Cap.14

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Pov:Alice

Esta chica es simplemente maravillosa, me está volviendo completamente loca.
Desborda una ternura infinita...tiene una delicadeza en su toque que la vuelve simple.
Cada vez que lo pienso estoy más segura de que Danielle podría llegar a sanar las heridas del pasado de una vez por todas.

Hoy me daban de alta y ella ya estaba firmando unos papeles para poder salir de este maldito lugar ,que por más que lo odie él presenció una de las primeras citas entre Danielle y yo.

No se que sentir con respecto a esa tal Gretel, lo único que me genera es un malestar en el pecho que aún no defino del todo. Todo lo que me dijo Danielle era totalmente creíble, y confiaba en ella pero esa chica tenía una mala vibra que no me cuadraba para nada.

-Amore ya nos podemos salir de este lugar...¿lista?-tenía solo una pequeña mochila en mi hombro la cual me quitó y no pude quejarme.
-Claro, ¿a donde vamos?- ella tenía una sonrisa de felicidad mientras yo solo la veía.
-Donde estés más cómoda, incluso en mi casa te puedes quedar unos días, Sofía salió de viaje por el instituto y no regresa dentro de 5 días....tenemos ma casa sola al parecer.-fue un alivio escuchar eso ya que quería estar con ella todo el tiempo posible por si aquella loca regresaba poder marcar mi territorio ya que con anterioridad no pude.
-Pues vamos primero a mi casa, recogemos unas cuantas cosas mías y me quedo esos días haciéndote compañía, ¿quién te cocina sino?-esa respuesta le sacó un brillo en los ojos lo cual me puso orgullosa...y mucho.

Salimos del hospital y nos montamos en el carro de Danielle, al parecer Olivia no era su única adquisición con nombre ya que la escuché llamar Donal al vehiculo actual.

Al llegar a mi casa mis padres estaban ahí esperando mi regreso, no se sorprendieron ni un poco al saber que me iría con Danielle. Le cogieron cariño cuando estaba en mi invernación según había escuchado hablar a Alex.

Escena +18 ...

Ya estábamos en su hogar, la pelinegra de ojos zafiros se estaba bañando mientras yo hacía palomitas y elegía una película para ver. Al final me decidí por ver After ya que soy fanática a todo lo que tenga que ver con romance.
Estaba esperando a que llegara cuando siento un olor a cerezas con vainilla, exquisito su característico olor.

-¿A quien esperas?- me dedicó una sonrisa coqueta mientras sen sentaba a mi lado y me tiraba un pie encima.
-A ti princesa, solo a ti.- estaba mirando sus labios cuando veo que la distancia entre nosotras es acabada por ella quien pega sus labios a los míos.

Nunca me dejará de sorprender el raro sabor de sus labios carnosos. Tienen un sabor a limón con chocolate un poco raro pero que te deja con ganas de más.
Cambiamos de posición y ahora se encontraba a horcadas encima mío. Solo tenía puesto una polera con su ropa interior y yo una blusa de tirantes con un short de seda. La tomé por el cuello para profundizar el beso que se convirtió en una pelea por quién llevaba el control.

Voy bajando las manos hasta sus caderas ella tenía sus manos en mi nuca evitando la separación de nuestras bocas.

Alice empezó a levantar su polera y tocar su espalda con sus manos a lo que Danielle soltó un pequeño gemido que hizo vibrar el centro de la pelirroja, esta toma el control de la situación ágilmente y ahora la peli negra se encuentra debajo de ella con las piernas abiertas y entre estas Alice.

La pelirroja no dejaba de acariciar cada parte de la piel hasta ahora desnuda de Danielle, cansandose de la ropa estorbosa la hace inclinarse un poco para poder sacar su polera y así quedar con sostén y bragas.
-Estamos en desigualdad.-la de ojos zafiros se toma un momento y le susurra al oído a Alice la frase, en un movimiento rápido le saca la blusa y sus pechos quedan al aire ya que no llevaba sostén como en el caso de Danielle.
Alice aprovecha el descuido de la pelinegra que se encontraba embobada viendo sus tetas y la desabrocha el sostén con una sola mano.
En ese momento las palabras sobraban, los sentimientos volaban, las miradas llegaban al alma. Danielle no podía creer que Alice fuera tan hermosa y Alice no podía creer lo perfecta...no ,lo única que era Danielle. El toque de la pelinegra contra su piel hacía que esta se erizase, sentía palpitaciones por todo su cuerpo.

Danielle que aún se encontraba debajo de la pelirroja se gira junto con esta y ahora es ella quien lleva el control. Mira los ojos grises de Alice pidiendo permiso para bajar y terminar de desnudarla a lo que esta sonríe y asiente levemente. Danielle desciende hasta quedar bajo su vientre y con suma delicadeza toma el borde de las ultimas prendas de la pelirroja sacándolas a la vez.
Ahora lo único que detenía el contacto completo de ambos cuerpos era la fina tela de las bragas de encaje de Danielle.
Alice no pudo más y se las arrancó tan agresivamente que este gesto sorprendió y al mismo tiempo calentó más a la pelinegra.

Todavía se encontraban en el sofá con la película pausada y el bote de palomitas a un lado. Decidieron ir a la habitación para estar más cómodas y disfrutar completamente sin ninguna restricción.
Se levantaron aún besándose manteniendo la llama de pasión que tenían encendida desde que se miraron a los ojos. A tropezones llegaron a la puerta del cuarto donde Alice empotró a Danielle contra esta y le agarró el cuello no lo suficientemente fuerte para que doliera. Danielle se encontraba con las piernas temblando por lo que se dejó guiar hasta chocar con algo que no les interesó en ese momento.
Ahora quien llevaba el control era Danielle, estaba acariciando las caderas dr la pelirroja quien moría de ternura por esa acción. Seguidamente la dejó en la cama con tranquilidad y mirándose a los ojos se sonrieron cómplices. Todo en ellas desbordaba una pasión inefable.
Prontamente Alice la tomó de la nuca esta vez y la besó, tan profundo que hizo que su compañía soltara un sonoro suspiro de placer. Sus lenguas bailaban a la par, sus muslos rosaban sus partes íntimas.
La de ojos zafiros se posicionó arriba de la ojigris y presionó su rodilla con su clitoris, Alice soltó un gemido que si hubiese alguien más en la casa lo escucharía sin necesidad de forzar el oído.
La necesitad de sentirse mutuamente aumentaba cada vez más entre ellas.

Se acariciaban, se besaban, se sonreían, se querían....se amaban.

Alice le suplicaba con la mirada que le diera atención a su parte, la pelinegra sin vacilar un momento empezó a masajear su clitoris recorriendo después sus labios vaginales, de un momento a otro la penetró con dos de sus dedos lo que hizo que la otra chica arqueara la espalda del placer. Con cada estocada la hacía ver las estrellas. Cambiaron nuevamente de posiciones y ahora Alice se encontraba encima de Danielle con sus piernas intercaladas uniendo sus vaginas tratando así dr hacer la famosa tigera.
Ellas no sabían que esa acción les generaría tanto placer a ambas, movían sus caderas en sintonía, gemían en voz alta sintiéndose los seres más libres del planeta. Solo eran ellas dos, ellas dos en su pequeña burbuja de amor.

Quedaron agotadas después de tanto ejercicio por lo que al cerrar los ojos un momento quedaron rendidas en brazos de morfeo con una sonrisa genuina adornando sus rostros.

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