Inmoral

XIV

14. Vida nocturna.

Bastian

Habían pasado días desde la última vez que había visto a Jade. Ella había estado tan sumergida en los libros de la universidad y aplicaciones, que simplemente vernos las caras se sentía como una misión imposible. Así que, tomando ventaja de este tiempo de distanciamiento yo me había visto obligado a hacer diligencias.

Salir con mi tía a hacer el mercado.

Ir con Bianca y mi tía al parque a pasear.

Dar un vistazo rápido a la ciudad.

Cosas tan sencillas que empezaban a sentirse como algo cotidiano.

Sin embargo esas solo eran cosas básicas, cosas que yo necesitaba hacer como cualquier otra persona. El verdadero obstáculo para mi era la vida nocturna y lo que eso significaba para muchos jóvenes.

Beber hasta un coma etílico, bailar hasta que te duelan los pies y enrollarse con la primera que veas. Ninguna de esas cosas eran mi estilo, sin embargo tener a Daniela y a mi tía frente a mi casi suplicando con pucheros para ir a la discoteca estaba dándome dolor de cabeza.

– Lo piensas mucho, solo ve – Escuche a Ian opinar.

El que por supuesto olvidé mencionar porque no termina de convencerme del todo, así que la mayoría del tiempo prefiero pasar por alto su presencia. Lo miro de reojo, quizá muy serio, pero a él no parece importarle en absoluto mi actitud borde, lo cual efectivamente logra que me caiga aún peor.

– No es mi tipo de ambiente – Digo entre dientes, Daniela bufa algo cansada de rogar.

– Ni has ido – Volvió a hablar el muchacho.

– No necesito ir con la descripción que me han dado.

– Ian ha exagerado, no tienes que hacer nada que no quieras, puedes beber poquito, no bailar y no estar con ninguna chica – Ian soltó una carcajada divertido.

– No digas tonterías Daniela, déjalo que se quede si no va a hacer nada – Chasquee la lengua un poquito ardido.

Me empezaban a dar ganas de ir para que cerrara su boca.

– Velo como una oportunidad para conocer más gente – Insistió mi tia juntando sus dos manos y pasando por alto el comentario del chofer.

Lo medito por unos segundos que para ellos seguro parece eternidad. La disputa había comenzado desde el almuerzo cuando Daniela soltó la idea y mi tía chillo encantada, desde ese momento no han dejado el temita y simplemente decir que ¨no¨ un millón de veces, para ellos era como si no contaran como respuesta.

– Supongo que iré  – Dije en voz bajita.

– ¿Qué? – Dijeron todos.

– Que iré a la discoteca, o lo que sea –Mi tía dio un saltito y Daniela sonrió como si ya tuviera la certeza de que iba a acceder en algún punto.

Ian solo estaba alli.

– A las 7, espero que esten los dos abajo – Dijo Ian, y cuando por fin parecía darse la vuelta para irse, se detuvo y volvió a hablar – ¿Irá tu hermana?

– Bianca se queda.

– No hablo de ella, hablo de Jade – Sabía que preguntaba por ella, pero que me lo preguntara tan relajado me ponía de los nervios.

– No sabe que iremos.

– Déjame formular nuevamente... ¿Invitarás a Jade a la discoteca?.

Lo miro de manera desafiante.