Capítulo 9: Jake

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He tenido la peor noche de mi vida, sola en una habitación que es más grande que mi puto apartamento y jodidamente molesta. Estaba restregandole la lengua hasta la campanilla la otra anoche y ni siquiera se a dignado a hablarme desde entonces, solo faltan unos cuantos días para largarme.

Jake:

¿Que cojones quieren que haga? Siempre he sido un chico libre, nunca me han gustado las relaciones. O al menos me dejaron de gustar después de que me encontre a mi primo follandose a la chica que era mi mejor amiga y de la que estaba locamente enamorado. Teniamos una especie de romance y aun hací la muy perra se lo paso por sus partes, se follo a mí primo sin importar lo que habíamos construido. En aquel entonces yo solo tenía quince años, ahora tengo ventidos y las cosas han cambiado desde que esa maldita chica llego. No entiendo porque su maldito cuerpo me corta la respiración, los peculiares rizos de su cabello me desconcentran a otro nivel. Y  no solo su físico me pone hací, su forma de ser me enferma en el buen sentido ¿Espiar a alguien es de locos? Pues lo estoy, no hay un día en la puta universidad en que no deje de observarle, verle con mí hermano y su novio capullin me alivia diariamente. Ese caracter salvaje acompañado de esos ojos oscuros me enloquece, a un nivel que yo mismo odio. Levantarse con una ercción es totalmente normal para un hombre, pero tener el mismo jodido sueño con la misma mujer no lo es, anelarla como si fuese una puta diosa es abrumador. Y lo peor de todo soy yo, que paresco un puto idiota cagandola sin parar. Mi padre esta enfermo y decidí complacerle mostrandole una novia perfecta, ademas de librarme de sus malditas citas a ciegas, las niñas ricas son las peores citas que cualquiera puede tener solo hablan de zapatos y bolsos, es irritante ¿La rubía que me comio la boca anoche? Sí era mi ex Rubekia Ivanof , lo se soy patetico ¿Porque despues de haberte echo sufrir te la sigues tirando? No lo se, es como una montaña rusa de emociones a la que no paro de subirme.

Dormí en el sófa de la sala, tengo la mejilla hinchada del unico golpe que Samuel pudo devolverme. Entrar a la habitación no era una opción, ella estaba cabreada conmigo y tenía toda su razón. Pero ya lo he dicho, no paro de fastidiarla una y otra vez, soy jodidamente dañino para todos los que estan a mi alrededor. Mi madre fue una grave victima de eso, odio tener que recordar ese maldito día.

Dieciseis años atrás:

Mis padres nos llevaban de viaje a mi y a mi hermano pequeño de tres años a casa de los abuelos, realmente amaba al viejo perro Tom un Husky demasiado cariñoso pero a su vez valiente. Me gustaba correr entre las llervas y enbarrarme de lodo mientras corría entre el sembrado de mi abuelo Vladimir. La abuela Eslovekia era realmente buena cocinando tarta de manzana, siempre me dejaba la porción más grande para mí.

Todo ocurrió demasiado rápido, senti curiosidad por el freno del auto y provoque un maldito accidente. Todo dío vueltas demaciado rápido, de un momento a otro yo estaba en brazos de un bombero, recuerdo mis manitas cubiertas de sagre. Los gritos de mi padre eran desgarradores, mi hermanito estaba bien pero mi madre estaba atrapada en el coche. Estalló en llamas, me sacaron del lugar, sabía que no volvería ver a mi madre y no pude dejar de hacerlo desde ese día.

Culparme era demasiado necesario, había sido mi culpa, a pesar de que mi padre había contratado a los mejores psicologos del país para converncerme de lo contrario. El resto de mi infancia fue tranquila hasta llegar la adolescencia, mi primo Samuel no fue una buena influencia. Los problemas siempre estaban presentes a su alrededor, yo siempre estaba metido en ellos. Ni si quiera recuerdo cuantas veces mi padre tuvo que recojerme en comizaria por meterme en lios, el alcohol en ocasiones era mi mejor amigo. Las peleas clandestinas eran mi mayor entretenimiento, hasta ese día. A mi padre le diagnosticaron cáncer y cambie de parecer, decidí intentar acomodarme por el buen camino para hacerle bien a alguien. Pero claro, siempre que lo intentaba alguien salía mal parado de nuevo. No quería que a ella le sucediera lo mismo, pero aun haci no ppdía evitar levitar a su alrededor. Proponerle fingir ser mi novia fue el intento más imbécil de estar a su alrededor, sabía que aceptaría. Es demasiado buena para no ayudar a los demás, es demasiado frágil para romperla. Dejar que Rubekia me devorace la boca fue lo peor que pude hacer en esa discoteca, fui un imbécil al no acercarme a ella y dejar que se restregase contra mí. Que Samuel la estuviese besando me encendío como nunca, ni siquiera cuando me entere de lo que había pasado con Rubekia me puse hací.

Despues de tomar una manzana y buscarla por toda la casa me di cuenta de algo, la piscina. Seguro estaba allí era el lugar más apartado de la casa. Ni siquiera sabía que decirle cuando le tuviese delante, un "lo siento" estaba demás. Seguro me respondía con algo como " no tienes que hacerlo, solo estamos finjiendo" o cualquier estupides típica de las mujeres
¿Porque digo mujeres en general? ¡Por dios! He ensayado miles de veces mi papel cada vez que me despierto con una chica diferente, solo les digo lo mismo para qur no se exalten "Sabía que eras bella, pero al despertarte me pareces una diosa" eso es suficiente para huir sin tener conversaciones incomodas, demostrandome que todas son iguales.

Cuando al fin llego a la piscina me encuentro con lo más extraño que pude ver en mi vida, luke esta abrazando a alguien que no sea Dylan. Sus brazos estan extendidos sobre Annie, no me gusta eso, mi hermano es bisexual y la llegada de ella lo ha tenido tenso. No me sorprendería descubrir que le gusta, pobre Dylan, mi cuñadito flor va a ser tirado a la basura. Ella esta ¿llorando? Joder sabía que anoche la había cagado pero no hací.

-Rizos- digo casi en un susurro cuando ya me encontraba lo más cerca de ellos. Ella se despego de golpe del pecho de Luke, el a penas me miraba, echo un vistazo a sus pantalones y me encuentro lo más desagradable que he visto en el día, una erección que no es mía.

-¿Que haces aquí?- esta sonrojada.

- Necesito hablar contigo, no estuvo bien lo de anoche- apenas pude terminar de hablar ya que ella salto tajante.

- ¡Claro que no! ¿Te parecío bien dejarme sola en tu estupida habitación con un gamster? Casi lo piso cuando fuí al baño- no pide evitar soltar una carcajada, el señor Smith se había escapado de su jaula.

-No hablaba de eso rizos, me refiero a la discoteca-su cara cambió totalmente, estaba tranquila, si ubiese sido otra chica me estuviese propinando unas buenas bofetadas.

- Ok, creo que ya entiendo por donde vas. Te comportaste como un total imbécil todo el tiempo y no te juzgo se que con tus dos gramos de cerebro no procesas mucho pero igual deberías dejar de comportarte como animal, casi me safas un diente- se explico.

-Perdón, solo no te acerques a Samuel en el tiempo que estes aquí ¿vale?- dije haciendo la cara de "por favor" más rídicula del mundo.

-No lo creo- intervino Luke.

-¿Porque no?-

-Le pegaste tan fuerte que le rompiste la nariz y una costilla,ahora mismo esta en el hospital, por su propio bien dudo que se acerque- mierda me excedí.

Ella solo me miraba y daba gusto que lo hiciera, sus condenados ojos cafe se estaban convirtiendo en algo peligroso, serían mi perdición.

Un Gillipollas En OxfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora