carretera era pesado, bastante, quería echarse a dormir pero seguía en su camino, su motivación es que después de un año podría abrazar a su linda novia, esperó un año, ya no podía esperar más.

En poco tiempo observó al sol salir entre los montes, observando los carteles de metal color blanco indicando que le faltaban algunas millas para llegar a su destino.

—10 horas más, Eddie, tu puedes—golpeó su mejilla con la palma de su mano para no conciliar el sueño.

T/n decoraba el árbol de navidad, con la radio encendida escuchando los típicos villancicos que solían escucharse en esas épocas. Colocó la última esfera de color rojo en las ramas del árbol y saltó del banquillo donde estaba para aterrizar en el suelo.

𝙗𝙤𝙪𝙣𝙙 2 | eddie munson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora