01 | ¿Meta o bache?

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¡Es hoy, es hoy, es hoy! ¡Comienza ya, chiques! Disfrutadlo mucho <3<3<3<3

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Lynnette

—No sabía que salías esta noche.

Asentí con un sonido de garganta. Había pasado por el apartamento de Amber porque llevaba tiempo sin verla y así aprovechaba para que me hiciera el eyeliner. Era inútil para esas cosas lo cual resultaba gracioso teniendo en cuenta que estudiaba Bellas Artes.

—He quedado con Iris y Trish para ir a Halö —respondí mientras me ponía corrector en las ojeras. Llevaba una semana sin dormir bien, pero lo achaqué a la época de exámenes.

—Estás preciosa —dijo. Sonreí y le guiñé un ojo a través del espejo.

Tenía el cabello pelirrojo mojado porque se acababa de duchar y lucía todavía más oscuro con ese pijama amarillo que llevaba. La había animado a venirse con nosotras, pero había denegado la oferta diciendo que tenía cosas que hacer. Supuse que esas cosas implicaban a su novio, pero no mencioné nada.

—Todavía sigue en pie la oferta para que te vengas. Iris ya ha preguntado por ti un par de veces —animé. Sabía que no iba a venirse, aunque me habría hecho ilusión que lo hiciera.

—No, gracias. Los exámenes están a la vuelta de la esquina y Garret va a venir a ayudarme a estudiar.

Guardé el corrector y la miré remover su cabello húmedo a través del espejo.

—¿Examen de lengua? —sonreí, lobuna. Amber abrió la boca, aunque atisbé el rastro de una sonrisa también en su boca.

Tomó el primer cojín que encontró para lanzármelo y yo lo esquivé por los pelos. Agradecí que el espejo estuviera anclado a la pared porque sino habríamos hecho un estropicio.

—¿Puedes dejar de pensar en sexo por un segundo?

—Tú tampoco lo has negado —me burlé.

Amber negó con la cabeza, como si fuera un caso perdido. Aun así, seguía sin negarlo, por lo que mi sonrisa se ensanchó.

En el fondo, me alegraba por ella. Llevaba meses pasándolo mal por temas familiares y Garret era de las pocas personas que lograba darle un respiro.

—Voy a secarme el pelo.

Cerró la puerta del baño y entonces me quedé sola en su habitación. Mientras escuchaba el grifo abrirse y el agua caer, terminé de retocarme el colorete para verme un poco sonrosada. Me gustaba que se viera como si hubiera tomado un poco el sol. Me hacía ver tierna... hasta que me conocían de verdad.

Estaba tan concentrada en pintarme las cejas que, cuando una música estalló, me manché con el lápiz. Estuve a una raya de disfrazarme de Harry Potter. Si Harry Potter fuera una tía con muy mala leche y un rayo amorfo.

El arte de amar entre cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora