Prólogo

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—¡No! ¡Déjenme en paz! ¡Se los ruego!

Los desgarradores gritos se escucharon por todo el bosque; pero no había nadie más ahí, nadie lo iba a ayudar.

Kim Seungmin cerró su casillero de mala gana después de sacar los cuadernos y libros que necesitaba. Estos últimos días habían sido un infierno para él, lo único que quería era un descanso.

Y a su mejor amigo.

Caminó por los pasillos abrazando sus libros y con mirada fija al frente, ignorando todo su alrededor y recibiendo miradas curiosas y apenadas.
La mayoría de ahí conocía a Lee Felix, era un chico encantador con una personalidad que hacía que todos se sintieran cómodos de inmediato, por la misma razón recibió apodos como "sol" y "ángel". Algo que la gente no lograba comprender era como alguien tan extrovertido que alegraba cada lugar al que iba, podía ser mejor amigo de alguien como Seungmin, un chico bastante reservado que apenas hablaba con las personas.

Ellos eran amigos desde pequeños, siempre fueron inseparables y se apoyaban en todo. Felix siempre trató de ayudar a Seungmin en el tema de hacer amigos, pero el menor insistía en que teniéndolo a él era suficiente, que no necesitaba más amigos.

Para Seungmin, Felix era una de las personas más importantes en su vida. Si bien no sabía como expresar su cariño y gratitud, éste sabía lo importante que era para él y era un sentimiento mutuo.

Pero ahora estaba perdido, porque Felix había desaparecido y nadie sabía nada de él.

Unos jadeos de sorpresa y cientos de murmuros lo sacaron de su trance, detuvo su paso y miró a su alrededor con confusión, sin entender muy bien qué era lo que ocurría.
Giró cuando vio en que dirección todos miraban, y sus ojos se abrieron en demasía.

Era Felix.

Él estaba ahí, luciendo jodidamente bien, como si nada hubiera pasado, como si no hubiera desaparecido de la noche a la mañana.
Miraba a todos con desdén y su caminata era muy confiada, su mirada era como la de un dragón y eso solo logró confundir más a todos.
¿Por qué no parecía el mismo Felix de siempre?

Seungmin no se podía mover, se había quedado congelado en su lugar y la boca entreabierta; pero lo que no se esperaba era que su mejor amigo pasara de él sin siquiera darle una mirada, lo había ignorado por completo.
Por fin pudo reaccionar unos segundos después, percatándose de las expresiones desconcertadas de todos los que se encontraban presenciando lo que había ocurrido.

Dio un largo suspiro y justo el timbre de inicio de la jornada de clases resonó, así que todos volvieron a lo suyo, pero el ambiente había cambiado, ahora estaba algo tenso.

Seungmin, aún abrazando sus libros, observó a lo lejos a Felix sacando sus cosas de su casillero. Se armó de valor y se acercó a él a pasos lentos.

—Felix—Lo llamó cuando llegó a su lado, haciendo que el rubio lo mirara. Seungmin no sabía muy bien que decir, aún le costaba procesar lo que estaba pasando—¿Estás bien? Digo... Estuviste desaparecido por días y todos estábamos muy preocupados. ¿Qué te sucedió?

Felix lo miraba sin expresión alguna, pero luego eso cambió y una gran sonrisa se formó en sus labios.

—¡Seungmin! Siento haberlos preocupado a todos, la verdad es que creí que nadie se daría cuenta de que no estaba—Hablaba sin borrar su sonrisa, pero ésta se veía algo falsa—No me estuve sintiendo muy bien y decidí desconectarme del mundo por unos días.

—¿Cómo?—Seungmin parpadeó varias veces seguidas—No entiendo, tú nunca has hecho algo así. Cuando no te sentías bien te desahogabas conmigo o simplemente veíamos películas mientras nos atragantábamos con comida.

—Ya sé, pero esta vez fue algo distinto, siempre quise hacer algo así y se sintió bastante bien—Borró su sonrisa mientras movía la cabeza en forma de asentimiento—Ya se nos hace tarde para la clase, será mejor que vayamos.

Con los libros en sus manos, cerró su casillero y se dirigió a su salón sin dirigirle otra mirada a Seungmin.
El castaño se quedó algo desconcertado, pero comprendió que quizás él no quería hablar sobre eso y se dirigió de igual manera al salón de clases.

—¡Seungmin!—El mencionado miró a su mejor amigo con una pizca de esperanza—Siéntate conmigo.

Seungmin soltó un suspiro aliviado, eso quería decir que Felix no estaba tan raro después de todo; se sentó a su lado mientras el chico se peinaba su cabello con sus dedos.
Cuando el profesor ingresó al aula, Felix sacó su celular y el mayor del aula se quedó congelado al posar su mirada sobre él.

—¿Lee Felix...? ¿Cómo es que está aquí?—Habló con los ojos bien abiertos—Me alegro de que esté bien, pero... ¿Nadie más sabe que usted está aquí?

Felix apartó la mirada de su celular sin interés.

—¿Y quién le dijo que estoy bien?—Dijo el rubio con voz firme, haciendo que todos se sorprendan—De todos modos, ¿por qué están todos tan preocupados por mí? Solo quería tomarme un respiro de todo esto...—Señaló a su alrededor exageradamente—Ustedes, mi familia, todos me enferman. Me iba a terminar suicidando si no me daba un tiempo.

Todos veían sin palabras como Felix agarraba sus cosas y salía del salón dando un portazo. ¿Qué le había pasado al dulce y amigable Felix?
Seungmin se quedó congelado, nuevamente, y luego pensó en salir corriendo detrás de él, pero recordó sus palabras:

"Ustedes, mi familia, todos me enferman..."

Quizás Felix solo necesitaba tiempo solo.

Después de todo, él tampoco ha tenido una vida muy fácil, en algún momento iba a explotar.

𝗧𝗛𝗜𝗡𝗞 𝗜'𝗠 𝗖𝗥𝗔𝗭𝗬 - stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora