𝙋𝙖𝙥𝙞𝙨⊰⁠⊹ฺ ║⁠ Bakudeku

Parque

Risas y gritos emocionados se escuchaban por todos lados, mientras se podían observar a los infantes correr felices por el corto césped que servía cómo campo de juegos.

— Ahora dí "aah" —

— Deku, no seas un imbécil —

— Oh, vamos Kacchan. Sólo quiero tener un momento tierno contigo. Porfavoor~ —

— Ya te dije que no, mierda —

— ¡Que abras la puta boca, Kacchan! —

— ¡NO! —

— ¡Abree! —

— ¡TÚ NO ME DICES QUÉ HACER! —

— ¡DÍ "AAH"! —

— ¡QUE NO! —

Los tres protagonistas de esta historia yacían sentados sobre unas de las bancas que se encontraban al rededor de un bello jardín, justo a un lado de los juegos infantiles.

Mientras que Katsuki e Izuku estaban en su momento de pareja, Shoto miraba con atención a los niños jugando en un columpio.

La emoción de los pequeños al subir, y el cambio en sus rostros al bajar y sentir un ligero toque de adrenalina, lograba hacerlo querer sentir lo mismo.

Devolvió su mirada al par de amigos que estaban junto a él, observando cómo el chico de cabellos verdes estaba casi obligando al rubio cenizo a abrir la boca con tal de darle helado con una cuchara; el cenizo se negaba a tal acto, comenzando así una pequeña pelea ciertamente curiosa.

Justamente cuando el Todoroki iba a decir algo, un pequeño pop en su mejilla llamó su atención.

Dejando de lado la pelea de novios, comenzó a buscar al causante de esto, topandose con un niño jugando con su bote de burbujas.

Las burbujas de jabón volaban por el lugar, pudiéndose observar a más de un infante correr y disfrutar del pequeño espectáculo que uno de ellos hacía sin querer.

— ¿Qué tanto miras, eh? — preguntó una voz junto a él — ¿Te gustan las burbujas? Qué idiota —

Shoto volteó a mirar a quién le hablaba, encontrándose a Katsuki el cuál tenía el rostro manchado con helado.

— Son divertidas. Supongo. — alzó los hombros sin tanta importancia, volviendo a mirar a los más pequeños jugar — no lo sé… nunca jugué con burbujas… —

Bakugou alzó una ceja con su respuesta. ¿Quién no ha jugado burbujas siendo un niño?
Incluso él lo había hecho, de niño, claro.

— ¿Y Midoriya? — preguntó Shoto — ¿No estaba contigo? —

— Fué a lavarse la cara — contestó Katsuki, mientras limpiaba su rostro con una servilleta.

Entonces Shoto recordó la "pelea" de ambos. Tal parece que su amigo no logró ganar la batalla, y ahora ambos estaban sólos.

Bakugou paseaba su mirada por el lugar totalmente aburrido, hasta que pudo encontrar al vendedor de aquel jabón para burbujas.

Sin decir nada, el oji escarlata se levantó de su asiento y caminó hacia el vendedor, dejando de lado la existencia del heterocromático.

Finalmente sólo, Shoto continuaba con su vista fija en los pequeños, debatiendo internamente si podía ir a divertirse o permanecía sentado esperando a sus amigos.

— Oi — un pequeño bote de jabón apareció frente a su mirada, siendo sostenido por el rubio cenizo que hacía minutos se había marchado. — Toma tu mierda, y si dices algo al respecto te parto las piernas —

Con sorpresa, el Todoroki tomó el pequeño bote entre sus manos, sintiendo una ligera emoción en él.
Quitó la tapa revelando el aro con el que se hacían las burbujas, lo acercó un poco a su boca y finalmente sopló sin mucha fuerza, formando así la primera burbuja de su vida.

Sus ojos se iluminaron al mirar a la pequeña burbuja comenzar a alejarse flotando, explotando a la lejanía gracias a un niño que había tratado de tocarla.

Una burbuja, tras otra y otra, fueron formándose gracias al Todoroki, quién parecía emocionado por sus simples acciones.

— Ya llegué, ¿Qué hacen? — preguntó Izuku al llegar, tomando asiento junto a su novio.

— El bastardo de mitad-mitad está jugando a ser un bebé — contestó Katsuki — Oh, y ahora me debe dinero — agregó.

Midoriya volteó su mirada hacia el chico mencionado, observando la emoción en sus ojos mientras más niños se unión a explotar sus burbujas.
Sonrió por aquello, al mismo tiempo que reposaba su cabeza en el hombro del rubio cenizo.

— ¡Midoriya, mira qué grande es! — exclamó Shoto emocionado mientras observaba su gran burbuja.

— Cállate y sopla — respondió Katsuki.