Capitulo 17

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Como dice el Gran Duque, no sabe nada, no puede hacer nada y no tiene idea de cómo funciona el mundo. Estúpida e impotente, no tenía nada que ofrecer más que su cuerpo. Era la propia Elysse quien lo sabía mejor que nadie.

Rezet Kirstan tiene razón. Seguía forzandose a continuar con una vida en la que estaba destinada a  morir. Las manos de Elysse seguían presas de unos pesados grilletes llamados "Muerte".

Al no tener energía para levantar la mano y limpiarse los ojos, Elysse derramó lágrimas de pena y miseria durante un rato.

Y volvió a decidirse.

Suicidemonos cuando se descubra todo.

Cuando los caballeros imperiales la arrastren y la lleven al corredor de la muerte. Entonces acabará con todo por sí misma....

***

Pero al día siguiente, y al siguiente, Elysse no fue llevada a la mesa de ejecución.

Elysse no pudo cerrar los ojos durante tres días. En lugar de sentir sueño, las sensaciones de todo su cuerpo resistieron hasta el punto de estar en alerta máxima.

Naturalmente, Elysse no podía salir de la prisión donde estaba detenida. La criada que la cuidaba no tenía permitido hablar, así que ni siquiera podía informarse de la situación actual. A medida que pasaba el tiempo, estaba roída por la desesperación.

Continuamente se frotaba el círculo mágico ubicado en la parte posterior de su tobillo. Al final, su cuerpo, llevado al límite, dijo que no podía aguantar más. Después de otro día así, Elysse no pudo soportarlo más y se quedó dormida.

Más precisamente, no estaba dormida, sino que se había desmayado.

Mientras dormía profundamente, le pareció oír un suspiro bajo.

—¿Qué hay de su pulso?

—Es difícil creer que todavía sigue viva....

—¿Respira bien, pero apenas siente su pulso?

—Sí. Ayer acabé sacando sangre por eso, pero el resultado es....

También escuchaba que alguien hablaba en voz baja. Pero el irresistible abismo volvió a engullir su conciencia.

¿Cuánto tiempo ha pasado?

Cuando Elysse se despertó de nuevo, estaba tumbada en un lugar extraño.

Contemplando a lo lejos las delicadas pinturas del techo que se extendían espléndidamente, se levantó lentamente. Su cabeza dio vueltas y sus ojos se volvieron borrosos.

—Tenga cuidado, Su Alteza.

Alguien sujetó con cuidado las puntas de sus dedos.

—Quién, quién....

—Mi nombre es Ibeth. Soy la criada exclusiva que servirá a la Princesa en el futuro.

¿Una doncella? ¿Cómo que una doncella?

Le tomó unos minutos más para que su visión volviera a su estado original. Una doncella de pelo negro y ojos amables apoyaba a Elysse.

—Supongo que es porque se ha levantado de repente. Tiene las manos muy frías, ¿puedo ayudarle?

—No... Ya termine de tomar un baño. Voy a salir.

Elysse dudó cuando intentó dar instrucciones de forma casual. La ropa de cama era tan cómoda como su dormitorio en el Palacio Imperial de Argan, así que casi lo confundió por un momento. Ahora mismo, no debería haber actuado con la misma naturalidad que cuando era una Princesa.

Era solo un matrimonio por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora