Saekki •NoMin•

Epílogo: Completamente Suyo

Había sido meses algo difícil, la practica de ambos habia resultado tan diferente la una de la otra que sinceramente Jeno había tenido algo de envidia, para nadie había sido secreto que era el mismísimo nieto de Lee Jesung, un gran y admirado arquitecto que había formado parte de grandes proyectos durante sus años de vida, pero aquello sin duda no había hecho más que lanzarle uno que otro comentario desgastador, en los cuales tenía que mantenerse en silencio a pesar de lo mucho que quería responder de manera mordaz, se veía obligado a no hacerlo, porque sinceramente quería permanecer allí, su abuelo estaría orgulloso y siguiera sus pasos, a parte de que no esperaba ser amado por nadie de aquela empresa.

Por las tardes cuando se veían Jaemin solía decirlo lo bien que lo hacía, y con uno que otro beso de por medio simplemente le da a la energía suficiente para que pusiese regresar con las pilas recargadas para enfrentarse a nuevos comentarios sarcásticos, sentía envidia, pero no de la mala, en realidad a Jaemin le estaba yendo de una manera increíble, había hecho su práctica agencia de teatro, resultaba ser alguien tan carismático y encantador que pronto había obtenido la atención de algunos adultos, quienes realmente quedaban asombrados con lo bueno que era.

Luego de unos meses luego de acabar su práctica había terminado siendo elegido para un papel en una serie escolar, papel del cual le había gritado lleno de emoción cuando se juntaron durante una tarde luego de que saliera del trabajo, estaba realmente feliz por él, pero el hecho de que fuese a ser el interés romántico de alguien más no le resultaba nada divertido, menos por el hecho de que tuviese que besarse con alguien más, pero sinceramente aquello era estúpido, lo que sentían el uno por el otro era real.

Pese al trabajo que tenía, se encontraba completamente sumergido en la maqueta que hacía, el insomnio iba a acabar con él en algún momento, y sinceramente se negaba a tener que molestar al menor en medio de la noche, porque sí, Jaemin solía quedarse con él algunos días, su departamente era casi como su nido de amor, porque sinceramente estaban más cómodos amándose en medio de su departamento que en la casa del menor, porque si bien cuando estaban en casa de Jaemin sus padres los dejaban solos, eso seguía sin darles la confianza para que pudiesen sentirse cómodos de dejarse llevar.

En su departamento eran simplemente ellos, pertenecían al otro sin miedos ni verguenza, como la vez que había permitido que Jaemin lo tomara, su mente había dado un giro de ciento ochenta grados, su manera de pensar y de ver a las cosas había cambiado y producto de eso, cada vez tenian relaciones, se encargaba de ser cuidadoso, Jaemin lo había hecho con tanto cuidado y cariño que incluso había sido algo de lo que solían reírse, por era consciente de lo caótico que se había comportado en un inicio solo por miedo, pero había terminado por volverse increíble.

Aquella experiencia le había dejado ver y entender que independientemente de que él disfrute, su compañero tiene la misma importancia y necesidad, Jaemin le había dado esa experiencia de una manera inesperada, porque incluso cuando él le había dicho con anterioridad que no lo haría, había terminado dejándose envolver por él, porque realmente estaba completamente dispuesto a dejar que lo hiciera, si Jaemin lo quería tener él no se iba a negar.

Jaemin le había agradecido un montón de veces, porque incluso si no quería en un principio, aquello había resultado tan satisfactorio que ya ni siquiera era algo que debiesen preguntar, era tan natural el intercambiar roles a veces que simplemente era espontáneo, si necesidad de decir algo, Así como él dejaba que el rubio lo tomará, había veces en las que Jeno se encontraba debajo de él, con su increíble cuerpo a su disposición.

¡Nana!

Sus ojos se abrieron de golpe a la vez que daba un pequeño salto sobre la cama, sintiéndo se pulso acelerado mientras observaba el lugar donde se encontraba, un suspiro escapo de sus labios cuando llevo ambas manos hasta su rostro para poder dejarlas allí por un momento, detestaba tener pesadillas, pero últimamente parecían ser más frecuentes de lo que quisiera.