Cuando Samira volvió en sí, le tomó muchos minutos, un vaso de agua y una taza de té, asimilar la noticia, luego tuvo que buscar la manera de cerciorarse si era cierto. Así que, con las manos aún temblorosas y mil cosas dando vueltas en su cabeza, se encargó de revisar los resultados, con la ayuda de Romina y Víctor.
No había dudas, incluso habían noticias de que el ganador del premio estaba en Madrid, lo que le ayudaba a Samira a creerse un poco más todo aquello y al igual que su amiga, no hacía más que reír y llorar.
No sabían qué hacer ni por dónde empezar, fue Víctor quien pensó que lo ideal sería buscar primero a un abogado que la asesorara pero no conocían a ninguno que fuese especialista en eso.
Entonces Romina dijo que fueran al banco, quizá ahí podrían recomendarle a los profesionales competentes.
—¿Ahora? ¿Ya?... Pero si acabo de ganar el premio... Ciento setenta millones, ¿no crees que es una exageración? —preguntó mirando a Víctor—. No me alcanzará la vida para gastarlo todo.
—Sí, sí que lo es, pero estoy seguro de que sabrás cómo administrarlo... —comentó sonriente el gitano.
—Técnicamente no te lo acabas de ganar, te lo ganaste el martes, ya mañana sumas ocho días de ser millonaria y ni enterada —rio Romina.
—Sí, tienes razón... entonces vamos al banco, sé que tienen que ir al trabajo, pero no me atrevo a ir sola, ¿pueden acompañarme? ¿O mejor lo dejamos para otro día? Después de todo, ahí dice que tenemos tres meses para cobrarlo.
—Te llevamos, tú tranquila —dijo Víctor que veía a Samira tan perdida, tan nerviosa, aunque tenía la mirada demasiado brillante, titilaba de la felicidad.
De repente Samira se llevó las manos a la cara y empezó a sollozar, era como si en ese instante se diera cuenta de la magnitud de la noticia, de que su vida había cambiado en cuestión de segundos y aún no tenía idea de cómo manejar todo eso.
Romina se sentó a su lado y le pasó un brazo por encima de los hombros, en respuesta Samira se volvió hacia ella y la abrazó fuertemente mientras seguía llorando.
—Ahora sí podré estudiar, ahora sí —sollozó, sintiendo que estaba rozando su sueño con las yemas de los dedos.
—Sí cariño, por supuesto, ahora podrás hacer todo lo que quieras. —La consoló estrechando más el abrazo.
Cuando llegaron a uno de los bancos autorizados, pasaron directamente al área de grandes capitales y ahí fueron atendidos por el mismo gerente.
Las manos de Samira temblaban furiosamente cuando le entregó el boleto ganador.
—Disculpe, es que estoy nerviosa —dijo porque fue evidente para todos su estado.
—No es para menos —sonrió el gerente. Que también estaba sorprendido por lo joven que era la ganadora—. ¿Puedes darme algún documento de identificación? —solicitó y Samira le entregó el permiso de permanencia—. Sin duda, tu estatus migratorio cambiará drásticamente —dijo con una afable sonrisa.
—Eso espero, porque empezaré a estudiar... —Hasta la voz le vibraba y el corazón que no había ralentizado sus latidos, le dio un vuelco al pronunciar su sueño ya como un hecho.
—Primera persona que se gana la lotería que dice eso. La mayoría lo primero que piensa en es viajar o en pagar la hipoteca...
—Ah, bueno, sí, también vamos a pagar la hipoteca —dijo mirando a Romina, quien negó con la cabeza, pero sus ojos reflejaban su dicha.
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Cambia mi suerte para siempre
RomanceAquí les estaré compartiendo los capítulos del tercer libro de la trilogía Cambia mi Suerte. La historia de Renato Medeiros. Capítulos sin edición ni corrección. Solo serán compartidos algunos capítulos, ya que el libro completo, editado y corregi...