Parte 61: La gran noticia

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Luego de un largo día de trabajo, lo único que deseaba hacer era llegar a casa para descansar, por suerte, Ethan recogería a nuestro hijo en casa de Scott, lo que me facilitaba el llegar a casa más deprisa.

Hoy no fue uno de mis mejores días, tuve muchas cosas que hacer y estuve en medio de una situación peligrosa de la que no deseo hablar, ya que lo importante es que salí ileso.

Sé que es normal sentirme cansado, he pasado varias semanas sin trabajar y ahora de cierto modo me siento oxidado, ya que me acostumbré demasiado rápido a la relajante vida que estábamos llevando.

Sabía que la luna de miel sería algo pasajero, aunque no me molestaría tomarme un par de días más con tal de repetir aquellos días donde simplemente disfrutábamos de un agradable viaje familiar.

El problema es que no se puede vivir de besos y abrazos, así que debo quitar esos pensamientos de mi cabeza justamente porque debo pensar en todos los gastos que conlleva tener esta vida, además quiero tener otro hijo, así que hay más gastos que debo considerar, incluso ampliar la casa para vivir cómodamente.

Estaba pensando en los detalles que involucraban un segundo hijo cuando oí el auto de Ethan aparcarse junto al mío, no pude evitar sonreír cuando escuché a Luther gritar "¡Papá, hoy con el tío Trevor hice un dulce muy rico!"

Podía escuchar la emoción de sus palabras, incluso oía sus pasos aproximarse a la cocina con tal de encontrarme preparando la cena.

–¡Tenía fresas! –me anunció con felicidad.

–Woow ¿me trajiste? –le pregunté observando su gran sonrisa.

–Te traía, pero papá se lo comió.

–En mi defensa, estaba muy rico– comentó Ethan, haciendo aparición para integrarse en la conversación.

–Egoísta– le dije como insulto, aunque la sonrisa boba que se formó en mis labios se reflejaba en los suyos y hasta me acerqué queriendo besarlo.

–Es por el bebé– comentó riendo, ya que aún no está embarazado.

–Y mentiroso...–susurré inclinando mi cabeza para besarlo, incluso Ethan lo hizo, sólo que cuando estábamos a nada de besarnos, Luther nos separó.

–¡No besos! –chilló empujándome para separarme de Ethan.

Aquel gesto no lo tomamos como algo grave, de hecho, nos reímos y nos saludamos de otro modo que no involucrara besos, sin embargo, en el trayecto de la tarde intenté besarlo de nuevo, sólo que Luther nuevamente lo impidió.

No sé qué estaba pasando, hasta ahora no había intentado evitar que Ethan y yo nos besáramos, pero nuevamente no lo tomé como algo malo, sino que pensé que sería algo pasajero.

El único inconveniente es que, pasaron dos semanas y no sé cómo lo hacía, pero cada que Ethan y yo deseábamos besarnos, aparecía. Era como si una fuerza extraña lo atrajera justo cuando estábamos por besarnos.

Pasar dos semanas sin besar a mi esposo era algo que no esperaba ahora que estamos recién casados. Sé que una vez Luther está en su colegio podemos hacerlo, de cierto modo teníamos el camino libre, sin embargo, debido al trabajo Ethan y yo no nos veíamos hasta la tarde cuando regresábamos a casa.

Esto es tan estresante...

Lo bueno es que hoy Ethan me avisó que recibiría los resultados de sus exámenes, como queremos tener otro hijo, constantemente se hace exámenes y eso me mantenía ansioso.

Pasé todo el día pensando en los resultados, el día parecía infinito, pero por fin podría regresar a casa y verlo.

Esta vez Ethan llegó primero y yo debía retirar a Luther, así que la noticia se atrasó un poco y cuando llegué, de cierto modo me sentí decepcionado, ya que dijo que aún no veía los resultados, sino que estaba esperando a que nuestro hijo se durmiera.

Cállate/Cállame BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora