16. Mamá.
Bastian
Mi estómago ruge una vez más. Se me dificulta caminar sin tambalearme cada vez más, tengo fatiga y el olor a cigarrillo solo empeora el asunto. El cabello oscuro de mi madre me hace casi gritar de felicidad al verla, camino a paso lento hasta ella y jalo de su vestido para que me note.
Ella se voltea con un cigarrillo en su mano y el humo saliendo de su boca. Sus ojos rojos delatan su estado y la manera en la que arruga su nariz me da indicio de que nuevamente inhala esa cosa blanca por la nariz. Extrañamente sonríe al verme, mi corazón salta.
– ¡Ahí está mi hijo! – Se agacha torpemente para dejar un beso en mi mejilla.
Seguramente su labial rojo acabó manchando mi mejilla pero aún cuando fuma tan cerca de mi cara no interesa. Porque está cerca de mi, y me sonríe.
– Hola mamá – Esas palabras forman un nudo en mi garganta.
– Si me buscas, es porque seguramente necesitas algo – Tose un poco antes de seguir hablando – Te pareces a tu padre.
– Solo... tengo hambre, he dormido para que se me pase un poco pero ya no tengo sueño – Ella saca otro cigarrillo y lo enciende de inmediato.
– Ya veo... ¿Donde está Bianca? – Me encojo de hombros, no la veía desde la mañana.
– Ni idea, quizá en su habitación – Gruñe con fastidio.
– Esa niña ¡Bianca! ¡Biaaanca! – Sus tacones resuenan cuando se encamina al inicio de las escaleras para llamar su nombre.
Mi hermana mayor baja de inmediato al escuchar su llamado. Mi mamá le da un tirón de la oreja cuando ha tocado el piso de la planta baja, pero la suelta casi de inmediato.
– ¿Por qué tu hermano no ha comido? – Bianca enarca una de sus cejas incrédula.
– No has comprado comida hace semanas mamá – Mi madre parece sacar cuentas con la otra mano desocupada.
– Le tocaba a tu padre las compras – Da una calada profunda.
– Bueno papá no viene hace como un mes, y como tú apenas pisas la casa no te das cuenta – Mi mamá ríe sin gracia.
– Tú eres lo suficientemente grande como para arreglártelas.
– No puedo hacer magia, no alcanza para una persona, menos para tres – Mamá lleva su mano a su frente como si algo hiciera click en su cabeza.
– ¿Donde está Jade?
– Duerme desde hace horas – Mi mamá baja su cigarrillo con lentitud analizando mis palabras.
– ¿Hace cuantas?
– No ha despertado desde ayer – Mi mamá sale disparada a la habitación de mi hermana y yo frunzo el ceño.
Bianca corre detrás de ellas y yo me quedó algo confuso en mi lugar.
¿Eh?

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Inmoral
أدب المراهقينJade y Bastian. Los hermanos Roux que se entienden, se cuidan, se defienden y se aman quizá más de lo que deberían. El peso de una vida llena de desgracias solamente los preparó para confiar plenamente el uno en el otro, en nadie más. Pero cuando lo...