|15: save me|

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Ella caminaba por aquella calle poco transitada, 9:00 p.m. y no había ni un alma en las pequeñas calles de Hawkins, todas las tiendas estaban cerradas. Acompañada de una bolsa de plástico que contenía ingredientes para la cena de esa noche en su mano derecha, comenzó a escuchar pasos; unos tan pesados que eran imposibles que fueran de una mujer.

Por su vista periférica lo notó, un hombre de aspecto extraño, parecía ebrio; le calculaba al menos 30 años de edad, caminaba de forma desordenada balanceándose que pareciera que sus piernas en cualquier momento caería al suelo, era realmente aterrador. Sus instintos se refinaron, estaba alerta.
Aceleró sus pasos notando que aquél extraño le siguió el paso, no sabía que hacer, entró en pánico, ella solo quería llegar a casa.

Dió la vuelta en una esquina y comenzó a correr, dando vueltas entre calles y esquinas intentando perder al hombre, pero no se detenía, miró hacía atrás viendo al hombre atrás de ella, corriendo. Volvió a dar la vuelta en una calle, viendo un grupo de chicos riendo entre las calles desoladas, identificó a un chico conocido, Eddie Munson.

No tuvo un buen pasado con él, hacía 3 años eran compañeros en secundaria muy unidos, el pequeño Eddie en San Valentín le hizo una carta con muchos corazones mal dibujados en la fina hoja blanca, una pequeña caja de chocolates y una flor que parecía haber sido arrancada del bosque; ella lo humilló públicamente por su regalo a causa de su amistad con Steve, Tommy y su novia Carol, jamás volvieron a hablarse.

Olvidó totalmente eso, simplemente corrió hacía el chico que reía quien tenía una cerveza de vidrio en su mano izquierda, desesperada.

—Eddie, tienes que ayudarme—susurró la chica asegurándose que la escuchará.

—¡Dios!, ¿te atreves a pedir ayuda después de lo que le hiciste a Eddie hace tres años?—exclamó Jeff.

—¡Cállate, Jeff!—calló al chico y volteó lentamente hacía la chica—. ¿En que puedo ayudarte, T/n?—preguntó el castaño cruzándose de brazos, su sonrisa se había borrado.

—¡Un hombre me está siguiendo desde hace rato! ¡Porfavor, ayúdame!—se escondió en su pecho abrazándolo, sintiendo al instante la humedad de sus lágrimas en su camiseta preferida.

Frunció el ceño levantando la mirada, notando como un hombre de mediana edad y pasos desordenados se apareció en la calle buscando con la mirada a sus alrededores a la chica. Eddie abrazó a la chica posando su mano en su espalda que saltaba levemente por su hipo y sollozos, ella lloraba en su pecho, realmente estaba asustada.

El hombre fijó su mirada en el grupo, todos los adolescentes veían al señor que se detuvo al instante cuando observó a la chica en los brazos del intimidante chico de tatuajes.

—¿Tienes algún problema con mi novia, amigo?—él preguntó alzando su cabeza, aún más imponente.

No hubo respuesta, lleno de pánico simplemente se dió la vuelta y volvió por donde había llegado. Esperaron algunos minutos para asegurarse que realmente se había ido, mientras él seguía acariciando la espalda de la chica, su respiración era más calmada.

—No hay nadie—se asomó Gareth por la calle por donde había regresado aquél hombre.

—Ya se fue, tranquila—avisó Eddie con una voz suave.

Finalmente se separó de su pecho, pero no de sus brazos. Mostró su rostro totalmente carmesí, lleno de lágrimas.

—Esta bien, se fue—posó sus manos en sus hombros, inclinándose a ella—. Ya puedes estar tranquila, vamos a llevarte a tu casa, ¿de acuerdo?

Ella asintió débilmente, los chicos subieron a la fuegoneta que estaba estacionada frente a ellos, T/n y Eddie iban en los asientos delanteros, él conduciría y la chica le haría compañía.

Miraba la vista atraves de la ventana, por el espejo lateral observó su rostro, bastante hinchado. Él volteaba hacía ella en ocasiones para observar el como estaba, y también para apreciar su belleza; desde que sucedió el incidente de San Valentín jamás volvieron a cruzar palabra, pero él veía como cada año ella se ponía más hermosa que cuando la conoció, incluso a pesar de tener su rostro hinchado seguía viéndose adorable. Ella era realmente bella.

La furgoneta fue estacionada en frente de una casa bastante grande, Eddie de inmediato se bajó para ayudarle a bajarse y acompañarla hasta la puerta. Estaba abrazada de sí misma aún con su pequeña bolsa. Al estar frente a la puerta se dió la vuelta para ver al chico alzando su mirada con una leve y avergonzada sonrisa.

—Muchas gracias por lo que hiciste por mí, sin tí creo que no hubiera llegado a mi casa—le regaló una sonrisa leve—. De verdad muchas gracias, Eddie.

Sin pensarlo lo abrazó, él respondió a su cálido abrazo, sentía su corazón latir como cuando se enamoró de ella, jamás volvió a sentir lo mismo por alguien más.

—Perdón por haberte humillando de esa forma. Estaba influenciada por malas personas—se disculpó aún pegada a su pecho—. Pero, siempre fuiste mi tipo ideal.

—¿Enserio?—se mostraba sorprendido pero estaba feliz.

—Si, temía que Steve y sus amigos se burlarán de mí por estar contigo—explicó con los ojos más tristes que él podía haber visto—. Ese día moría por darte el sí. Realmente extraño pasar el tiempo contigo, te extraño.

—Yo también te extraño como no tienes una idea—sonrió mostrando su felicidad.

—¿Podemos comenzar de nuevo?—preguntó ella con una leve sonrisa.

—Por supuesto que si—la abrazó—. Me encantaría.

𝙗𝙤𝙪𝙣𝙙 2 | eddie munson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora