Inmoral

XII

Estábamos, estamos, estaremos juntos
A pedazos, a ratos, a párpados, a sueños
- Mario Benedetti.

12. Lienzo

Jade

– ¿Por qué te fuiste? – Me encojo de hombros sin saber que responder con exactitud.

Tía Jackie luce algo desconcertada con mi semblante o actitud. No logra entenderme y desde que tome el teléfono no ha hecho nada más que bombardearme con preguntas.

– Estaba algo cansada – Miento.

Juego con el lápiz en mi mano mientras escucho un suspiro al otro lado de la línea. Ojalá pudiera desnudar mi corazón y tener esa confianza de decirle a alguien el por qué de todas las cosas, pero nuevamente llegaba a ese límite absurdo que empezaba a hartarme.

Me ahogaba en mis propios pensamientos.

– Prefiero que me digas que no quieres decirme, a qué mientas de manera tan absurda – muerdo mi cachete sin saber que decirle, no era muy creativa a la hora de mentir.

– Lo siento tía, no es que no quiera, es que no puedo – Me limitó a resumir una verdad que no destapa nada realmente.

Ambas nos quedamos unos segundo en silencio, esperando a que la otra añada algo. Yo no lo hago, así que es ella quien rompe el silencio.

– Jade, pasaste meses esperando por Bastian. Y el primer día te vas como si nada – echo mi cabeza hacia atrás con frustración – Arréglenlo, tan rápido como puedan, por favor.

Como si fuera tan jodidamente fácil.

– Iré mañana tía, no te preocupes – Mis palabras no logran reconfortarla en absoluto, solo escucho un sonido de queja.

– Temprano, si no estás aquí después de las 10, Ian irá por tí – No refunfuño.

Al contrario de eso me despido con un "Buenas noches" y cuando la línea ha caído dejo caer el teléfono en la mesa. Ya ni siquiera es bueno pensar en el o en la ridícula petición que le hice hoy, pensando que ingenuamente el correspondería a mis deseos.

En lugar de destruirme la cabeza un poco más, decido tomar el diario de mi tía para matar el tiempo. Cuando lo abro paso las escasas página y media que ya he leído.

Me centro en la que le sigue, es un párrafo corto, apenas llega a la mitad de la hoja.

Carlo me ha presentado a una chica, no se parece en nada a él. Parece que le gusta que mi hermano la controle y la pasee como su nuevo juguete.

Pero esta chica es la definitiva, tiene que serlo porque papá le advirtió que si le rompía el corazón a la hija de su mejor amigo habrían consecuencias. La chica apenas ha dicho algunas frases y a mamá le gusta (piensa que se acopla a los deseos de él) yo pienso que se trata más de un plan de mi padre.

Entrecierro mis ojos como si aquello puedo era aclarar algo, pero al contrario otra incógnita aparece. Cierro el libro con molestia cuando pasó la página y me encuentro con una hoja arrancada.

La página que le sigue a esta trata de otro tema, apenas leo la introducción decido dejarlo para mañana u otro día. Me levanto tan rápido con el libro en la mano que un mareo me desestabiliza momentáneamente provocando que mi muslo choque torpemente contra la esquina de la mesita de la sala.