El último miércoles de marzo, Samira presentó por la tarde su último examen de Bioestadística, había sido más difícil de lo esperado y la verdad no estaba segura de haberlo aprobado, eso le tenía los nervios alterados, por lo que le dolía el estómago y no había conseguido dormir más de dos horas.
Ese era su primer día libre luego de terminar el primer cuatrimestre, estaba sentada en un taburete de la isla de la cocina, aún en pijama, frente a la portátil a la espera de que cargaran las notas. No hacía más que recargar la página y estar pendiente del grupo de mensajería que compartía con sus compañeras de clases, las que estaban igual que ella, ansiosas por esa nota.
Estaba tan concentrada en la pantalla del portátil que ni siquiera había probado del café ni la bollería que Julio le había puesto en la isla para que desayunara.
Se mordisqueaba la uña del dedo pulgar y sentía los latidos de su corazón en todo su cuerpo, sobre todo en sus sienes, ya un nudo hecho de lágrimas le apretaba la garganta.
—Trata de calmarte un poco, cariño... Estoy seguro que has aprobado —le dijo Julio parado detrás de ella, le masajeó los hombros, sintiendo lo tensa que estaba—. Samira, respira, anda, respira —le animó y le dio un beso en la mejilla.
—Estoy bastante nerviosa, la verdad —resopló, llevándose las manos a la cabeza.
—Pero no pasa nada, cariño... Si no apruebas, puedes ir a recuperación...
—Es que no quiero ir a recuperación, quiero acabar con esto ya... tengo más ganas de terminar que de otra cosa —comentó mientras pulsaba el botón para recargar la página.
—¿Por qué tienes tanto miedo? Mira que todos los demás los has aprobado y con muy buenas notas.
Samira se volvió a mirarlo por encima del hombro y los ojos se le llenaron de lágrimas que se obligaba a no derramar.
—Es que no sé qué me pasó durante el examen, no sé si fue más difícil de lo que esperaba o era que estaba demasiado agotada, no me sentía muy bien, se me hizo imposible concentrarme... Y me siento molesta y triste, porque siento que en ese examen no pude demostrar cuanto me esforcé estudiando... Respondí lo mejor que pude, pero no sé... La verdad... —Las vibraciones del móvil en la encimera de mármol la hicieron dar un respingo y volverse a coger el aparato. El corazón se le saltó por lo menos dos latidos, cuando vio que era el grupo de la clase. Prefirió no leer nada y volver a la página.
Recargó la página y ahí estaban las notas, tragó grueso y aceptó la mano que Julio le ofrecía, la cual apretó con mucha fuerza.
Sus pupilas se fueron directas a ese siete punto cuatro que hizo que su pecho se relajara en medio de un suspiro de alivio.
—Siete punto cuatro, ¡aprobaste! —celebró Julio, soltándole la mano y la abrazó con fuerza, en medio de risas y gritos de emoción—. ¡Has aprobado, gitanilla! Y con buena nota.
—No es tan buena, pero es mucho más de lo que esperaba, la verdad estaba aterrada... —confesó con una mano en el pecho, intentado calmar los latidos de su enloquecido corazón.
—Bueno cariño, ahora sí, come un poco, necesitas alimentarte bien... Es más, debemos celebrarlo, por qué no te permites un día de relajación, ve al Spa a que te consientan... y por la noche podemos ir a cenar, invitaré a todos...
—Me gustaría poder dormir por tres días seguidos —dijo agarrando una torrija, aunque los nervios apenas menguados no le harían fácil digerir ni un bocado. Sabía que Julio tenía razón, debía alimentarse, porque últimamente no era más de ojeras, huesos y una mata de pelo.
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Cambia mi suerte para siempre
RomanceAquí les estaré compartiendo los capítulos del tercer libro de la trilogía Cambia mi Suerte. La historia de Renato Medeiros. Capítulos sin edición ni corrección. Solo serán compartidos algunos capítulos, ya que el libro completo, editado y corregi...