6. Diario.
Jade
Quedarme con mi tía me había parecido una mejor idea que pasar la noche en la soledad de mi casa. Así que cuando nombró el hecho de ver una película y el espacio que sobraba en su casa, no pude evitar decirle que sí a todo.
Nunca había me había adentrado tanto en su casa, únicamente conocía su sala y como lucía desde afuera, más allá de eso nunca quise incomodar. Mi tía me entendió y me buscó un apartamento en menos de lo que canta un gallo como si yo fuese su responsabilidad.
Bueno legalmente ya lo era pero me sentía como un peso, como una deuda, como si tuviese esa gran necesidad de devolverle todo lo que ha estado haciendo por nosotros aunque yo sabía que no me alcanzaría la vida para agradecerle.
Una vez que nos adentramos me reciben paredes de un color amarillo muy lindo, en peligro de ser opacado por cuadros de colores, muchos cuadros de artistas desconocidos para mí. Pero sin excepción alguna, todos eran coloridos, no importa si eran animales, paisajes, figuras abstractas o un objeto; todos tenían una explosión de colores.
– Tienes muchos cuadros, tía – Mi comentario es obvio pero no pude evitar señalar.
Mi tía suspira con cierta melancolía que no logro descifrar.
– Siempre me encantó el color amarillo, sentí que le daba vida a todo, así que a penas me fui de mi vieja casa, toda mi nueva casa la pinté de amarillo, en busca de sentirme tan viva como fuese posible – Me hace saber hablando pausadamente como si temiese perder algún detalle – Pero con el tiempo me di cuenta de que amarillo en amarillo nunca resaltaría, necesitaba ayuda de otros colores para resaltar, para dar vida... Entonces compre cuadros de puros colores que hicieran resaltar el amarillo y ahora, cada vez que entro a mi casa se siente como siempre quise.
La sabiduría con la que habla siempre logra envolverme con facilidad, me atrapa y me tiene haciendo pregunta tras otra sin fin.
– ¿Tienen tus palabras algún trasfondo? – Mi tia se encoge de hombros ante mi pregunta.
– Todo lo que dije es cierto, aunque quizá sí haya un poco de mi en lo que te acabo de relatar – Me sonríe con dulzura y me hace seguirla por un pasillo hasta llegar a un pequeño salón donde se encuentra la chimenea.
Arriba de la chimenea hay una estantería llena de fotos y cuadros que contienen fotografías. En ninguna de ella un rostro conocido a excepción de mi tía.
– ¿Quien es ese? – Preguntó fijando mis ojos en una foto donde aparece mi tía sonriente junto con un chico de ojos café y hoyuelos visibles.
– Era mi novio en la adolescencia – Yo asiento lentamente.
Era una foto bonita, eso sin duda, pero no me imaginaba tener una foto de mi ex novio de secundaria en la repisa de mi casa.
– ¿Cuánto duraron?
– Alrededor de dos años.
– ¿Por qué terminaron? – Mi tía toma la foto entre sus manos y veo sus ojos brillar al ver la foto.
– Nunca terminamos. El se fue sin despedirse – Su comentario me desestabiliza.
¡¿Como podía tenerlo en al repisa después de abandonarla sin aviso?!
Parece leer mi cara al instante y niega con diversión.
– El me amó, yo lo sé. Tuvo que irse y no lo culpo – Ella devuelve la foto a su lugar – Ahora es feliz en Londres, está casado y tiene una hija por lo último que supe.

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Inmoral
Teen FictionJade y Bastian. Los hermanos Roux que se entienden, se cuidan, se defienden y se aman quizá más de lo que deberían. El peso de una vida llena de desgracias solamente los preparó para confiar plenamente el uno en el otro, en nadie más. Pero cuando lo...