Capitulo 10. La calma despues del dolor

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Un mes, había pasado un mes desde que Mina Myoui había desaparecido sin dejar rastros de la vida de Son Chaeyoung, Im Nayeon y de sus amigas a excepción de Chuwi que sabía exactamente donde estaba su mejor amiga pero lo mantenía como secreto por el bien de su mejor amiga y claro para evitar las preocupaciones de más, pues sabía muy bien como era Mina con sus temas personales.

Apesar de todo Chaeoung y Nayeon continuaban su búsqueda y no se rendían, por suerte tenía personas que les ayudaban en todo y también a la secretaria de respaldo de Myoui, persona que siempre mantenía a Mina al tanto de todo por si en algún momento todo se salía de control y debía volver.

—Chuwi, amor. ¿Podemos hablar?—habló Sana mirando como su novia había mantenido un rostro serio durante la mayor parte de su cita y provocaban que la japonesa se pusiera nerviosa por haber echo algo malo.

—Dime.—dijo sin más.

—¿Puedo saber que te sucede? Llevas casi todo el día así y me preocupas, ¿hice algo mal?—dudo angustiada y con una expresión triste provocando que al instante Tzuyu dejara su semblante.

—No mi amor, perdón.—esta se le acercó abrazándola al instante dejando que el rostro de su japonesa quedara escondido entre sus pechos— Es solo que no puedo parar de pensar en Mina, quisiera saber como esta, perdón por preocuparme.

Ambas chicas se quedaron mirando muy fijamente hasta que por indistinto, Sana la beso para que así olvidara por un instante a Mina.

—Tranquila, ella regresara.—una mini sonrisa salió de los labios de la taiwanesa y estas volvieron a besarse sin más, olvidándose de todo por un instante.

Por otra parte tenemos a la japonesa Hirai Momo quien parecía un agente secreto buscando toda la información de su amiga Mina Myoui para poder averiguar en donde estaba, pues si, ella era esa persona de confianza de las Coreanas que deseaban saber el paradero de su chica, sin tener éxito.

Un suspiro de frustración salió de los labios de Momo al nuevamente fallar quedando dolida consigo misma, quedando casi rendida hasta que una llamada entrante llegó.

—¿Hola?

—Hola Momoring.—dijo la dulce voz chillona de su amiga Mina.

—Minari, corazón. ¿Donde estas? ¿Por qué te fuiste sin decir nada?—habló triste y preocupada, pues aunque quisiera estar enojada con su amiga, le era imposible.

Mmm, solo quería saber de ustedes, pero realmente no diré nada de mi, lo siento pero es algo que simplemente no puedo decir.—a Momo le dolió las palabras de su amiga pero no dijo nada por que comprendía que tal vez algo le pasaba aun así eso no evito que la rastreara encontrando así su paradero, por lo que celebró en silencio.

—Se podría decir que estamos bien, aun así digamos que nadie puede estar feliz sabiendo que estas desaparecida.—suspiro.

—¿Cómo están ellas Momo?

—Muy mal, ellas están incluso peor, están por volverse locas si no te vuelven a ver.

Perdón....diles que me perdonen por irme así...—sollozo desde el teléfono para la a la final colgar sin decir más nada y así continuar sufriendo en silencio.

Había pasado un largo mes desde que Mina perdió a su madre, un mes desde que el cáncer acabó con la vida inocente de su madre y esa era su razón por la cual desapareció, lo que al principio fue por visitar a su madre y verla recuperarse, se terminó volviendo en un calvario lleno de dolor por su pérdida, estaba mal y prefería sufrir sola que ser acompañada y comprendida.

Mina estaba encerrada en su cuarto mientras lloraba aunque luego de unos minutos llegó su padre y al verla en aquel estado la agarro entre sus brazos y la abrazo con fuerza, entendia que au hija estaba muerta en vida por perder a lo que más quería, entendía que por más que ella quisiera ir a buscar a sus novias, el orgullo y el dolor no le permitían regresar sin aun superar del todo su luto.

—Hija mía, es hora de que regreses y sigas con tu vida, no me puedo permitir verte morir de tristeza.—suspiro agotado y angustiado, su padre llevaba días sin poder descansar bien, ya que la salud de hija le preocupaba tanto que el simplemente pensar en descansar lo ponia ansioso.

—No quiero, no puedo dejarte solo, no quiero cometer el mismo error que con mamá.—nuevamente volvió a culparse por no estar en la noche que su mamá murió por haberse dejado vencer por el sueño.

—Hija, entiende que no fue tu culpa.—suspiro frustrado—Vamos, báñate, alista tus cosas en la maleta que nos vamos los dos para Corea.

Aquellas palabras hicieron que el corazón de su hija saltará de la nada, aquello le dio paz por un instante y sus lágrimas dejaron de cesar por su rostro lo que logró calmar a su padre quien la dejó sola para que hiciera lo que él le pidió. Mina sin decir nada se metió al baño, se ducho y luego se arreglo desapareciendo así las oejeras que mantenía en su rostro por solo llorar sin descansar siquiera una hora.

En cuestión de horas Mina y su padre ya estaban en el aeropuerto esperando a que saliera su avión el cual llegaría en una media hora más, lo que les permitió comer algo en el lugar.

Lo que la japonesa no se imaginaba era que cuando ella estuviera a punto de abordar el avión, se encontraría las personas que menos se esperaba. Si, si estoy hablando de ellas, ahí estaban ella, Chaeyoung y Nayeon en busca de su chica, el corazón les latió fuertemente cuando visualizaron a Mina en el restaurante del aeropuerto, pues mantenían siguiendo el GPS de la japonesa.

—De verdad es ella?—preguntó una Chaeyoung a punto de llorar por la emoción de haber encontrado después de un mes a su amada novia.

—Lo es Chaeyoung, es ella.

Y entonces la pregunta retumbó, acaso Mina iba a irse de nuevo? Pues notaron las maletas de la menor y también del señor a su lado con la que charlaban mientras se dirigían a su avión, Son e Im sin pensarlo dos veces se fueron tras ella de nuevo, no podían permitirse que se escapara una vez más, sin aun saber que Mina también iba por ellas, de regreso a ellas.

—MYOUI MINA, DETENTE AHI.

Y así mismo cuando la japonesa escucho su nombre su corazón se hizo chiquito y quieta se quedó, sin mover un solo dedo ni nada, la voz de Nayeon ocasionaron que Mina sintiera una combinación de felicidad y a la misma vez de tristeza pues no se podía creer que ellas estuvieran en New York y menos buscándola.

El papá de Mina también se quedó quieto pero le hizo señas a las dos jóvenes para que se acercaran por que sabía que su hija no voltearia a verlas aunque quisiera, tenia el corazón en la garganta y sus ojos ya estaban nuevamente inundandos de lágrimas por escuchar una vez más la voz de Nayeon, ella sabía que Chaeyoung también estaba detrás suyo y eso provoco un colapso en Mina.

Entonces sin que se lo pidieran ella volteo y con la frente en alto las miro mientras se mordía el labio inferior para evitar llorar como magdalena, estaba cansada de llorar pero la culpa por haberlas abandonadas pudo más que si misma y una vez más se culpo por lo que hizo sin conciencia.

—Minari, al fin....—soporto el llanto Chaeyoung y volvió a hablar— De vuelta con nosotras.

La japonesa deseaba hablar y pedir perdón, pero antes de que siquiera dijera algo, sus chicas ya la estaban abrazando con fuerza y amor, entonces aquel vacío y dolor que sentía hace un rato, comenzó a bajar y pronto a desaparecer. El alma de Mina dejó de sentir la soledad y le permitieron a la japonesa volver a respirar feliz y serena.

—Perdón....—susurro en medio del abrazo.

—Shh...

𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 || 𝐍𝐀𝐌𝐈𝐂𝐇𝐀𝐄𝐍𝐆 (𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora