𝙋𝙖𝙥𝙞𝙨⊰⁠⊹ฺ ║⁠ Bakudeku

Desastre

ーÁnimo, compañero. Ya verás que en el futuro todo se resuelve.ー soltó Inasa con esperanza, mientras alzaba su dedo pulgar junto a una pequeña sonrisa.

Katsuki suspiró desesperanzado, mas al final atinó a sonreír de lado.

Pero, justamente cuando unas últimas palabras iban a salir de su boca, un fuerte estruendo logró llamar su atención.

La puerta se abrió sorpresivamente, y Camie cayó al suelo con Ochako sobre ella.

ー¡TE VOY A ARRANCAR LOS BRAZOS, MALDITA GATA ROMPE HOGARES!ー exclamó Uraraka, mientras que la castaña tomaba sus muñecas con fuerza para que no le hiciera daño.

ー¡PERO YO NO HICE NADA!ー

ー¡URARAKA-SAN, DETENTE!ー

ー¡¿PERO QUÉ MIERDA?!ー

El peliverde se acercó a su amiga sin pensarlo, y tomó su cintura, tratando de alejarla de aquella pobre mujer, mas esta se negaba rotundamente a soltarla, ya que, casi al instante, la tomó del cabello.

ー¡SUÉLTAME, YA BASTA!ー gritó Camie, mientras mantenía su firme agarre sobre las muñecas ajenas.

Tanto Katsuki cómo Inasa, se levantaron rápidamente del sofá, y se acercaron a ambas chicas.

ー¡Oye, oye, tranquila!ー dijo en voz alta, mientras tomaba con sumo cuidado los brazos de Ochako, queriendo ayudar al pecoso en su tarea de apartar a ambas.

ー¡YA CIERREN LA JODIDA BOCA!ー Katsuki, cómo pudo, alejó a ambas chicas, quedando de pié en medio de la pelea.

ーTrata de calmarte, Uraraka-san.ー habló Izuku.ー esto no soluciona nada…ー

ー¿Estás bien…?ー preguntó el pelinegro a su novia, quien lo abrazó fuertemente mientras escondía su rostro en su pecho.

ー¡¿QUÉ MIERDA TE PASA?!ー Bakugo miró a la castaña amiga del peliverde, quien fruncía su ceño en absoluta furia.

ー¡¿A MÍ?! ¡¿QUÉ MIERDA TE PASA A TÍ?!ー se soltó del agarre del pecoso.ー ¡CAMBIAS A MI PERFECTO NIÑO POR ESA RAMERA!ー

ー¡OYE!ー exclamó Camie ofendida.

ー¡¿CAMBIAR?! ¡¿DE QUÉ MIERDA HABLAS?!ー tanto el rubio cenizo cómo la castaña, se miraban a los ojos de forma amenazante.

ー¡Sí! ¡Tú no sabes nada!ー se unió Camie, y al escucharla, Ochako ardió en más furia de la que ya estaba.

Completamente cegada por el coraje, y aprovechando el descuido de su peliverde amigo, Uraraka empujó con fuerza al rubio cenizo, y sin pensarlo, se lanzó de nuevo contra la pobre víctima castaña.

Inasa ni siquiera tuvo oportunidad de reaccionar cuando Ochako ya tenía del cabello a Camie, la cual, entre forcejeos, comenzaba a golpearse contra los muebles del lugar.

Más gritos y llantos se hicieron escuchar, seguido del fuerte ruido de cosas cayendo contra el suelo.

Lámparas de mesa, pequeños adornos de vidrio y muñecos pertenecientes a Shoto, se encontraban regados por el piso, y ante eso, el enojo en Katsuki aumentaba cada vez más.

ー¡Chicas, calmense! ーexclamó Inasa, siendo completamente ignorado.

ー¡Uraraka, por favor, ya basta!ー le siguió Izuku, quien miraba con horror todas su pertenencias en el suelo.

ー¡YA PAREN DE UNA PUTA VEZ, O SI NO- ー las palabras de Katsuki pararon abruptamente, ya que, en medio de todo ese caos, se percató de que ambas se dirigían a su tan apreciada pecera.ー no me jodas… ¡MIERDA, DETENGANSE!ー