IX: La nota

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Su corazón latía con fuerza mediante más lo pensaba, amenazando con salirse de su pecho, sino se controlaba lo suficiente como para mantener la compostura en su lugar estallaría, pero es difícil desde el momento que volvieron a casa.

Meditar en todo lo que sintió en ese momento complica más la embarazosa situación en la que ha terminado. No puede dormir porque el insomnio le ha hecho una larga visita esta noche, invadiéndolo de extraños pensamientos, y de un deseo que no pudo a saciar hace un rato.

Cuando Shisui estuvo sobre él no quería que se fuera, todo lo que pensaba era en quedarse así más tiempo, aún con el frío en su espalda y en su nuca presentes, solo sabía que lo necesitaba a él, pero fue algo inconsciente, algo que no estaba completamente en él y en sus intenciones.

Es un misterio lo que le ocurrió ahí, uno que por el momento no espera resolver.

Se remueve en la cama, tratando de quitar el rastro que le ha quedado del aliento de Shisui sobre su rostro, no porque haya olido mal ni nada, más bien al contrario, le encantó, y le hubiera gustado tenerlo más tiempo porque fue agradable, y eso es lo que más lo desespera ahora mismo, que todo lo que pasó le gustó y estarlo admitiendo justo ahora, por eso ha estado rodando por toda la cama con desespero.

Era tan inapropiado y se sentía avergonzado de sí mismo, demasiado.

Sus ojos se cierran y su propia cordura es débil y vacilante, y al cabo de un rato se siente terrible.

━Maldición ━murmuró colocando una mano sobre su frente, las cosas solo se iban poniendo peores, lo intentaba mucho pero nada resultaba, cerraba sus ojos con fuerza y aún así no conseguía caer en un sueño profundo.

Tenía sueño y daría todo por descansar un poco, pero eso es algo imposible de conseguir cuando tus pensamientos permanecen inquietos dentro de tu mente, y no tienes la voluntad suficiente como para detenerlos, eso lo frustra mucho, demasiado, no tener control de sus propias emociones se siente horrible.

Bueno, en realidad no tiene el control de muchas cosas.

Ha pasado la mayor parte de la madrugada yendo de un lado a otro de la cama, tratando de encontrar una posición que le resulte cómoda para dormir pero nada, después de un rato donde cree sentirse bien en cuestión de segundos vuelve a estar ansioso, eso es algo muy desagradable, simplemente no le gusta, lo aborrece con todas sus fuerzas, y todo lo que le queda es suspirar y mirar el techo, y sus curiosas figuras burlándose de él seguramente.

Cansado quita las pesadas cobijas de su cuerpo, no siente frío, ni calor, nada en realidad, con esa simple acción fue como si todo se hubiese disipado, vaya alivio, sin embargo eso le duró poco al ver la hora que marcaba el despertador que tenía al lado de su cama, debía de ser una broma, eran ya casi las tres de la madrugada, si él se había ido a acostar a las once, no puede creer que haya pasado tanto tiempo así.

Quiere gritar y llorar de la impotencia que eso le provoca, mas prefiere guardarselo en grandes gritos internos haciendo eco por ahí.

Y aún cuando ha pasado varias horas así no se siente tan fatigado, pero sí le duele la cabeza, le vendría muy bien una siesta.

Y todo esto por lo que pasó hace unas horas con Shisui cuando concluyó esa guerra, lo que le pasó a él debía mandarlo a dormir también.

Ahora permanece inerte, mirando sus pies balanceándose lentamente al no tocar el suelo por completo, pero de pronto algo lo hace detenerse en seco, un ruido que según su intuición viene de la sala de estar, pero no puede descifrar lo que es, eso sí, presiente que no debe ser su gata tirando cosas, o Shisui aún despierto, lo cree poco probable, mañana tiene que ir a trabajar, y cuando eso pasa él no se permite dormir tarde, por lo que le aterra pensar que pueda tratarse de algo más, por ejemplo que alguien esté intentando entrar a la casa.

El ayer que olvidé ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora