Cambio

XIX.- El Benefactor

Paige miró a la pareja con tristeza mientras las lágrimas corrían por sus mejillas, era demasiado dolor para una sola persona. Aquella línea temporal fue cruel, muchos murieron por la crueldad de los otros, ahora podía entender por completo el odio de su castañito.

— Pasaste mucho, pecoso. — acarició las suaves mejillas de su chico, limpió con cuidado esas pequeñas lágrimas que se escaparon sin su permiso — Ya no tienes que sufrir solo, entiendo tu dolor, puedo sentirlo como mío y no te dejaré hacer esto por ti mismo. — le dijo Derek, sus palabras eran tan suaves y tranquilas que el castaño se sintió en casa, con el otro Derek. Amaba tener una nueva oportunidad pero extrañaba ciertas cosas de su vida anterior, esas cosas que lo habían enamorado y habían hecho quien era.

— Lo sé, pero si ustedes se ponen en peligro todo lo que he hecho no habrá valido la pena así que solo escúchenme.

— Lo haremos, no tienes que preocuparte castañito. — le dijo Paige mientras revolvía su cabello.

— Te dije que no sería tan malo decirles. — comentó Jackson con una ligera sonrisa adornando su rostro.

— Si, si, si. Tú lo saber todo, mucho más que un viajero en el tiempo. — le respondió Stiles con diversión mientras ponía los ojos en blanco.

— Bien, ahora que aclaramos todo. — todos la miraron — ¿Qué tenemos que hacer? ¿Qué amenaza tenemos? La verdad estoy un poco confundida por toda la información así que no sé bien quien sigue en la lista de malos. — dijo Paige de manera seria.

— El siguiente es el benefactor, lo complicado de todo esto es que antes fue Meredith, una banshee, lo había hecho gracias a Peter; eso ya no sucedió porque me encargué de que ella pudiera tener una buena vida y controle sus poderes de banshee, suelo visitarla cada cierto tiempo y esta bastante bien. También esta el hecho de que Peter jampas terminó en coma y odiando a los Argent así que no puede ser eso. — colocó su mano sobre su mentón — Alguien debe de estar filtrando de los sobrenaturales del pueblo, debe ser alguien que lleve un tiempo aquí o que sea por lo menos consciente de lo que sucede. — sus ojos brillaron por un momento — ¡Esa perra! Incluso sin el adiestramiento de Gerard ha conseguido esto, el problema es que no se donde se encuentre.

— ¿De quien hablas?

— Tamora Monroe. — negó con la cabeza — Primero debemos ir por un pequeño cachorro-. — sonrió con cariño mientras salía del lugar con los demás detrás de él.

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Stiles caminó por los pasillos del instituto con una ligera sonrisa adornando su rostro por lo que los demás estudiantes lo veían más de lo normal. Al fondo el castaño encontró lo que buscaba: dos adolescentes de nuevo ingreso.

— ¡Li!

El rubio giró la cabeza encontrándose con Stiles, quien sonrió más amplio.

— ¡Sti! — exclamó el menor mientras corría hacía el otro y lo atrapaba en un fuerte abrazo.

—Es bueno verte a la cara, niño. — le dijo Stiles mientras acariciaba su cabeza.

— ¿Mitch? — preguntó Derek algo confundido mientras que Jackson solo se mantenía alejado al igual que Paige.

— Este pequeño es Liam, uno de los próximos cachorros Hale, hace unos años le prometí que le daría una oportunidad para crecer como persona y tener un lugar al igual que Mason. — le sonrió al moreno — Ahora tenemos que ir con Peter.

— Ya ni sé porque me sorprendo. — dijo Derek negando con la cabeza.

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Peter suspiró al ver como Stiles le sonreía como un cachorro y sujetaba las manos de dos chicos menores que lo miraban con sonrisas emocionadas.

— ¿Saben el riesgo de lo que es estar en una manada? — miró específicamente al rubio — ¿Sabes lo que es la mordida y sus consecuencias? — le preguntó mientras frotaba el puente de su nariz.

— Lo sabemos, Sti se ha encargado de decirnos todo desde hace tiempo. — dijo Mason con orgullo mientras recibía una suave caricia en su cabeza por el mencionado.

— Ya ni quiero preguntar desde cuando conoces a estos chicos. Espero que sepan lo que hacen. Ser parte de una manada es maravilloso pero también esta lleno de peligro e incluso podrían morir. — ambos asintieron — De acuerdo, voy a morderte Liam. — miró al castaño — Tú te encargarás de ayudarlos a adaptarse, yo voy a entrenarlo pero tú me ayudaras. — le dijo el alfa de manera seria.

— Por supuesto.

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Con el paso del tiempo Liam terminó convirtiendo a Stiles en su ancla y podía controlarse bastante bien gracias a la ayuda de su alfa y el castaño, era como si sus problemas hubieran desaparecido.

Stiles se había encargado de buscar información acerca de Monroe y como le hizo para reunir toda la información actual de los sobrenaturales del pueblo, era como si supiera como contactar a todos los mercenarios que parecían llegar cada día. Derek, Paige y Jackson se encargaban de ellos así que por el momento la manada no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo.

— ¿Cómo estás tan seguro de que esta mujer es la que esta detrás de todo esto? — preguntó Jackson mientras entraba al bunker.

— Ella siempre ha odiado a los sobrenaturales, gracias a ella los perdí a todos ustedes, también es la única que es lo suficientemente cobarde para enviar mercenarios en vez de enfrentarse al problema ella misma.

— Suena a que es una persona desagradables.

— Es una escoria. Cuando la asesiné en la otra línea temporal disfrute cada alarido que soltó, ella no merecía una muerte fácil, debía sufrir.

Jackson colocó su mano sobre su hombro.

— Lo sé, pero las cosas son diferentes ahora, tú las has hecho diferentes. Tranquilo, nos tienes a nosotros, ya no es una batalla que debas enfrentar solo.

— Tienes razón, lo siento. Sé que no es bueno dejarme llevar por estos sentimientos tan oscuros pero es más sencillo.

— ¿A qué refieres?

— En mi otra vida papá me dijo algo poco antes de que los humanos comenzaran a acabar con nosotros. — sonrió levemente — Me dijo que era mucho más sencillo odiar, es fácil, pero amar es lo realmente complicado. Todos los días trato de pensar en eso pero me es imposible pensar en perdonar a todas las personas que me arrebataron la felicidad. Después de todo a pesar de los cambios los humanos son capaces de cosas atroces.

— Pero también de cosas buenas, no lo olvides.