Después de seis duros meses entre visitas a psicólogos, algunos interrogatorios policiales y los extenuantes preparativos del matrimonio entre Alexandre y Elizabeth. La familia Garnett estaba nuevamente reunida, pero esta vez en Trancoso, una pequeña localidad en las costas del sur bahiano, donde predominaban los acantilados y playas de aguas cristalinas, que besaban la arena blanca.
Renato, Liam, Oscar y Matt, estaban en una habitación de la posada que habían alquilado, preparándose para la boda, todos llevaban trajes color aguamarina y camisas blancas.
Era un evento muy importante para la familia, casi un milagro si se consideraba por todo lo que habían pasado en los últimos meses.
Desde entonces para Renato había habido días buenos, malos y terribles, días en los que podía estar muy enérgico y veía el panorama realmente positivo, pero otros, sobre todo los fines de semana cuando no tenía la carga laboral, en los que solía quedarse en cama, con ánimos de hacer absolutamente nada, solo se quedaba entre las sábanas llorando, sintiéndose aturdido, perdido o simplemente como si estuviese suspendido en el tiempo.
En esos días en los que se sentía tocar fondo, el cansancio emocional y físico de no hacer nada lo torturaba; no sabía si era cada vez que recordaba a Samira que la nostalgia lo embargaba o solo se trataba de él y su caótica naturaleza.
No obstante, esos episodios se estaban haciendo cada vez más esporádicos, ponía todo su empeño para seguir las recomendaciones de Danilo, incluso había vuelto a ir al gimnasio de lunes a lunes para evitar tener tiempo libre y así no dejar a su mente hacer elucubraciones que lo llevaran a sufrir.
Aceptaba las invitaciones de Bruno o su hermano siempre y cuando fuese a un ambiente que él pudiera controlar. Quería salir del foso de sus emociones, por eso estaba haciendo un último intento.
Reían al ver a Matt descontento con su traje, no le agradaba el color porque decía que lo hacía lucir muy pálido, siempre se opuso, pero la mayoría aceptó la opción cuando Rachell la ofreció. En realidad, ellos no le daban importancia a eso, les daba igual si fuese aguamarina, celeste o negro... confiaban en el criterio de la diseñadora de modas de la familia.
Reinhard entró en la habitación, tras haber pasado por la de Alexandre, en la que estaba con su padre preparándose para uno de los días más importantes de su vida, luego se tomó unos minutos para conversar con Samuel, quien estaba en otra habitación en compañía de Ian, Thor, Diogo y Thiago.
Fue mala idea que Sophia lo ayudara a vestir tan temprano ahora se encontraba ocioso, porque no quería estar sentando en la habitación viendo televisión a la espera de que empezara la ceremonia.
—¿Ya están listos? —preguntó, admirando a sus nietos con una gran sonrisa.
—Sí, aunque Matt no está muy contento con cómo se le ve el traje —se burló Oscar.
—Abuelo, verdad que me veo más pálido... —masculló Matt frente al espejo.
—Te ves muy bien, como todo un Garnett. —Reinhard se acercó y le palmeó la espalda, mientras veía el reflejo de su nieto, que era la viva estampa de Thor, solo que con menos masa muscular.
—Es horrible. —Se negaba a los elogios de los demás, entre más se miraba menos convencido se sentía.
—Se te ve bien, solo te parece extraño porque estás acostumbrado a vestir colores oscuros —argumentó Renato.
—Aunque no te guste, tienes que llevarlo... No tienes opción, así que deja de quejarte. —intervino Liam.
—¿Por qué no van a ver si ya los demás están listos? Oscar, podrías acompañar a Alexandre... —sugirió Reinhard.
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Cambia mi suerte para siempre
RomanceAquí les estaré compartiendo los capítulos del tercer libro de la trilogía Cambia mi Suerte. La historia de Renato Medeiros. Capítulos sin edición ni corrección. Solo serán compartidos algunos capítulos, ya que el libro completo, editado y corregi...