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EXEQUIEL

—¿Que pasó Chango? ¿te durmieron la wacha? —preguntó Medina sentándose a mi lado.

Chocó su lata de cerveza con la mía y se la llevó a los labios para tomar un poco, al igual que yo.

—¿Que decis?

—Y.. estas hace más de media hora acá sentado mirando como esa Bri se chamuya a Marcos y Luis.

—No se los está chamuyando.

—No sé si ella se los chamuya a ellos, pero está claro que la vi sonreír más veces con ellos que con vos.

Lo miré con mi mejor cara de orto y desvíe mi vista hacia el partido que se habían armado los demás. Tenía ganas de jugar, pero había comido tanto que sentía que iba a explotar y prefería no autoexigirme.

Era verdad que había estado mirando solo a Bri desde hace un buen rato. No podía creer la cantidad de vasos de fernet que entraba en su sistema, encima era re chiquita.

—Exe, —sentí como alguien me tocaba el hombro y volteé. —¿podes venir un toque que te quiero decir algo?

—Fa Luca, ¿no puedo escuchar yo? —preguntó Cristian indignado.

—Bueno fue, me quiero llevar a Sami a casa, ¿vos con la morocha qué onda?

—¿Te vas a llevar a Sami, Lango? —reí. —Vicente es el real "le durmieron la wacha".

—¿Se habla con Vicente?

—Na, solo en persona. Pero Vicente no vino hoy, llévatela tranca.

—Es que la loca está obsesionada con no querer dejar sola a la amiga.

—Deja que yo hablo con ella, ¿donde está?

—En la cocina.

Apoye mi lata de cerveza vacía en la mesa y caminé hacia la cocina con Luca siguiéndome por atrás.

No quería perderme de vista a Brisa ni siquiera un segundo porque Cristian me dejó re malviajando y por ahí posta le quiere dar a alguno de los otros dos. Yo no soy un gil como Taborda, al primero que me la quiera sacar le meto una piña.

—¿Que onda Sam? ¿como la estas pasando? —ella se estaba armando un fernet y cuando volteó a mirarme me reí porque tenía todo el labial corrido. —bueno, veo que bien.

—¿Por?

—Tenes un poquito corrido acá. —le señalé al rededor de la boca y ella enseguida se tapó con la mano mientras se refregaba fuerte.

Luca se reía.

—¿Listo?

—Si, mejor. Escucha. —me quedé callado pero lo señalé a Luca con la cabeza, esperando que entendiera.

Al parecer lo hizo porque asintió con la cabeza y una sonrisa tímida en los labios.

—¿Me la dejas a Bri y yo la llevo después?

—Si, pero déjame hablar con ella a ver si quiere. —Sami intentó pasar por al lado mío pero la frené.

—Si quiere. Dale Sam. —hice pucherito.

—¿Le preguntaste?

—Si. —mentí.

La rubia estaba bastante en pedo y se notaba aunque no le dijera nada, así que sabía que no iba a ser difícil de convencer.

—Bueno, tomatela negro. —Luca se acercó a ella y la abrazó por los hombros.

—Paraaa Lango encima que te ayudo.

𝐏𝐞𝐥𝐢𝐠𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐨𝐧 | Exequiel ZeballosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora