2. T de Trágico.
12 de Julio de 2005
Jade
Miedo.
Así es como me he sentido la mayoría de mi vida, y el día de hoy para mi desgracia no es una excepción. Mucho menos cuando Bastian golpeó la puerta de mi habitación con desespero incontables veces, mientras mis manos temblaban mientras quitaba cada una de las cerraduras.
– Lo mate – Sus palabras son duras y causan escalofríos de manera instantánea.
Está pálido y su semblante parece ido mientras parece estar asimilando la situación, me observa pero no parece estar aquí conmigo, su cuerpo está frente a mi pero no dice más que eso. Su rostro tiene sangre y cuando levanta sus manos solo puedo ver el color carmesí entre sus dedos.
– No, no lo mataste Bastian – Trato de calmarlo, quizá estaba confundido con todo esto, quizá se trataba de sentimientos encontrados.
Pero no eso.
No podía ser eso.
– ¿Donde está papá? – Mi voz suena ahogada, suplicando por respuesta – ¡¿Donde está?! – Mi voz sale inconscientemente en un grito desesperado que parece hacerlo reaccionar repentinamente.
– Cocina – Lo empujó levemente cuando no se mueve de la entrada de la puerta y salgo corriendo hacia la cocina.
Entonces lo veo.
Caigo de rodillas como si no pudiera soportar tan siquiera mi propio peso al verlo efectivamente en el suelo, cubierto de sangre y con los ojos abiertos a mas no poder. Llegó a su lado prácticamente arrastrándome y pegó mi oído en su pecho para escuchar absolutamente nada.
En un último intento, aun con una pequeña esperanza manteniendo mi corazón acercó una de mis manos hacia el costado de su cuello buscando su pulso tal y como lo había visto en el programa de enfermeras. Y no siento más que su piel aún tibia bajo mis dedos sin ninguna señal de vida.
Entonces me derrumbo y maldigo todo lo que me rodea, grito de impotencia y de una tristeza tan profunda que siento me voy a desvanecer en cualquier momento. Un sollozo desgarra cada fibra de mi cuerpo y me sacude bruscamente cuando mi cerebro lo procesa todo con una rapidez tan impresionante que solo hace que duela el doble.
El hombre que más había odiado en mi vida entera, el hombre que se supone tenía que cuidarme yacía a mi lado muerto. Sin embargo aquello no era lo que me hacía sentirme así, el no tenía ese poder sobre mí, aquello quitaba y agregaba un peso sobre mí con el que no creía poder lidiar.
No sé cuánto tiempo lloro, solo se que cuando levanto mi cabeza Bastian está ahí, callado mientras me observa tratando de buscar algo que quizá soluciones todo este desastre. Pero las palabras no lo harán y esto solo puede terminar de una manera aun más trágica.
– Vamos Jade, levántate – Susurra con la voz rota.
No sabía si lo caótico de la situación aún no le caía del todo como un balde de agua fría. Si aún no se percataba de que aquello era un crimen, uno extremadamente fuerte que lo iba a alejar de mi lado y lo iba a dejar tras las rejas privándolo aún más de la libertad de lo que ya había estado en su vida entera.
– Estarás solo Bastian, estaré sola ¡Estamos solos en esto! – Me levanto débilmente y lo encaro viendo cómo mis palabras lo golpean con dureza.
– No, hay algo que podamos hacer...
– No lo hay.
– Tiene que haber algo ¡Se me fue de las manos Jade!
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Inmoral
Teen FictionJade y Bastian. Los hermanos Roux que se entienden, se cuidan, se defienden y se aman quizá más de lo que deberían. El peso de una vida llena de desgracias solamente los preparó para confiar plenamente el uno en el otro, en nadie más. Pero cuando lo...