Era solo un matrimonio por contrato

Capitulo 13

Rezet miró el reloj que colgaba de la pared de la capilla. Faltaban pocos minutos para el mediodía.

Su residencia privada en las afueras de la Ciudad Imperial estaba bastante alejada de la plaza. El frente de la mansión estaba abarrotado de caballeros, sirvientes y empleados que se preparaban para regresar al territorio de Rottier.

Había alrededor de mil soldados dirigidos por Rezet. Arcel, el comandante de los Caballeros de Rottier, dirigió la mayor parte de la infantería que regresó primero al territorio, por lo que el número restante era poco menos de 200.

Frente a los que hacian fila para esperar, el caballo negro de Rezet se sacudia.

Ruben, que lo encontró, informó.

—Su Excelencia, estamos todos listos. Sólo nos falta cargar el botín que Su Majestad nos ha dado.

—Sí, partiremos en cuanto tengamos todo el equipaje.

—Sí.... Pero, ¿por qué no va a la plaza?

—¿Qué pasa en la plaza?

—Ah, sí. Hoy es el día, ¿no? La ejecución de la Princesa Argan. Creo que está a punto de empezar.

—.......

—Hay una gran multitud en la plaza desde la mañana. Los rumores ya se han extendido por todas partes.

La mirada de Rezet se dirigió lentamente hacia Rubén, quien no se dio cuenta de la mirada de su superior y continuó.

—La ejecución de la mujer más hermosa de todo el continente de Grandel. ¿No es material perfecto para que la gente hable de ello? Más aún si se trata de una Princesa de un país en ruinas.

—.......

—Y... Varios se preguntan si la Princesa usará magia para escapar del corredor de la muerte o si caerá un rayo. Supongo que hay gente que espera tal milagro. Es una escena que también aparece en la mitología Galiana. Galian, el héroe, invocó un rayo para salvar a sus colegas y rompió la guillotina donde sus camaradas serían ejecutados por la mitad...

—Silencio. No puedo escucharte más.

Rezet cortó fríamente el relato de Rubén sin conocer el final.

—No escuches cosas inútiles y asegúrate de no olvidar nada. Por el momento, no planeo estar cerca o ir a la capital.

Ruben se rascó torpemente la barbilla.

—No era mi intención escucharlo, es solo que la gente únicamente habla de eso. De todos modos, ¿está seguro de que no irá?

—¿Por qué iba a ir?

—Oh, pero no ha visitado la capital en mucho tiempo. Además....

Ruben dejó de hablar y tragó saliva seca. Eso también.... Estaban bastante cerca.... Y de manera amistosa....

Un hombre y una mujer en plena flor de la vida, con una belleza extraordinaria, estando juntos un mes y medio lo suficientemente cerca como para no despegarse ni un minuto. Sin embargo, el jefe permaneció distante.

—No sé qué tiene que ver eso. Deja de decir tonterías y prepárate para partir.

—Oh, sí....

¿Estaba equivocado? Ruben ladeó la cabeza.

No parecían tener una relación normal.... ¿Acaso no llegó a sentir nada por la Princesa?

Mientras tanto, el trabajo de cubrir el carruaje lleno de trofeos se ha completado.